𝗔𝗟𝗟 𝗙𝗢𝗥 𝗨𝗦 • 𝔱𝔥𝔢 𝔪𝔞𝔷𝔢 𝔯𝔲𝔫𝔫𝔢𝔯

𝟯𝟯. 𝗦𝗖𝗢𝗥𝗖𝗛 𝗧𝗥𝗜𝗔𝗟𝗦

THE SCORCH TRIALS
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Ara's Pov.

Desperté agitada debido a que Minho me estaba sacudiendo eufóricamente, pues al parecer, habíamos llegado a nuestro destino.
En otra situación hubiera odiado que me despertará. Pero en este momento, me había salvado de mi propia mente y mis recuerdos.

Desorientada, y con ayuda del pelinegro, baje del helicóptero y lo ví regresar en busca de Thomas. Quien dormía profundamente.
Alcance al rubio y corrí junto a él.
A nuestro alrededor había un gran alboroto, disparos, gritos y personas bajando de las colinas de arena a gran velocidad y de forma violenta. Al mirar al frente, quedé boquiabierta, pues había un gran edificio lleno de luces.

Una vez que todos estuvimos dentro la puerta se cerró tras nosotros.
Mire el lugar, era inmenso y había muchos trabajadores dando vueltas y haciendo cosas aquí y allá. Era simplemente alucinante.

No pude seguir observando por mucho, pues un guardia llegó y nos guío presuroso hacía algún lugar.

— Entren. Rápido, rápido. —nos empujó dentro de una habitación oscura y cerró la puerta detrás nuestro, dejándonos en completa oscuridad.

— ¡Hey! ¿Quienes son? ¿Por qué nos encierran? —grito Thomas dando golpes en la puerta.

Pasaron escasos segundos y la luz se encendió. Al frente, había una mesa gigantesca, toda llena de comida.
Dios... ¿Morí y estoy en el cielo?

Todos quedamos pasmados ante la deseable comida frente a nosotros, hasta que no pude aguantar más el solo verla de lejos.

— ¡Pido la carne! —grite y me apresure a la mesa. El primero en seguirme fue Sartén.

— ¡Yo el arroz! —dijo casi inmediato.

Todos se apresuraron a la mesa y sin decir nada, todos empezamos a comer sin cuidado.
Atraje a mi rápidamente un trozo de pollo y lo lleve a mi boca. Esto sabe a gloria.
Me tomé mi tiempo para saborearlo un poco pero al ver la desesperación de los demás por comer, opte por apresurarme. A este paso no me dejarían nada.

— Es mucho mejor que la de Sartén. —dijo Winston, saboreando una pieza de pollo.

Reí llevándome la jarra completa de jugo a la boca. ¿Para qué desperdiciar tiempo en llenar vasos?

Sentí algunos granos de arroz chocar en mi cara y mire ofendida en busca del culpable. Y para mí sorpresa, había sido Teresa. La pelinegra reía con gracia al ver mi cara. Entorne los ojos en su dirección y sin pensarlo mucho tome un puño, igualmente de arroz, en mi mano y se lo lanze de vuelta. Iniciando así, una pequeña pelea de comida.
S

artén era el único que parecía preocupado porque estábamos desperdiciando el arroz, pero aún así continuamos lanzando comida entre medio de mordiscos.

Una vez que arrasamos con casi toda la comida y quedamos satisfechos, tomamos asiento en dónde pudimos.

— No se quienes sean estos tipos pero saben cocinar. —dijo un alegre Sartén, llevando una cucharada mas de arroz a su boca. ¿Será que le gusta el arroz?

— Pero... ¿Quienes son realmente? —Intervino Teresa— Quiero decir, no sabemos nada de ellos. —no me agrada aceptarlo, pero tiene razón.