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Ford se dirigía a su clase de Vectores, sintiendo el peso de una mañana intensa. Al menos, era su última clase del día, aunque algo inusual, ya que esta vez la recibirían junto a otras secciones. Mientras caminaba hacia el edificio, distraído en sus pensamientos y repasando mentalmente si había traído todo lo que necesitaba, chocó sin querer contra alguien.

—Lo siento, no te vi venir —se disculpó Ford, ajustando su mochila.

Frente a él estaba un joven omega, algo más bajo, de cabello rubio y un rostro que, por un instante, le recordó a Bill. Sin embargo, al fijarse mejor, notó que, aunque había cierta similitud en los rasgos, quizá en el cabello o la complexión, sus ojos eran de un azul profundo, y su estructura facial tenía una marcada diferencia.

—No pasa nada, fue un accidente —respondió el joven con una sonrisa educada. Se agachó para recoger los libros que se le habían caído, y Ford, rápidamente, tomó uno de ellos y se lo entregó.

—Gracias —dijo el omega, aceptando el libro mientras sus dedos rozaban los de Ford por un breve instante.—  Oh, pero si eres el novio de Cipher—comentó el omega, mirándolo con curiosidad—. ¿Qué haces aquí? ¿Está él aquí contigo?— Ford se ajustó las gafas y respondió—Sí, soy el novio de Bill —respondió Ford, ajustándose las gafas con un leve gesto de incomodidad ante la curiosidad del omega— Pero él no está aquí. Solo vengo a mi clase de Vectores, como cualquier otro estudiante.

El joven asintió, aún observándolo con interés, como si estuviera evaluándolo. Ford intentó ignorar la sensación extraña que le producía el escrutinio del omega y añadió, con un tono neutral:

—¿Y tú? ¿También vienes a la clase?—
El omega asintió con una pequeña sonrisa.
—Sí, también soy estudiante de primer año, de física. Soy Anthony, por cierto —dijo, extendiendo su brazo libre al finalizar.

Ford estrechó su mano presentándose también, al parecer Anthony era increíblemente educado y tranquilo, pero algo en él que le resultaba familiar, aunque no le prestó demasiada importancia en el momento.

—La física no es un campo fácil… si no te molesta, ¿puedo hacerte una pregunta? —Anthony dudó por un segundo antes de continuar al ver que Ford asentía—. ¿Te gusta? ¿La física… te apasiona?

Ford lo miró, algo confundido por la pregunta, y Anthony se apresuró a aclarar.

—Lo pregunto porque hay gente aquí que no disfruta realmente de su carrera, que está aquí solo por la presión de sus padres. Pero, claro, puedes no responder si prefieres, no pasa nada —terminó con una sonrisa, haciendo que Ford soltara una risa ligera, relajándose.

—Sí, definitivamente es lo mío. Aunque a veces no es fácil, me mantiene enfocado… ¿Y tú?

Anthony solo guardó silencio por un momento, y Ford, algo confundido por su reacción, estuvo a punto de preguntar si había hecho algo mal o si debía disculparse. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, éste se adelantó con una sonrisa apresurada.

—Vamos, tenemos que darnos prisa, o nos quitarán los mejores asientos —dijo rápidamente, tomando a Ford del brazo y prácticamente arrastrándolo al salón donde se impartiría la clase. Ford apenas tuvo tiempo de reaccionar mientras lo guiaba con entusiasmo hacia el interior.

Al entrar al salón, Ford y Anthony lograron sentarse juntos en una fila cerca de las ventanas. Mientras esperaban al licenciado, charlaron de forma amena sobre sus clases, compartiendo algunas anécdotas. Anthony tenía un aire tranquilo que hacía que Ford se sintiera cómodo, y el ligero aroma dulce que el omega desprendía parecía envolver el ambiente de una forma inesperadamente relajante. Finalmente, el licenciado llegó, dando inicio a la clase, y Ford volvió a concentrarse en su trabajo.

