Capítulo 34

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Lisa's POV

ㅡOh Dios. ㅡEl sonido del agua casi ahogó el gemido de Jennieㅡ. Oh dios... oh mierda. ¡Lisa!

Soltó un grito ahogado cuando la penetré de golpe, y el sonido de mi nombre me hizo perder la compostura. Tenía el cabello mojado enredado en mi puño y las manos extendidas contra el azulejo mientras la follaba sin piedad contra la pared. Sollozos entrecortados brotaban con cada brutal embestida.

A veces le gustaba dulce y lento; otras, rápido y duro. Sabiendo lo que le apetecía, me pareció intuir que le apetecía del segundo tipo de sexo por la forma en que su coño se aferraba a mi polla.

El calor corrió por mi espina dorsal y mi pulso. Quería decirle lo buena que era, cómo quería enterrarme dentro de ella hasta tatuarme en cada centímetro de su corazón y de su cuerpo, y que siempre sería mía.

Pero no lo hice.

Mordí las palabras que amenazaban con salir de mí y dejé caer mi boca sobre su hombro. Una mano apretó el agarre y tiró de su cabeza hacia atrás; la otra subió por su cintura hasta un pecho blando. Su pezón se tensó contra mi palma mientras se retorcía ante mis embestidas.

ㅡAbre más las piernas, cariño. ㅡMis dientes marcaron su piel, convirtiendo mis suaves palabras en una dura ordenㅡ. Quiero ver mi polla estirando ese precioso coñito.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo de Jennie. No dudó en obedecer, y casi deseé que no lo hubiera hecho, porque verla tomándome era suficiente para ponerme de rodillas.

ㅡPerfecto ㅡgemí, tan excitada que era un milagro que no estallara allí mismo.

Encajábamos a la perfección. Su cuerpo se amoldaba al mío como si estuviera hecho para mí. Deslizarme dentro de ella era lo más cerca que había estado del cielo y, mierda, no quería irme nunca.

Dentro y fuera, más rápido y más profundo. El tambor constante del agua golpeaba mi espalda mientras yo penetraba más profundamente, nuestra piel húmeda chocaba entre sí en una sinfonía sucia y erótica que ninguna ducha podría limpiar.

Jennie dejó escapar otro gemido. Estaba a punto. Notaba la rigidez de sus músculos y la hice girar justo antes que se corriera.

Le caían chorros de agua por la cara y el pecho mientras echaba la cabeza hacia atrás, con la boca entreabierta para dejar paso a un grito agudo y sin aliento que nos estremeció a las dos.

No pude contenerme más. Los espasmos de su orgasmo aún ondulaban a mi alrededor cuando me corrí y la pinté con mi semen. La ducha lo limpió antes de lo que me hubiera gustado, y luego nos abrazamos en la bajada, nuestros latidos sincronizados, nuestras respiraciones entrecortadas ahogándose bajo el chorro constante de agua. Quería guardar este momento para siempre, pero como siempre, terminó demasiado pronto.

Jennie se soltó de mis brazos y me rodeó. El frío me recorrió el cuerpo mientras cerraba la ducha y la veía secarse con la toalla.

No puedo prometer nada más que sexo.

Así que eso fue lo que hicimos durante las últimas tres semanas. Me llamaba cuando quería verme y yo aparecía. Tuvo citas que nunca le pregunté, y yo le hice invitaciones que nunca aceptó.

No era una gran relación, pero si eso era todo lo que ella estaba dispuesta a dar, eso era lo que yo aceptaría.

Me envolví el cuerpo con una toalla y la seguí hasta el dormitorio. Hoy habíamos quedado en el ático en vez de en su apartamento o en un hotel, lo cual no era habitual. Normalmente evitaba nuestra antigua casa como la peste.

Queen of Greed | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora