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Con el fin del periodo académico a la vuelta de la esquina, Ford y Bill se encontraron cada vez más inmersos en los estudios, pero eso no impidió que siguieran cultivando su relación. Las horas que pasaban juntos en la biblioteca se convirtieron en una rutina que ambos esperaban con ansias. Ford, que siempre había sido un estudiante dedicado, ahora sentía que su motivación no solo provenía de su deseo de aprender, sino también de poder pasar tiempo con Bill. Aparte que el lunar lo distraía en demasía.

A medida que se acercaban los exámenes finales, la tensión en el campus aumentaba, y Ford notaba que Bill estaba más cansado de lo habitual. No era solo por el estrés de los estudios, sino también por la constante presencia de su ex. Aunque el alfa no había vuelto a acercarse desde el incidente en la biblioteca, Ford podía ver cómo la sombra de esa relación pasada seguía afectando a Bill.

Una tarde, después de una larga sesión de estudio, Ford y Bill decidieron tomar un descanso y caminar por los jardines del campus. La brisa fresca de la tarde que movía las ramas del roble bajo el que estaban sentados, era un alivio después de horas de encierro en la biblioteca, y el silencio entre ellos era cómodo, como siempre. Ford podía sentir que Bill estaba preocupado por algo, pero no quería presionarlo para que hablara si no se sentía listo.

Finalmente, fue Bill quien rompió el silencio. "Ford, he estado pensando… Sobre lo que hablamos la última vez, acerca de mi ex.”

Ford lo miró con atención, dándole espacio para que continuara.

“Sé que no es justo que tengas que lidiar con mis problemas, pero quiero que sepas que agradezco lo mucho que has estado a mi lado,” dijo Bill, su voz suave pero cargada de sinceridad. “No es fácil para mí confiar en la gente, especialmente después de lo que pasó con él. Pero contigo… me siento seguro.”

Ford sintió un calor en su pecho al escuchar esas palabras. “Bill, no tienes que disculparte por nada. Estoy aquí porque quiero estarlo, porque me importas. Y si alguna vez necesitas hablar o simplemente estar con alguien, siempre estaré dispuesto.”

Bill sonrió, y por un momento, todo pareció estar bien en su mundo. “Eres increíble, Ford. No sé qué haría sin ti.”

Ese comentario, aunque simple, hizo que Ford se diera cuenta de lo profundo que eran sus sentimientos por Bill. No era solo una atracción física o una simple admiración. Era algo más, algo que lo hacía querer proteger a Bill, estar a su lado en los buenos y malos momentos, y asegurarse de que siempre se sintiera valorado y amado.

Mientras caminaban de regreso al campus, Ford decidió que, una vez que pasaran los exámenes finales, hablaría con Bill sobre lo que sentía. No quería apresurarse, ni tampoco quería presionar a Bill, pero sabía que necesitaba ser honesto con él. Sentía que su relación estaba en un punto en el que podían hablar abiertamente sobre sus sentimientos, y Ford estaba listo para dar ese paso.

Las últimas semanas del semestre pasaron rápidamente, entre exámenes, proyectos finales y los habituales encuentros en la biblioteca. Ford notaba cómo Bill se relajaba cada vez más a su lado, cómo sus interacciones se volvían más naturales y llenas de una confianza que solo se había fortalecido con el tiempo. Los apodos cariñosos que Bill usaba para dirigirse a él eran ahora una constante, y Ford los atesoraba, sintiendo que cada palabra suave que Bill le dedicaba era un pequeño tesoro.

Finalmente, llegó el último día de clases. El campus estaba lleno de estudiantes celebrando el fin del semestre, y la atmósfera era de alivio y felicidad. Ford y Bill se encontraron en su lugar habitual en la biblioteca, pero en lugar de estudiar, decidieron dar un paseo para disfrutar del aire libre.

“¿Te das cuenta de que hemos pasado casi todo el semestre juntos?” dijo Bill mientras caminaban por los senderos bordeados de árboles.

“Sí, y honestamente, no lo cambiaría por nada,” respondió Ford, sonriendo al ver cómo los ojos amarillos de Bill se iluminaban.

Se detuvieron bajo uno de los grandes robles que adornaban el campus, el mismo donde se habían sentado la primera vez que hablaron en serio. Ford sabía que era el momento adecuado.

“Bill, hay algo que quiero decirte,” comenzó Ford, su voz un poco más seria de lo habitual. “Este semestre ha sido increíble, y sé que es porque tú has sido parte de él. Nunca pensé que conocería a alguien como tú, alguien que pudiera hacerme sentir así.”

Bill lo miró, sus ojos curiosos pero con una expresión suave, como si supiera lo que venía.

“Sé que hemos pasado por mucho juntos en poco tiempo, y no quiero asustarte ni apresurarte. Pero quería que supieras que… me importas mucho, más de lo que imaginé. Y, bueno, si tú sientes lo mismo, me gustaría ver a dónde puede llevarnos esto.”

Hubo un silencio por un momento, y Ford se sintió nervioso, esperando la respuesta de Bill. Pero cuando Bill finalmente habló, sus palabras fueron tranquilizadoras y llenas de afecto.

“Ford, eres el alfa más dulce y considerado que he conocido. Me has hecho sentir especial, seguro, y querido. Y sí, siento lo mismo por ti. No sé a dónde nos llevará esto, pero me gustaría averiguarlo contigo.”

Ford sintió una ola de alivio y felicidad al escuchar esas palabras. No pudo evitar sonreír mientras miraba a Bill, sabiendo que estaban en el comienzo de algo hermoso. Se acercó a él, tomando suavemente su mano, y juntos, continuaron su paseo, sabiendo que, sin importar lo que el futuro les deparara, estarían allí el uno para el otro.

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Holaaa cómo están?
Espero que muy bien.
Aquí está su capitulo de hoy talvez más tarde les subo otro.

--lugar para que dejen sus preguntas --

Nos vemos en el otro cap ✨

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