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Resumen:
Los chicos encuentran al culpable

Notas:
SEGUNDO AÑO (32-37)

Advertencia de contenido: representaciones gráficas de violencia.
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Hicieron un desvío en su camino de regreso a la sala común. Tom tiró de Harry hacia un aula vacía y cerró la puerta detrás de ellos.

—¿Por qué le dijiste a Dumbledore que podemos hablar pársel? —preguntó Tom bruscamente.

—Pensó que habíamos traído una serpiente venenosa a una escuela llena de niños —se defendió Harry, con la misma insistencia—. No podíamos dejarle creer que Medusa era un peligro para nadie.

—¿Eso es todo? ¿No soportaste que tu profesor favorito pensara que rompiste las reglas? —susurró Tom.

—¿Estás hablando en serio? —espetó Harry, con los ojos brillantes—. Dumbledore es el subdirector. ¿Te imaginas el problema en el que nos meteríamos si pensara que hemos traído una serpiente venenosa a la escuela? Habría consecuencias reales, Tom. Y no solo eso, habríamos perdido por completo su confianza.

—¿Y qué? —replicó Tom con irritación.

Harry respiró profundamente, reprimiendo su ira antes de que más palabras duras pudieran salir de sus labios. Era estúpido pelear ahora, de entre todos los momentos, cuando Harry podía decir por la devastadora atracción de sus magias que lo único que ambos querían hacer era abrazarse.

¿Cómo podría hacer que Tom lo entendiera?

—El profesor Dumbledore se habría enterado tarde o temprano de que podemos hablar pársel —dijo Harry, girándose—. Alguien ya nos había contado lo de Medusa, así que era solo cuestión de tiempo. No es que lo hayamos estado ocultando entre los Slytherin. Incluso lo hemos hablado en los pasillos y en el Gran Comedor una o dos veces. Al menos de esta manera, controlamos cómo sucedía, le dimos solo información mínima y logramos mantener su confianza, a pesar de lo que él piensa sobre el pársel como un arte oscuro. Toda esta situación era inevitable, así que ¿no es esta una de las mejores formas en que podría haber ido, amor? —preguntó Harry con dulzura.

Tom se mordió el labio. Se quedó callado por un largo momento. Luego, exhaló y rodeó a Harry con sus brazos antes de juntar sus frentes.

—Tienes razón —admitió Tom—. Tomaste la decisión correcta, cariño. Dumbledore puede hacernos la vida muy difícil si quiere. Él controla el dinero de nuestras becas, nuestros libros escolares e incluso nuestra permanencia en la escuela. Tenemos que mantenernos en su lado pase lo que pase. No debería haberme enfadado.

—Está bien, Tom —dijo Harry, volviendo a abrazarlo—. El profesor Dumbledore es una buena persona. Le agradamos. Sólo le preocupaba que Medusa pudiera haber lastimado a alguien.

Tom frunció el ceño.

Harry alcanzó sus gafas, intentando limpiar el marco lleno de huellas dactilares usando la manga sedosa de la túnica de Tom.

—¿De qué se trataba esto? —preguntó Harry molesto.

—¿Qué? —preguntó Tom distraídamente, enrollando uno de los rizos de Harry alrededor de su dedo.

—Mis gafas —dijo Harry—. Las has manchado.

La mirada de Tom bajó para centrarse en el rostro de Harry.

—Oh, sí. Tu preciado profesor Dumbledore intentó usar legilimancia contra nosotros allí dentro —dijo Tom con una mueca.

"¡¿Qué?!"

Acebo y Tejo (Traducción) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora