El día de la rueda de prensa llegó, y con él, una atmósfera cargada de tensión y expectativas. El salón lleno de reporteros y cámaras, pero algo era distinto esta vez para Bill. En lugar de los medios científicos de siempre, como Scientific American, el lugar estaba lleno de reporteros de medios de farándula. Ahí estaban TMZ, People, Us Weekly y hasta Hola!.
La situación no podía sentirse más ajena para el omega. Sabía que ya no se trataba de investigaciones o avances que su familia compartirían con el mundo, sino de algo mucho más personal.
Llevaba un traje amarillo que resaltaba su figura y sus intensos ojos dorados. Usaba guantes negros que añadían sofisticación, mientras que el pantalón ajustado y las zapatillas de tacón bajo equilibraban estilo y comodidad. Llevaba una pajarita negra que le daba un toque clásico y elegante.
Cada detalle en su atuendo estaba cuidadosamente seleccionado, proyectando la imagen que tenían de él.Lucía tranquilo por fuera, pero por dentro, su mente estaba trabajando a mil por hora. Y no lo malinterpreten, sabía cómo manejar a la prensa, pero el nunca había hablado en una rueda de prensa, su padre era el que las hacía y él no estaría allí para intervenir si algo se salía de control, tampoco era el tipo de prensa con la que estaba familiarizado. En lugar de hablar sobre sus estudios, y que su padre hable de teorías científicas o descubrimientos relacionados con la NASA. No quería presumir pero ahí es donde trabaja su padre. Ahora el enfoque era su vida personal. Y eso, sin duda, era mucho más complicado de manejar.
Bill sentía una mezcla de incomodidad y nerviosismo mientras observaba a los reporteros de farándula y chismes que estaban esperando con expectativa que empezara todo el show.
Y aunque la presencia del alfa a su lado le daba una sensación de fuerza, también lo hacía sentirse más vulnerable. Ford no era alguien que disfrutara de este tipo de atención, y saber que lo estaba arrastrando a ese mundo solo aumentaba el peso en su pecho.Observo al castaño que estaba junta a él en la habitación, llevaba puesto un traje negro y detalles amarillos que combinaba perfectamente con el suyo, y aunque no llevaba accesorios como el, no dejaba de verse tan atractivo. A diferencia de él, Ford no podía ocultar su nerviosismo. Este no era su ambiente natural, pero sabía que debía estar allí, junto a Bill, enfrentando todo lo que viniera.
Antes de salir, Bill detuvo a Ford suavemente, mirándolo con seriedad.
—No te preocupes —dijo, su voz baja pero firme—. Solo deja que yo responda las preguntas, y todo saldrá bien.
Apretó un poco la mano de Ford, tratando de transmitirle calma, aunque sabía que ambos sentían el peso de la situación. Ford le devolvió la mirada, un tanto nervioso, pero confió en él.
Cuando finalmente salieron y subieron al podio, los destellos de las cámaras los recibieron y el bullicio de la prensa se convirtió en un silencio expectante. Se sentaron en la mesa frente a todos los medios, que los observaban con miradas curiosas y anticipadas. Bill tomó el micrófono que estaba frente a él, y mostrando una expresión confiada que la prensa siempre espera de él.
A su lado, Ford respiró hondo, sintiendo la presión del momento. La incertidumbre se apoderó de él, pero sabía que debía mantenerse firme.—Gracias a todos por venir —comenzó Bill, con su pelo claro brillando bajo las luces. Su voz era firme pero educada, y una sonrisa suave adornaba su rostro, cada movimiento era elegantemente practicado. Había entrado por completo en el papel del heredero perfecto, se había convertido por completo en el Omega de oro—Entendemos que hay muchas preguntas y preocupaciones sobre los recientes rumores que han circulado. Estamos aquí para aclararlos y, con suerte, poner fin a cualquier malentendido.
Un mar de cámaras destelló en su dirección, capturando cada ángulo de su figura mientras la prensa se mostraba completamente fascinada por la persona que tenían frente a ellos. Sus ojos brillaban con admiración y curiosidad, ansiosos por escuchar lo que él tenía que decir.

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Omega de oro
FanfictionEn su primer día en la universidad, Ford accidentalmente derramó café sobre un desconocido. El extraño, con una sonrisa amable, aceptó el pañuelo ofrecido y se fue. Al ver su rostro hermoso, Ford quedó profundamente impresionado. En ese instante, n...