જ⁀➴𝐏𝐎𝐑 𝐒𝐈 𝐍𝐎 𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐇𝐄 𝐃𝐈𝐂𝐇𝐎: 𝐓𝐄 𝐀𝐌𝐎. 2જ⁀➴

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Podías ver su rostro en tu mente: la sonrisa que iluminaba sus ojos, la amabilidad en su voz, la forma en que te hacía sentir segura

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Podías ver su rostro en tu mente: la sonrisa que iluminaba sus ojos, la amabilidad en su voz, la forma en que te hacía sentir segura. Pero ahora, la imagen comenzó a distorsionarse, contaminada por el conocimiento de que podría estar escondiendo algo monstruoso. Presionaste tus sienes con tus manos, luchando contra la abrumadora sensación de traición que surgió dentro de ti.

¿Y si los buenos momentos hubieran sido una fachada? ¿Y si él hubiera estado jugando contigo todo el tiempo?

Tus piernas cedieron y caíste al suelo, sollozando mientras todo tu mundo se derrumbaba a tu alrededor. El calor del apartamento, que alguna vez fue un santuario, se sintió como una prisión. Enterraste tu rostro en tus manos, el peso de la desesperación te aplastó. "Creí en ti", lloraste, con la voz amortiguada contra tus palmas. "¿Cómo pudiste hacerme esto?"

Los sollozos te sacudían el cuerpo y podías sentir que el corazón se te partía con cada respiración. El dolor te consumía, una tempestad de emociones se arremolinaba en tu interior: ira, traición, tristeza. Te sentías completamente sola, abandonada en una pesadilla de la que no podías escapar.

Sentías como si las paredes mismas hicieran eco de tu desesperación, un cruel recordatorio de que estabas atrapada en esta realidad. Las lágrimas fluían libremente y jadeabas en busca de aire, cada respiración se sentía como una traición al amor que una vez sostuviste con tanta fuerza. "Sebastian", dijiste con voz ahogada, el nombre era un susurro teñido de angustia. "Por favor, dime que esto no es verdad..."

Pero en el fondo, una semilla de duda echó raíces, un susurro oscuro que no pudiste silenciar. Y mientras estabas sentada allí, destrozada en el suelo, te diste cuenta con una claridad escalofriante de que tal vez tuvieras que enfrentarte a una verdad que te aterrorizaba. La culpa de Sebastian. La posibilidad de que el hombre al que habías amado tan profundamente pudiera ser el monstruo que se escondía a plena vista.

Ese pensamiento provocó que otra ola de angustia se estrellara contra ti y te encogiste sobre ti mismo, mientras el peso de la desesperación te arrastraba hacia las profundidades de una oscuridad que lo consumía todo.

Los días se convirtieron en semanas y el mundo exterior se desvaneció en una lejana confusión. Una vez llenaste tu vida de risas y alegría, compartiendo tus pasiones y aventuras con Sebastian en streaming. Pero ahora, el único sonido que resonaba en el vacío de tu apartamento era el incesante tictac del reloj, un recordatorio constante del tiempo que había pasado desde que te lo arrebataron.

La ejecución de Sebastian había sido una sensación surrealista, una secuencia de pesadilla que se desarrollaba en cámara lenta. Te sentaste en la sala del tribunal, con el corazón palpitando con fuerza, mientras el mazo golpeaba su destino, y cada palabra del juez te atravesaba como un cristal. "Culpable". La palabra había resonado en tu mente, ahogando todo lo demás. Los aplausos de quienes habían venido a ver la ejecución se sintieron como puñales en tu espalda, mientras luchabas por comprender cómo el mundo podía seguir adelante cuando el tuyo se había hecho añicos.

𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍   ˢᵉᵇᵃˢᵗᶤᵃᶰ ˢᵒˡᵃᶜᵉ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora