𝗔𝗟𝗟 𝗙𝗢𝗥 𝗨𝗦 • 𝔱𝔥𝔢 𝔪𝔞𝔷𝔢 𝔯𝔲𝔫𝔫𝔢𝔯

𝟮𝟵. 𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧𝗦

SECRETS
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Una vez que estuvimos completamente solos, el rubio tomo una respiración profunda y soltó un suspiro.

— ¿Estás bien? —le pregunté apoyando mi mano en su hombro.

— La verdad no. No tengo ni idea de que hacer con Alby, ya no hay tiempo.

— Yo sé que podemos encontrar una solución, espera al menos un día más, ¿Si? —le pedí y tras pensarlo unos segundos, asintió.

— Bien, esperaré hasta mañana. —suspiro nuevamente y se dejó caer en el césped, pero segundos después se sentó de nuevo— El suelo está duro. —sin decir nada más, se volvió a recostar, pero está vez, apoyando su cabeza en mi regazo.

— ¿Estás cómodo, rubio? —ironice.

— Mucho. —sonrió cerrando sus ojos.

— ¿No ibas a contarme algo? —pregunte curiosa y este abrió un ojo ligeramente, haciendo una mueca.

— ¿Recuerdas que desde que llegaste has estado preguntándome por qué camino mal?

— ¿Por fin me lo contarás? —sonreí, pues desde hace meses estuve insistiendo y el solo me daba largas.

— Puede. —¿Cómo que, puede?— Hay dos cosas que quiero contarte, pero solo lo haré si tú me cuentas algo también.

— ¿Insinuas que tengo algún secreto contigo? Sabes todo de mi, teñido. —me miro incrédulo.

— Me ocultas más cosas de las que yo te he ocultado a ti. —acuso, y definitivamente es cierto— Por eso te propongo algo, me cuentas algo, te cuento algo, me cuentas que pasa entre tu y Minho, y te cuento algo que me ha estado inquietando hace días. —bien, mi curiosidad entro al juego.

— ¿Entre Minho y yo? ¿A qué te refieres? —fingí demencia.

— Sabes a qué me refiero. Algo pasa entre ustedes. Anda cuéntame. —sonrió inocente. Lo pensé unos segundos.

— ¿Vale la pena lo que vas a contarme? —este asintió con una sonrisa.

•••

—

A ver si entendí, —me frenó— estaban mejor que nunca, siendo completamente felices, ¿Y decidiste dejarlo? —dijo en tono dramático al haber escuchado toda la historia con Minho. Sin tantos detalles, claro.

— No lo deje. No éramos nada. —aclare, pues era la verdad— Solo le dije que ya no pasaría nada más entre nosotros, solo como amigos y compañeros, todos felices y contentos.

— No puedes hablar en serio. ¿Cómo vas a dejarlo? Entiendo que fue un idiota, pero lo quieres, quieres estar con él y lo sabes. —me señaló acusadoramente— ¿Por qué no intentarlo una vez más?

— Porque me canse de intentar, Newt. —me encogí de hombros y empezé a jugar con el pasto bajo mis dedos— Bien, te conté algo, es tu turno.

El suspiro nuevamente— Promete que no me vas a juzgar. —pidió.

— Claro que no, jamás te juzgaría rubio, cualquier cosa, he hecho cosas peores, creeme. —este negó con una sonrisa.

— Creo que he empezado a sentir algo por alguien. —dijo tras una gran pausa. No pude evitar sonreír.