Durante la lección, Ford notó que, aunque Anthony no levantaba la mano para participar, parecía siempre tener la respuesta correcta. Observó cómo Anthony resolvía los problemas en su cuaderno con facilidad, confirmando que tenía un talento natural para la física. Cuando llegó la parte práctica, Ford y Anthony formaron equipo. En un momento en que el omega calculaba una ecuación mentalmente, Ford, intrigado, le preguntó:

—Tengo una duda, si sabes las respuestas, ¿por qué no participas en clase?

Anthony le dedicó una sonrisa astuta, sus ojos azules brillando con un toque de diversión.

—Por la misma razón por la que tú no lo haces —respondió en voz baja. Ford sonrió, sintiéndose entendido de una manera que rara vez experimentaba.

A medida que la clase llegaba a su fin, Ford sintió una mezcla de alivio y satisfacción. Había aprendido mucho, y el tiempo junto a Anthony había hecho que la lección fuera aún más amena. El licenciado dio un último repaso a los temas tratados, animando a los estudiantes a repasar los conceptos antes de la próxima clase. Una vez que la clase terminó, comenzaron a recoger sus cosas y levantarse de sus asientos.
Anthony se volvió hacia Ford, sonriendo con una chispa de emoción.

—¿Qué te parece si vamos a la biblioteca a estudiar un poco? Podríamos hacer un buen repaso de lo que vimos hoy —propuso, su voz llena de entusiasmo.
Ford sonrió, pero sintió un pequeño pinchazo de culpa.

—Me encantaría, pero tengo que verme con mis amigos y con Bill.

Anthony frunció ligeramente el ceño, decepcionado— Oh, está bien. Entiendo —dijo, y luego se detuvo un momento, como si le hubiera surgido una idea, su expresión se iluminó de nuevo— ¿Puedo tener tu celular?

Confundido, Ford se lo pasó. Anthony lo tomó y comenzó a escribir algo rápidamente antes de devolvérselo.

—Aquí, para que nos veamos después —dijo, señalando la pantalla. Ford miró su teléfono y se dio cuenta de que Anthony había guardado su número.

—Y bueno, fue un gusto haberte conocido. No olvides llamarme —añadió Anthony con una sonrisa amable y cálida antes de emprender su camino.

Ford se quedó mirando cómo se alejaba, sintiéndose un poco sorprendido, al parecer había hecho otro amigo. Luego continuó hacia la cafetería, donde sabía que su amado lo estaría esperando.

Al llegar, encontró a Bill sentado con Fiddleford y Pyronica, quienes conversaban animadamente mientras esperaban su llegada.

—¡Ahí estás, Ford! —exclamó el beta al verlo entrar—. Ven, cuéntanos cómo fue tu clase de vectores. Ya queremos oír cómo brillaste.

Ford se rió, restándole importancia, y tomó asiento al lado de Bill, quien, con una sonrisa cálida, le besó suavemente la mejilla.

—Nada fuera de lo común —respondió Ford—. Bueno, sin contar que conocí a alguien, y luego solo las típicas ecuaciones que te dejan pensando.

—¿Conociste a alguien? —preguntó Bill, levantando una ceja con curiosidad.

Ford asintió y sonrió. —Sí, es un compañero de clase. Parecemos llevarnos bien.

Sin decir nada más, Bill se recostó en su hombro, relajándose contra él, como si esa simple respuesta fuera todo lo que necesitaba escuchar.

Mientras la conversación continuaba, Ford no mencionó su encuentro, pues para él, no fue nada destacable, solo un choque fortuito con un estudiante más del campus. Pero algo en su subconsciente lo mantenía dándole vueltas al hecho de que Anthony se le hacia conocido, aunque decidió no profundizar más en eso.

En ese momento, todo lo que importaba era disfrutar del almuerzo en compañía de su pareja y sus amigos, sin dejar que pensamientos innecesarios perturbaran la paz que había alcanzado últimamente.

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Holaaa ¿cómo están?

Aquí les traigo el cap, vemos que hay un nuevo personaje. Los demás capítulos los iré subiendo en este fin de semana, hasta el cumple de Bill.

Espero que les haya gustado. Y cualquier cosa me avisan.

Nos leemos en el próximo cap ✨

Omega de oro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora