Mis ex están en todas partes. Jimo Yao.

Capítulo 46. Fénix.

Capítulo 46. Fénix.

Qiao Xuan viajaba junto con el cultivador de túnica azul.

El cultivador de túnica azul se llamaba Chu Xiu, era un cultivador errante de personalidad entusiasta y alegre. Probablemente pensaba que Qiao Xuan estaba enfermo, por lo que lo cuidaba bastante durante el viaje.

Qiao Xuan tenía sentimientos encontrados.

Durante este viaje, finalmente confirmó una cosa: que realmente había viajado en el tiempo. Había intentado usar la gota de agua que le dio su maestro, pero no tuvo ningún efecto. Qiao Xuan tuvo que abandonar sus esperanzas; su maestro le había dicho que este objeto espiritual era para ayudarlo a regresar al Reino Celestial en momentos críticos. Ahora que ya estaba en el Reino Celestial, naturalmente ya no tenía efecto.

Qiao Xuan también se había preguntado si este lugar era una ilusión del espejo, pero todo parecía muy real. Al menos hasta ahora, no había notado ningún indicio de que fuera una ilusión.

Si una ilusión pudiera ser tan realista, en realidad no habría mucha diferencia con la realidad.

Si Ye Siluo pudo viajar diez mil años atrás en el tiempo, entonces no era imposible que él mismo hubiera viajado decenas o cientos de miles de años...

Pero si ese fuera el caso, ¡ese espejo sería demasiado poderoso!

Qiao Xuan suspiró. Por ahora, solo podía seguir adelante paso a paso.

Después de más de diez días, Qiao Xuan y Chu Xiu llegaron juntos al pie de la Montaña Sagrada. Levantó la cabeza y miró la montaña que se elevaba hasta las nubes, sintiéndose pequeño e insignificante.

No solo él, cualquier inmortal que se parara al pie de la montaña tendría ese sentimiento...

Qiao Xuan había visitado antes el Palacio Celestial de las Nubes de Hualan, que ya era bastante majestuoso y magnífico, pero aún no se podía comparar con la Montaña Sagrada frente a él. Si el Palacio Celestial de las Nubes era un palacio espléndido, este lugar era el destino de peregrinación inalcanzable del Reino Celestial.

En el Reino Celestial del que venía, no había un lugar así.

¿Qué había sucedido para que todo se hubiera desvanecido?

Qiao Xuan estaba distraído.

Aunque Chu Xiu era un cultivador errante, tenía muchos amigos. Al llegar al pie de la Montaña Sagrada, se encontró con varios conocidos que lo saludaron.

Una hermosa mujer vestida con seda roja miró al joven al lado de Chu Xiu y le preguntó en voz baja: "Este joven es realmente apuesto, ¿de qué secta es discípulo? ¿O también es un cultivador errante?"

Chu Xiu respondió con preocupación: "No lo sé, su mente fue dañada".

La mujer se sorprendió. ¿Su mente fue dañada? Eso era una verdadera lástima. Dijo con pesar: "¿Entonces por qué lo trajiste aquí?"

Chu Xiu suspiró: "¿Qué más podía hacer? Está solo aquí, sin nadie que lo cuide, y su mente está gravemente enferma. No podía abandonarlo, así que tuve que traerlo conmigo..."

"Pero esa no es una solución. ¿Acaso puedes llevarlo contigo para siempre?"

"Por supuesto que no..."