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•[Sebastian Solace x híbrido de pez!
Recuento de palabras • 1,4 K
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Un jadeo pesado resonó en tus oídos mientras empujabas la puerta cincuenta que te salvaba del infierno. Te agarrabas el costado con la mano manchada de sangre, un corte gigante yacía en tu costado. Respiraciones dificultosas salían de tus dientes apretados mientras te agarrabas el costado, intentando aplicar presión y porque dolía como el infierno. Con una oración, el respiradero que estaba más adelante se abrió con una risita persistente en él. Era tu amigo de confianza, bueno, más bien tu único amigo aquí, Sebastian. La extraña cosa híbrida de anguila con forma de pez... realmente no sabías exactamente qué ADN había en él, solo que era una extraña cosa híbrida que te vendía artículos. Nada más, nada menos.
Arrastrándose por el respiradero con un siseo debido a la nueva posición de tener que arrastrarse, arrastrando la cola detrás de usted. Gotas rojas de la herida debajo de su mano, dejando un pequeño rastro a su paso. Un pequeño jadeo saliendo de su boca mientras se levantaba, jadeando. De repente, su visión se volvió borrosa finalmente. ¿Cuánta sangre ha perdido? Bajó la mirada a su herida, toda su mano goteaba rojo. El único ruido en el que podía concentrarse era el suave goteo de las gotas carmesí que golpeaban el piso que parecía de metal, sus aletas auditivas se abrieron en abanico incómodamente.
Debido a tu descuido y a tu falta de cuidado con las puertas por las que entraste, entraste sin pensar en al menos una de las puertas de la "gente buena", tal vez algunos encuentros demasiado cercanos con Angler te dejaron rasguños. Todo era demasiado borroso para recordarlo o sentirlo. Al mirar hacia arriba, finalmente notas la expresión facial preocupada de Sebastian, ¿y cuándo te sentaste sobre esta mesa? Un gemido incómodo te dejó cuando Sebastian envolvió con fuerza vendas alrededor de tu herida expuesta. ¿Cuándo me quitó el equipo de buceo? Tus cejas se fruncieron en una confusión vidriosa, ¿qué estaba pasando? Con tu visión comenzando a desvanecerse, te desplomaste hacia adelante en los brazos de Sebastian y optaste por dejarte caer contra la dura pared de metal.
La incomodidad del frío metal contra tu piel desnuda y el dolor punzante en tu costado te despiertan. Silbando entre dientes te sientas, y rápidamente te das cuenta de que no llevas puesto el equipo de buceo, sino lo esencial. El frío era algo a lo que nunca te pudiste acostumbrar del todo después de haberte fusionado con un ADN de pez al azar que los científicos no te pudieron decir. Al mirar hacia abajo, te das cuenta de que está vendado y ya se está volviendo de un color rosa claro. Un áspero "Ejem" atrae tu atención hacia delante, donde Sebastian está en su lugar habitual en la esquina. "¿Cómo te sientes?". Su voz estaba cargada de disgusto por el hecho de haber preguntado eso, sus ojos te miran con ojos entrecerrados y analíticos.
