Capítulo 18

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Son las nueve y veinte de la noche.

Me estoy secando el pelo después de haberme duchado.

Todo lo que hago siempre, vamos; todo menos que hoy Mingi no ha aparecido. Yo doy por supuesto que de nuevo se debe al trabajo que tiene y la serie de cosas que lo mantenían ocupado. De todas formas, habría agradecido charlar con él. A alguien le tenía que contar la oferta de 2×1 en geles de ducha que he encontrado hoy en el supermercado al volver del hospital después de la sesión con el grupo de ayuda para personas con problemas alimenticios.

Ha sido un día completo. Colegio, comida con Yeosang, yoga, el hospital y una compra rápida en el súper.

Apago el secador y enrollo el cable a su alrededor. Mientras ordeno los cajones del lavamanos, oigo el crujido familiar de una puerta abriéndose. Podría decirse que se me iluminan los ojos, pero eso sería exagerar.

—Oh, mira quién apareció… ¡Hola, Mingi! ¿Qué tal? —lo saludo con más euforia de la que soy consciente.

—Buenas noches, Hongjoong. Lo siento, pero hoy no tengo tiempo.

Su respuesta fría y cortante me deja de piedra, completamente mudo. Ha sido borde, una faceta que nunca había mostrado conmigo y, por ende, me deja sorprendido.

—Adiós —se despide secamente, antes de hacer sonar el interruptor al apagarse.

Hay pasos y luego oigo la puerta cerrarse.
Mi voz interior se lanza a justificar su comportamiento por mil razones. Estrés, preocupaciones, demasiado trabajo, demasiados problemas…, cansancio. Todo lo podría justificar perfectamente, pero hay un pero, y es que yo no le he hecho nada salvo saludarlo lo más jovialmente que he podido.

Las cosas se pueden decir de muchas maneras.

Pero, en fin, reconozco que yo también me pasé de borde con él días atrás. Tal vez me merecía que me lo devolviera para estar en paz.

—Bueno, a leer y a dormir se ha dicho —digo para las paredes, porque solo quedamos ellas y yo.

El chico del baño de al lado ✓ Minjoong [Ateez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora