𝟯𝟲. 𝗬𝗢𝗨'𝗥𝗘 𝗠𝗜𝗡𝗘, 𝗜'𝗠 𝗬𝗢𝗨𝗥𝗦

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YOU'RE MINE, I'M YOURS
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Ara... —llame por no se que vez a la castaña— ¡Ara! —la sacudí más fuerte.

— Déjame en paz. —dijo sin abrir los ojos.

— Levántate ya, es hora de comer. —ya había venido uno de los guardias por nosotros. Todos se habían ido menos ella y yo, puesto a que me quedé para despertarla.
Eso, porque nadie más quiso hacerlo.
Digamos que a Ara no le gusta mucho que la despierten.

— Déjame dormir. —aun medio dormida me lanzo una mano tratando de golpearme. Y por poco lo logra.

— Si no te levantas por tu cuenta tendré que obligarte. —le advertí.
Ella soltó una pequeña risa sin abrir los ojos.
— ¿Qué es tan gracioso?

— Tú. —su voz estaba ronca por haber dormido tanto.
Había dormido unas cinco horas o más.
A pesar del ruido que habiamos estado haciendo, ella dormía plácidamente.

— ¿Te vas a levantar o no? —la respuesta que recibí fue una almohada en mi cara.
Para eso si se mueve, ¿No?
— Que conste que te lo advertí. —me agache junto a ella y la cargue en mis brazos para sacarla de su cama, fue ahí cuando por fin abrió los ojos.

— ¿Qué crees que haces? —dijo confundida.

— Cargarte, ¿No es obvio? —recibí una mala mirada de su parte.

— ¡Pues sueltame! —grito dramáticamente.

— ¿Quieres que te suelte? ¿Segura? —amenazé con dejarla caer.
Al sentir que caía al suelo rápidamente se abrazo de mi cuello.

— ¡No, no, no! —dijo aferrándose a mi. Sabía que no mentía en que la dejaría caer.
No pude evitar sonreír cuando sentí sus brazos rodear mi cuello y su cara pegada a mi pecho.
— Solo bájame. —pidio en tono pasivo - agresivo.

Hice lo que me pidió y la baje con cuidado.
No me moleste en borrar mi sonrisa por su anterior acción.

— A la próxima te dejare caer. —bromee y ella me ofreció una mala mirada.

— Te odio.

— No, no lo haces. —le sonreí y ella desvío la mirada de mi.

— ¿Y los demás? —dijo notando su ausencia.

— Se fueron hace unos minutos.

— Bueno. ¿Nos vamos ya? —lo dijo manteniendo sus ojos lejos de mi. Observé sus manos, estaba jugando con ellas distraídamente.
¿Está nerviosa?

— ¿De qué hablaron? —no pude evitar preguntar.

— ¿Qué? —me miro confundida.

— ¿De qué hablaron? ¿Qué te dijo? —repetí.

— Eso no es de tu incumbencia.

— Si se trata de ti si lo es. —vi la comisura de sus labios subir en una pequeña sonrisa.
— Parecía que ambos se lo estaban pasando de lo mejor, riendo y tomados de las manos. ¿Te gusto eso? —me hervía la sangre solo de recordar sus manos juntas. Ella no dijo nada, y no pude descifrar su expresión.
Me senté en la cama más cercana y empece a pensar en todas las posibilidades.

— ¿Hizo algo más? ¿Te toco? ¿Se acercó de más? ¿Intento besarte? —tenia miedo de su repuesta pero ella solo soltó una pequeña risa.

𝗔𝗟𝗟 𝗙𝗢𝗥 𝗨𝗦  • 𝔱𝔥𝔢 𝔪𝔞𝔷𝔢 𝔯𝔲𝔫𝔫𝔢𝔯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora