Omega de oro

C11

El fin de las vacaciones se acercaba rápidamente, y la emoción por el regreso a la rutina universitaria se mezclaba con sentimientos encontrados para Ford y Bill.

Bill estaba ansioso por dejar atrás la mansión Cipher. Aunque sabía que debía regresar a su vida en la universidad, no podía evitar sentirse aliviado por escapar de un hogar que no le ofrecía el calor ni el apoyo que deseaba. Antes de irse, su padre le recordó, una vez más, la importancia de mantener el prestigio de la familia y que debía esperar otro primer lugar en la próxima evaluación. La presión era palpable, pero Bill encontró un pequeño consuelo en su madre, quien, al besar su frente y desearle buena suerte, le ofreció una dosis de apoyo sincero en medio de la frialdad de su padre.

Por otro lado, Ford estaba triste por dejar la calidez de su hogar y la compañía de su familia. La víspera de su regreso, sus seres queridos organizaron una despedida entrañable para él.

Los gemelos, Dipper y Mabel, quienes, a sus cinco años, estaban encantados con la idea de que su tío volviera a la universidad, aunque no entendían exactamente lo que significaba, pero si su tío Ford iba ahí tenía que ser igual de genial como el trabajo de su tío Stan. La casa estaba llena de risas y abrazos, y la cena estuvo llena de bromas y anécdotas familiares.

Stanley no perdió la oportunidad de burlarse de Ford por su emoción. "¿No puedes esperar para ver a 'tu musa', eh? Ya que lo has estado mencionando cada vez que hablas por teléfono, saben todas incluso lo menciona en sus sueños " grito a toda la familia avergonzando al nombrado. "¡No puedo ni imaginar lo que tienes guardado para él!"

Ford se rió, sonrojado por la insinuación de su hermano, pero sintiendo la calidez de su familia y agradecido por su apoyo. "¡No puedo evitarlo! Simplemente, no puedo esperar para verlo. Es... diferente."

La despedida estuvo llena de cariño y buenos deseos. Finalmente, Ford, partió hacia la universidad.

Al llegar a su habitación en el campus, Ford se sumergió en el proceso de desempacar y saludar a McGucket, que estaba emocionado de verlo de vuelta.

Una vez instalado, Ford no pudo esperar más para llamar a Bill. Cuando finalmente lo hizo, este le respondió con un tono lleno de alivio y expectativa. "Hola, Fordsy. Justo estaba esperando tu llamada. Llegué hace poco. ¿Qué tal tu despedida?"

"Todo estuvo genial. Mi familia me despidió con mucho cariño. Stan se divirtió mucho burlándose de mí, pero fue lindo," respondió Ford, con una sonrisa en su voz.

"Qué bien. Me alegra escuchar eso. Estaba deseando escuchar tu voz," dijo Bill, su tono lleno de afecto.

Ambos acordaron encontrarse en el roble, un lugar especial que se había convertido en su rincón para compartir y disfrutar juntos.

El reencuentro fue tan emocionante como esperaban. Cuando se vieron, se lanzaron en un abrazo fuerte y cálido, sintiendo que el tiempo y la distancia se desvanecían.

"Te extrañé tanto, Musa," susurró Ford, aferrándose a Bill con una mezcla de alegría y alivio.

"Yo también a ti, Sixer. No puedo creer que finalmente estemos juntos otra vez," respondió Bill, sonriendo mientras abrazaba a Ford con igual fervor.

El abrazo se extendió, y ambos sintieron que, a pesar de las dificultades y las expectativas externas, encontraban en el otro un refugio y una conexión que les daba fuerza para enfrentar lo que viniera. La calidez de su relación y la comprensión mutua les ofrecieron un respiro en medio de las presiones de sus vidas. Juntos, estaban listos para enfrentar el nuevo semestre con renovada energía y el apoyo incondicional que se ofrecían el uno al otro.

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