Mis ex están en todas partes. Jimo Yao.

Capítulo 37. Técnica.

Capítulo 37. Técnica.

La boca del lobo gigante se abrió ligeramente, revelando sus afilados colmillos. Su aliento ardiente cayó sobre el oído de él...

Todo el cuerpo de Qiao Xuan se tensó.

Ya no tenía el mismo cuerpo que en su vida anterior, su apariencia y olor eran completamente diferentes. No podía esperar que Xue Ming lo perdonara fácilmente. Sabía muy bien cuán xenófobo era ese perro tonto; en el pasado, excepto por él mismo, cualquiera que entrara en su territorio, humano o demonio, era asesinado.

Antes de venir, también había oído que ninguno de los esclavos feos enviados había sobrevivido.

Qiao Xuan entrecerró los ojos y contuvo la respiración. De repente, levantó la mano y la colocó en el cuello del lobo gigante. En el momento en que hizo el movimiento, vio que las pupilas doradas y verticales del lobo se llenaron repentinamente de ferocidad, como si en el siguiente segundo fuera a arrancarle el cuello de un mordisco. Sin embargo, con su movimiento...

El lobo gigante lentamente entrecerró los ojos, mirándolo fijamente por un momento. La intención asesina en sus ojos se disipó gradualmente...

Qiao Xuan acarició suavemente el pelaje del cuello del lobo gigante. Era sedoso y suave, completamente blanco sin un solo pelo de otro color, como la mejor seda, pero esponjoso y peludo. La sensación era tan buena como siempre.

Qiao Xuan podía sentir el cuerpo del lobo gigante relajándose lentamente bajo su mano. Respiró hondo y lentamente se puso de puntillas, abrazando el cuello del lobo con ambas manos, sus dedos hundiéndose en el pelaje esponjoso y suave.

El lobo gigante permaneció inmóvil, permitiendo que el pequeño y feo humano frente a él se acercara.

...............

La luz del día comenzaba a brillar tenuemente.

Los demonios que vigilaban a mitad de la montaña bostezaron.

El demonio perro negro empujó al demonio serpiente floreada a su lado y dijo: "Ya pasó un día y una noche, ¿deberíamos entrar a recoger el cadáver?"

El demonio serpiente floreada dudó por un momento: "Esperemos un poco más, tal vez el Señor Demonio arroje el cadáver en un rato."

El demonio perro negro estaba un poco nervioso: "¿Y si no lo arroja?"

El demonio serpiente floreada sintió un dolor de muelas.

Por lo general, el Señor Demonio arrojaba a los esclavos muertos para no ensuciar su territorio, pero a veces era demasiado perezoso para hacerlo. En esos casos, ellos tenían que entrar a limpiar, lo cual era muy peligroso porque el Señor Demonio era caprichoso y cualquier ser vivo que entrara en su territorio podía ser asesinado. Si no tenían cuidado, ellos mismos podrían ser aplastados de un golpe por él. Se decía que muchos de sus hermanos que habían entrado a limpiar antes habían muerto. Ellos también eran marginados, por eso habían venido a hacer este trabajo difícil...

Los dos demonios se miraron, y con una comprensión tácita dijeron: "¡Esperemos un poco más!"

Esperar era bastante aburrido.