Capítulo 38

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Lisa's POV

Caminé a lo largo de mi oficina y me detuve frente a la penúltima estantería.

ㅡEste. ㅡElegí un vestido dorado brillante.

ㅡExcelente elección. ㅡLilah Amiri sonrióㅡ. Le quedará de maravilla.

¿Se lo envío directamente a su apartamento?

ㅡSí. Cárguelo a mi cuenta.

Como Jennie no tenía tiempo de encontrar un traje para su gran inauguración, le había pedido a uno de sus diseñadores favoritos que le trajera una selección de vestidos que podrían gustarle. Pensé que el dorado era el que mejor le sentaba. Siempre le había sentado bien ese color, y el corte era sencillo, femenino y elegante.

Ya había marcado la apertura en mi calendario, programado una alarma y encargado a Taeyeon y Martha que me lo recordaran en caso que se me olvidara el sábado. Había aprendido de mis errores. No volvería a perderme ni una cita para tomar un café, y mucho menos algo tan importante para Jennie.

Nuestra renovada relación aún estaba en terreno vacilante, pero nos estábamos asentando rápidamente en una nueva y mejor normalidad. Noches de citas informales, fines de semana de ocio, llamadas y mensajes frecuentes... me recordaban a cuando empezamos a salir en la universidad. La diferencia era que yo apreciaba más lo que teníamos y lo que casi había perdido. Además, ya no tenía que juntar céntimos y dólares para una buena comida, lo cual era un buen extra.

Me acomodé detrás de mi escritorio mientras Martha acompañaba a Lilah y a su ayudante fuera de mi oficina. Mi personal se estaba adaptando a mi horario más relajado. Demonios, yo me estaba adaptando a mi horario. Después de años de trabajar hasta la extenuación a expensas de todo lo demás, me resultaba extraño dejar el teléfono durante largos periodos de tiempo y no ver salir la luna desde mi oficina todas las noches. Una cosa era relajarse en Corea y otra en Nueva York.

No lo odiaba. El miedo a perder todo lo que había construido seguía ahí, pero las voces habían pasado de gritos a susurros.

Acababa de sacar los números de mi última adquisición cuando sonó mi teléfono. Bogum.

Su nombre me provocó un subidón de adrenalina. Nunca llamaba en plena jornada laboral a menos que hubiera noticias importantes y, como Director General del mayor conglomerado de medios de comunicación del mundo, estaba más al tanto que nadie que yo conociera.

ㅡComprueba tu correo electrónico. ㅡNi un saludo, ni una despedida antes de colgar. La noticia debe ser jodidamente grande.

Mi instinto me dijo que tenía que ver con los rumores que sacudieron Wall Street la semana pasada, y un rápido clic del ratón me dio la razón.

La bolsa cerraba en un minuto. Era la hora punta para cualquiera que quisiera soltar un bombazo que trastocara la sesión bursátil de la mañana siguiente, que era exactamente lo que había hecho un informante anónimo.

Bogum me había enviado una versión apta para disléxicos de un libro blanco en el que se denunciaban importantes fraudes en DBG, un banco regional de gran envergadura. Transacciones falsas, problemas de solvencia, encubrimientos al más alto nivel de la dirección. Si las acusaciones eran ciertas, sería uno de los mayores casos de fraude bancario en la historia de EE.UU.

Los mercados iban a ser un baño de sangre. Me sorprendería que DBG conservara una fracción de su valor al final de la semana.

Implicaciones y posibilidades inundaron mi mente con un zumbido crepitante y arremolinado. La adrenalina bombeaba con más fuerza por mis venas y me aceleró el corazón.

Llegó el momento. La crisis que había estado esperando.

ㅡSeñora. ㅡTaeyeon apareció en la puerta, con el rostro pálido. La cacofonía detrás de ella me dijo que no éramos los únicos que habíamos leído el libro blanco. Gritos y maldiciones se superponían al estridente timbre de los teléfonos; un socio pasó corriendo y casi derriba a Taeyeon. No me preguntó si me había enterado de la noticiaㅡ. ¿Qué quiere hacer?

Había esperado toda mi carrera para dejar huella y lo había hecho, en muchos sentidos, pero mis logros anteriores no eran suficientes. ¿Pero lo que tenía en mente? Sería más que suficiente. Me convertiría en una leyenda.

ㅡLlama a todos, incluido el jurídico, el financiero y la junta. ㅡMe puse de pie, mi sangre eléctrica con la posibilidadㅡ. Vamos a comprar un banco

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El caos empezó en cuanto me desperté el viernes y continuó hasta bien entrada la noche.

Como se predijo, las acciones de DBG se desplomaron hasta mínimos históricos, y el frenesí mediático incitó una retirada masiva de depósitos que llevó a uno de los mayores bancos regionales del este de Estados Unidos al borde de la ruina en menos de veinticuatro horas.

Mi plan era sencillo. Para que DBG siguiera siendo solvente, necesitaba capital rápidamente, y yo tenía capital de sobra, suficiente para comprarlo durante el fin de semana antes que se hundiera del todo.

El ajustado plazo de entrega obligó a mi equipo a trabajar sin descanso para poner todo en orden. DBG se implicó a fondo y mantuvimos una comunicación constante con ellos durante todo el día.

Todavía estábamos en la sala de guerra junto a mi oficina a medianoche cuando sonó mi teléfono.

Llamada desconocida.

Era la persona que se había metido conmigo en otoño -Faye dijo que no era ella, pero yo seguía siendo escéptica- o bien era otro periodista. La noticia de mi inminente compra se había filtrado desde el lado de DBG, y yo había estado recibiendo llamadas todo el puto día.

ㅡ¿Qué? ㅡladré. Le hice un gesto a mi abogado de cabecera. Se acercó corriendo y agarró la pila de papeles que le puse en los brazos.

No compres el banco. ㅡLa voz distorsionada atravesó mi niebla de trabajo como una daga. Me quedé inmóvil, con una sensación de frío que me bajó por la garganta hasta los pulmonesㅡ. Si lo haces, morirás.

 Si lo haces, morirás

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Queen of Greed | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora