Resumen: Eres un pescador mortal que llama la atención de un antiguo dios del mar sin saberlo.
Había un pequeño pueblo que se acunaba en el borde de una isla desconocida como un secreto olvidado entre los humanos, hecho de piedra sólida, tierra y arena mientras las inquietas olas del océano profundo lo moldeaban. Las estrechas calles adoquinadas serpenteaban entre las casas de madera blanqueada por el sol y ladrillos desgastados por la intemperie mientras un fino humo se elevaba en volutas desde las chimeneas encendidas, mezclándose con el aire salado del mar. Muchos signos de vida se reunieron alrededor de este lugar a pesar de su estatus desconocido.
El océano infinito rodeaba el pueblo por todos lados, un centinela eterno, sus olas de un azul profundo acariciaban suavemente la costa como si susurraran antiguas canciones de cuna. El sol estaba bajo en el cielo, tiñendo el mundo de tonos dorados y lavanda, donde el horizonte se difuminaba en una unión perfecta de mar y cielo. El sonido de las gaviotas que chillaban en la distancia resonaba en el aire, llevado por el viento que susurraba entre las altas hierbas y las flores silvestres que crecían en el borde de la isla.
Más allá, donde los acantilados se alzaban dentados y desafiantes contra el océano infinito, las olas se estrellaban con un rugido furioso, lanzando espuma blanca al aire. Sin embargo, allí, dentro del pueblo, el mar era apacible, un espejo que reflejaba la luz del cielo que se desvanecía.
En el puerto se balanceaban pequeñas embarcaciones de pesca, amarradas a postes de madera desgastados por el uso. Sus cascos pintados estaban descascarillados y descoloridos, pero conservaban una dignidad tranquila, como si hubieran sido testigos de siglos de mareas, tormentas y el ritmo constante de la vida. Las redes colgaban secándose en los muelles, envueltas como encajes sobre la madera vieja, esperando que la luz de la mañana enviara a los pescadores de regreso al mar abierto.
El viento se levantó con fuerza, trayendo consigo el olor a sal y tierra húmeda. Unos cuantos aldeanos, con los rostros surcados por la edad y el roce del mar, se reunieron para conversar tranquilamente cerca de los muelles, en voz baja, como si no quisieran perturbar la paz. Las linternas se encendieron en el crepúsculo, arrojando un suave resplandor dorado sobre el pueblo, como estrellas esparcidas por la tierra.
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𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍 ˢᵉᵇᵃˢᵗᶤᵃᶰ ˢᵒˡᵃᶜᵉ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳ
Fanfictionִֶָ. ..𓂃 ࣪ ִֶָ🦇་༘࿐ ▶︎ •၊၊||၊|။||||။၊|• 0:10 [ᵉˣᵒ 엑소 'ᵒᵇˢᵉˢˢᶤᵒᶰ'] ──. ݁𝐧𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐦𝐢𝐨𝐬, 𝐬𝐨𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚 𝐭𝐮𝐦𝐛𝐥�...