Capítulo 6

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Lisa' POV

Quiero el divorcio.

Las palabras se arremolinaban a nuestro alrededor como una nube de humos venenosos. En teoría, entendía lo que significaban, pero no podía comprenderlas.

Divorciarse significaba separarse. Romper significaba separarse. Y separarse era sencillamente imposible. Era algo que le ocurría a otras personas, no a nosotras.

Su anillo de boda me hizo un agujero en el bolsillo.

ㅡNo puedo creer que me haya casado con alguien a quien le gusta el chocolate con menta ㅡdije mientras Jennie se comía un bol de su helado favoritoㅡ. Sabes que básicamente estás comiendo pasta de dientes, ¿verdad?

Deliciosa pasta de dientes. ㅡSu sonrisa traviesa me golpeó justo en las tripas. Llevábamos casadas exactamente una semana, dos días y doce horas, y aún no podía creer que fuera míaㅡ. Conocías mi gusto por los postres antes de nuestra boda, así que no puedes quejarte ahora. Me temo que estás atascada conmigo y mi chocolate con menta para siempre.

Para siempre.

El concepto parecía irreal hace un año. Nada duraba para siempre. Las personas, los lugares, las relaciones... todo tenía fecha de caducidad.

Pero por primera vez en mi vida, me permití creer a alguien cuando decía que se quedaría.

Mi mano encontró la suya y entrelazó nuestros dedos.

ㅡ¿Me lo prometes?

Su rostro se suavizó. Técnicamente, se suponía que estábamos viendo la última superproducción de acción, pero las explosiones ya no eran más que ruido de fondo.

ㅡLo prometo.

Se oyó un portazo en el pasillo y el recuerdo se desvaneció tan rápido como surgió.

Volvió el zumbido en mis oídos.

ㅡNo lo dices en serio.

Jennie se limitó a mirarme fijamente, con los ojos brillantes por las lágrimas no derramadas, pero el rostro impregnado de tranquila determinación.

Dios, ¿por qué me apretaba tanto la corbata? No podía respirar bien.

Alargué la mano para aflojarla, pero mis dedos no encontraron más que algodón húmedo. No había corbata, sólo una prensa alrededor de mi cuello y un puño estrangulándome los pulmones.

ㅡNunca me lo dijiste. ㅡBajé el brazo, preguntándome dónde demonios nos habíamos equivocadoㅡ. Nunca me dijiste nada de esto hasta ahora.

¿Había faltado a más citas de las debidas estos últimos años? Sí.

¿Hablábamos Jennie y yo tanto como solíamos? No. Pero esa era la naturaleza de construir un imperio, y creía que nos entendíamos. Llevábamos tanto tiempo juntas que no necesitábamos reafirmar constantemente nuestra relación.

ㅡDebería haberlo hecho. ㅡJennie apartó la miradaㅡ. Fue mi culpa. Me lo guardé todo para mí cuando debería haberte dicho cómo me sentía. No se trata sólo de un viaje o una cena. Ni siquiera se trata de una docena de viajes y cenas. Se trata de lo que representa perderlos. ㅡSus ojos volvieron a encontrarse con los míos y se me retorció el corazón al ver el dolor que había en ellos. ¿Realmente había estado tan ciega que no me había dado cuenta de lo infeliz que había sido todo este tiempo?ㅡ. Has dejado claro, una y otra vez, que no soy tu prioridad.

ㅡEso no es verdad.

ㅡ¿No es cierto? ㅡMe dedicó una sonrisa tristeㅡ. ¿Sabes lo que me preguntaba cada noche cuando volvías a quedarte hasta tarde en la oficina? Me preguntaba, si hubiera una emergencia en el trabajo y en casa al mismo tiempo, a quién elegirías. ¿A mí o a tus inversores?

El zumbido se intensificó.

ㅡSabes que te elegiría a ti.

ㅡEsa es la cuestión. No lo creo. ㅡUna lágrima resbaló por su mejillaㅡ. Porque no me has elegido. No en mucho, mucho tiempo.

Se hizo el silencio entre nosotras, interrumpido por mi respiración acelerada y el tic-tac ensordecedor del reloj de la esquina. Cualquier respuesta que pudiera haber tenido quedó aplastada bajo el peso de sus lágrimas.

Pobreza. Fracaso. Sabotaje. Había soportado mucho a lo largo de los años y sobrevivido, pero ver llorar a Jennie era lo único que podía hacerme caer de rodillas. Cada maldita vez.

ㅡHe dicho tantas excusas, tanto a mis amigos como a mí misma, pero ya no puedo más. ㅡSu voz se redujo a un susurroㅡ. Nos hemos estado aferrando a algo que ya no existe, y tenemos que dejarlo ir. Ambas seremos más felices.

Cada sílaba minaba la compostura que había construido durante una década. Un ejército de emociones se apoderó de mí: rabia, vergüenza y una desesperación feroz que no había sentido desde que era una adolescente que luchaba por salir de mi ciudad natal olvidada de la mano de Dios. Se suponía que ya no debía sentir nada de eso, maldita sea.

Yo era una maldita CEO, no una niña indefensa sin familia y sin dinero a su nombre. Pero ante la perspectiva de perder a Jennie...

El pánico se apoderó de mi pecho.

ㅡ¿De verdad crees que seremos más felices si nos divorciamos? ¿Qué seré más feliz sin ti? Esto somos nosotras. ㅡLa palabra salió de mi garganta, cruda y cargada de emociónㅡ. dangsingwa na. yeong-wonhi (Tú y yo. Para siempre.)

El silencioso sollozo de Jennie me desgarró el corazón. Me acerqué a ella y, cuando retrocedió, el desgarro se convirtió en un abismo.

ㅡNo hagas esto más difícil de lo que tiene que ser. ㅡLas palabras apenas se oíanㅡ. Por favor.

Me llevé la mano al costado mientras el puño me apretaba los pulmones. No sabía cómo habíamos llegado hasta aquí, pero no iba a irme sin luchar.

ㅡLo arruiné ayer ㅡdijeㅡ. Y lo he arruinado muchas más veces antes de eso. Pero sigo siendo tu esposa, y tú sigues siendo mi mujer.

Ella cerró los ojos, sus lágrimas ahora un flujo silencioso y constante corriendo por su cara.

ㅡLisa...

ㅡLo solucionaremos. ㅡLa idea de vivir sin ella era incomprensible, como pedirle a un corazón que dejara de latir o a las estrellas que abandonaran la nocheㅡ. Te lo prometo.

Teníamos que hacerlo.

Quizás no lo he expresado tanto como debería, pero Jennie era una parte indeleble de mí. Lo había sido desde el momento en que la vi, once años atrás, aunque entonces no lo supiera.

Sin ella, yo no existía.

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Queen of Greed | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora