𝟯𝟬. 𝗦𝗢𝗟𝗩𝗜𝗡𝗚 𝗧𝗛𝗘 𝗠𝗔𝗭𝗘

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SOLVING THE MAZE
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La mañana había llegado y por fin la horrible noche fuera de mi cama había terminado.
En la mitad de la noche, Chuck nos había sorprendido a Thomas y a mi con algo de comida, y tras una larga charla con Thomas, regreso a dormir.
¿Era normal sentirme celosa de su repentina cercania?

Apenas la luz del día hizo presencia, Minho apareció con expresión alegre. Llendo directamente hacia mi celda antes que nada.

— Buenos días, linda. —saludó en voz baja mientras desataba la cuerda.

— Buen día. —conteste en tono neutro.

Una vez que abrió la puerta me tendió la mano para ayudarme a salir.
¿Y está repentina caballerosidad? ¿Qué le pico? Según recuerdo, esos no son los síntomas de un penitente.

Tras dudarlo unos segundos tome su mano y subí. Una vez arriba, el pelinegro no perdió tiempo y con su mano libre envolvió mi cintura.

— Minho... —trate de apartarlo pero su agarre era firme.

— Nadie nos ve. Thomas sigue dormido. —sonrió y tomo mi barbilla.

¿Este tiene lagunas mentales o que le pasa?

— No es por si nos ven o no. Tú y yo solo somos amigos ¿Recuerdas? —lo empuje más fuerte y este por fin me soltó.

— Tú sabes que no podemos ser solo amigos, Ara. —me miro con una expresión que casi me hace olvidar todo.

— Entonces compañeros. —lo empuje por el pecho y fui hacia la celda de Thomas— Levántate, bella durmiente. —patee ligeramente la puerta, asustando al castaño.

— Ah, ¿Qué? —pregunto desconcertado.

— Nos espera un gran día. —el pelinegro se hinco a la altura de la puerta— ¿Seguro no quieres quedarte?

— Ya Minho. Sácame de aquí. —dijo el castaño con fastidio.

— Muy bien. —una vez que el pelinegro le abrió la puerta al castaño, y este salió, nos fuimos hacia la sala de mapas por las cosas necesarias.

...

— Bien, escuchen. Vamos a tomar esta ruta, a través del estrecho hasta llegar a la sección cuatro, y todo el camino hasta la sección siete. —explico señalando la ruta en el mapa— Es un largo camino, novato.

— Tenemos que ir y regresar en el menor tiempo, debes moverte, a menos de que quieras repetir lo de la otra noche. Y no queremos eso. —complemente.

Salí por delante, y detrás de mi el pelinegro.
¿Es mi impresión o está actuando mas raro de lo normal?

Me detuve a esperar a los dos chicos salir, y cuando el último de ellos estaba avanzando, el pelinegro lo detuvo.

— ¿Qué haces? —lo mire confundida— Cierra la puerta. —dijo después de una pausa y el castaño lo hizo a regañadientes. Me recordó un poco a como me trataba al inicio. Solo que con Thomas estaba siendo mucho mejor que conmigo— Vamos.

— Escucha Thomas. Puede que pienses que conoces el laberinto, pero los estrechos son algo peligroso. No importa a cuántos penitentes hayas sobrevivido. —me pegue al castaño, tratando de ponerlo en contexto ante el peligro al que estábamos llendo. Este me prestó atención— Las secciones exteriores te atrapan antes de que te des cuenta que diste un mal paso, así que me tente alerta.

— Solo síguenos a nosotros, ¿Bien? —vaya, me incluyo, definitivamente algo anda mal con él— No te olvides de la primera regla, novato: nunca dejes de correr. —le advirtió.

𝗔𝗟𝗟 𝗙𝗢𝗥 𝗨𝗦  • 𝔱𝔥𝔢 𝔪𝔞𝔷𝔢 𝔯𝔲𝔫𝔫𝔢𝔯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora