𝗔𝗟𝗟 𝗙𝗢𝗥 𝗨𝗦 • 𝔱𝔥𝔢 𝔪𝔞𝔷𝔢 𝔯𝔲𝔫𝔫𝔢𝔯

𝟰𝟲. 𝗡𝗢 𝗠𝗔𝗧𝗧𝗘𝗥 𝗛𝗢𝗪...

NO MATTER HOW...
•••

Subí por las rocas hasta donde se encontraban los muchachos riendo y hablando con tranquilidad. Tome asiento junto a Newt y las miradas de los cinco chicos se posaron en mi.

Ni Aris ni Teresa estaban ahí, Aris hablaba animadamente con Harriet y Sonya a algunos metros. Teresa, no tengo idea.

— Ojalá Alby pudiera ver esto… —mencionó el rubio con nostalgia.

— Y Winston —dijo Matt.

— Y Chuck —dijo Thomas en un tono más bajo, observando con tristeza la figura que Chuck le había dado. Apreté la mía que guardaba en mi bolsillo.

Yo no dije nada, pero a mí mente llegaron los rostros de todos esos chicos que me hubiera gustado tener aquí ahora.
Alby, Winston, Chuck, Gally, Ben.
Todo sería mejor si siguieramos todos juntos, si ninguno hubiera tenido que morir para que nosotros pudiéramos llegar hasta aquí.
No era justo.

— Todos estarían orgullosos —dijo Newt viéndome como si supiera lo que estaba pensando. Le sonreí forzadamente.

— ¡Oye Aris! —saludó Sartén a mi hermano que se giro para devolver el saludo— Ha sido de gran ayuda

— Si… aunque sigo sin confiar en él —comentó Minho con una sonrisa.

Le di una corta y mala mirada ante eso.

— Oye, ¿Y Teresa? —preguntó Thomas de repente.

— Se fue por allá —informó Newt señalando hacia una montaña rocosa.

El castaño se levantó dispuesto a irse.
No sin antes darme una pesada mirada de reojo.

Volví a ver a mi hermano y note que parecía despedirse de las chicas, poco después venía caminando hacia nosotros.

— Hola chicos —saludó el rubio tomando asiento a mi lado—. ¿Qué tal van?

— Esto es increíble —dijo sartén con emoción—. Sin ti creo que no estaríamos aquí, gracias

— Sin ustedes yo tampoco estaría aquí así que no hay nada que agradecer —sonrió.

Estábamos hablando de cualquier cosa para pasar el tiempo. Note que por un momento Aris se había quedado en silencio, lo mire y Vi que miraba con atención a Sonya que estaba alejada de ahí.

Le di un leve codazo y lo mire con una sonrisa.

— ¿Te gusta, no? —quise confirmar.

— ¿Qué? ¿Quien? ¿Sonya? Claro que no —hablo con nervios.

— Yo nunca mencioné a Sonya —el rubio se ruborizó rápidamente al percatarse de aquel detalle—. Anda, cuéntame —volvi a darle codazos.

— Puede que un poco —confesó cabizbajo—. Pero ella solo me quiere como un amigo —¿Sería prudente decirle?

— ¿Nunca has intentado algo? ¿No le has dicho nada? —el rubio nego de inmediato—. ¿Entonces cómo estás tan seguro de que no le gustas también? —se encogió de hombros.