Queen of Greed | Jenlisa

Capítulo 21

Jennie' POV

Por muy sólida que fuera la roca, las olas acabarían erosionándola por pura persistencia. Era una ley de la naturaleza, imparable e inevitable.

Temía que el mismo fenómeno estuviera ocurriendo conmigo y Lisa. Cada encontronazo chocaba contra mis defensas; cada conversación, por breve que fuera, minaba mi fuerza de voluntad.

No estaba ni cerca de perdonarla, pero tampoco corría en dirección contraria cuando la veía. No podía decidir si eso significaba que estaba aceptando nuestro divorcio o si corría el riesgo de volver a caer en su órbita.

En cualquier caso, necesitaba reagruparme y pensar cómo lidiar con su presencia. Aunque me fuera de Yangyang-gun, ella estaría allí, en Nueva York. Teníamos amigos en común y las posibilidades de encontrarnos eran altas. No podía dejarla de lado para siempre. Era demasiado estresante.

ㅡUna copa por tus pensamientos ㅡbromeó Kai, entregándome una mini cáscara de coco.

ㅡEso es peligroso. Ya he tenido tres. ㅡSin embargo, acepté su oferta. Las batidas de coco estaban demasiado buenas para resistirse.

Además, era el último día de Kai en Yangyang-gun antes que tuviera que volver al trabajo, así que estábamos celebrando un último hurra en nuestro bar favorito frente a la playa. Me entristecía que se fuera tan pronto, pero no podía contar con que mi hermano se quedara a mi lado para siempre. Una de las razones por las que había dejado a Lisa y la ciudad era recuperar mi autonomía, y eso significaba independizarme de todo el mundo, no sólo de mi esposa.

Ex esposa, corrigió una voz que sonaba sospechosamente como la de Joohyun.

Me tragué la bebida.

ㅡ¿Segura que vas a estar bien aquí sola? ㅡpreguntó Kaiㅡ. El apartamento de mamá en Seul está vacío si quieres ir allí en su lugar. Ella está en Hawai. O en Los Ángeles. ㅡSacudió la cabezaㅡ. En realidad, no sé dónde diablos está.

ㅡOye, ¿quién es el hermano mayor aquí? ㅡLe di un codazo en el tobillo con el pieㅡ. No me pasará nada. Aún no estoy lista para dejar la vida de playa. ㅡAparte de la incertidumbre provocada por la llegada de Lisa, Yangyang-gun era el paraíso. Estaba bronceada y tonificada por las horas de surf, natación y navegación. Mis brazos estaban llenos de pulseras de cuentas que había creado en un taller de joyería, y mi tensión física se había disipado poco a poco gracias al yoga diario en la playa.

Había pasado las dos últimas semanas dedicándome a nuevas aficiones que no se me daban necesariamente bien pero que disfrutaba -hola, dibujar- y reafirmando las cosas que no disfrutaba, como intentar seguir el ritmo de veinteañeros en el bar.

Por una vez, vivía para mí misma, a mi ritmo, y me encantaba.

ㅡMm-hmm. Parece que alguien más tampoco está lista para que la dejes. ㅡKai señaló con la cabeza a alguien detrás de míㅡ. Entrando.

Me giré y el corazón me dio un vuelco antes de ver el cabello castaño y los dientes blanqueados profesionalmente.

ㅡHola. Jennie, ¿verdad? ㅡYoungdae, mi instructor de buceo del jueves, se acercó con una amplia sonrisaㅡ. ¿Tudo bom? ¿Cómo te va?

ㅡBien. ¿Cómo estás? ㅡrespondí en coreano. Atribuí el pinchazo en el pecho al alcohol, no a la decepción.

ㅡNo me puedo quejar. ㅡLanzó una mirada curiosa a Kai, que le tendió la mano.

ㅡKai. Soy el hermano de Jennie.

Charlamos un poco antes que Kai se excusara para ir al baño. Ignoró mi mirada al pasar.