Mis ex están en todas partes. Jimo Yao.

Capítulo 57. Excusas.

Capítulo 57. Excusas.

Probablemente debido a haber encontrado un obstáculo, Jiang Weiqing no había aparecido frente a Qiao Xuan en varios días.

Qiao Xuan pasaba sus días comiendo, bebiendo y paseando al perro, llevando una vida relajada y placentera. Sin embargo, ¿por qué su maestro no había venido en tanto tiempo?

Qiao Xuan no pudo evitar sentirse un poco preocupado.

Este día, cuando regresó a la posada, inesperadamente vio a Song Siyao esperándolo en la puerta.

En aquel entonces, Qiao Xuan solo había salvado a Song Siyao de las manos de un cultivador demoníaco por casualidad, pero aún tenía cierta impresión de este joven discípulo de la Secta Guiyuan Jian. Él mismo había estado merodeando por esta área durante un tiempo, y como esta región estaba bajo la jurisdicción de la Secta Guiyuan Jian, no era extraño que lo hubieran descubierto.

Qiao Xuan se sentía un poco avergonzado por haberse ido sin despedirse en aquella ocasión, pero pensando en su actual identidad como un antepasado del Reino Celestial, lo consideró natural. Después de todo, las deidades celestiales van y vienen como les place.

Como era de esperar, Song Siyao no mostró ningún descontento y lo saludó respetuosamente: "Ancestro".

Qiao Xuan, sosteniendo al perro con un brazo y manteniendo una postura digna, asintió con la cabeza y dijo: "Viniste".

Song Siyao miró a Qiao Xuan con reverencia. Hace unos días, el Ancestro Qiao y el Señor de la Espada se habían ido repentinamente, y pensaron que habían regresado al Reino Celestial. Quién hubiera imaginado que recibirían noticias de que el Señor de la Espada estaba merodeando en el pueblo al pie de la montaña, y que el Ancestro Qiao también estaba aquí y no se había ido.

Pronto sería la competencia trienal entre sectas de la provincia de Dongchong, y cuando el líder de la secta se enteró de que los dos ancestros del Reino Celestial aún estaban en el reino mortal, envió a Song Siyao para invitar a Qiao Xuan a observar la Reunión de las Estrellas.

¡Tener a dos ancestros del Reino Celestial presidiendo sería un gran honor para ellos en la provincia de Dongchong!

También serviría para anunciar a aquellos con intenciones inciertas que su Secta Guiyuan Jian seguía siendo la primera entre las cinco grandes sectas.

Song Siyao dijo respetuosamente: "Ancestro Qiao, el líder de la secta me envió para invitarlo a observar la Reunión de las Estrellas dentro de tres días".

Qiao Xuan hizo una pausa. Tenía algunos recuerdos de esta Reunión de las Estrellas. Cada tres años, las principales sectas de la provincia de Dongchong enviaban a sus mejores discípulos jóvenes para competir, mostrando el poder y el talento de la generación más joven de cada secta. El discípulo que se llevara el primer lugar no solo recibiría una generosa recompensa, sino que también sería una excelente oportunidad para ganar fama. Por lo tanto, todos los jóvenes discípulos con habilidad participarían, y los espectadores acudirían en masa. Era el evento más importante en el mundo de la cultivación de la provincia de Dongchong.

En aquellos días, aunque era el hijo del líder de la secta, nunca había participado ni una sola vez, solo podía ser un espectador, porque era conocido como un inútil...

Por este asunto, su padre siempre suspiraba y se lamentaba.

Qiao Xuan también sabía que no podía recuperar el honor para su padre. Aunque siempre fingía no importarle, en el fondo realmente sentía algo de pesar. Después de varios cientos de años, al escuchar de nuevo sobre la Reunión de las Estrellas, Qiao Xuan se sintió raramente nostálgico.