Queen of Greed | Jenlisa

Capítulo 11

Lisa' POV

No creía en el destino como regla general, pero como en todas las reglas, había excepciones. Sólo he tenido dos: el día que conocí a Jennie en la biblioteca de Thayer y hoy.

De todos los bares y todas las noches del mundo, esta noche estábamos las dos aquí. Si eso no era un mensaje del universo, nada lo era.

ㅡSi no lo haces, me quedaré con la mitad de todo. Nunca firmamos un acuerdo prenupcial ㅡme recordó Jennie. La corriente de aire de un camarero que pasaba le hizo caer mechones de cabello en el ojoㅡ. Nosotras...

ㅡSu frase se interrumpió cuando le aparté los mechones. Mi mano se detuvo junto a su mejilla, saboreando su calor.

ㅡ¿Tan desesperadamente quieres librarte de mí? ㅡmurmuré. En cualquier otra situación, me habría resistido a la idea de perder la mitad de mi fortuna, pero sólo podía pensar en las ganas que tenía de besarla. Un beso de verdad, no como los superficiales que solía darle cuando llegaba a casa porque estaba demasiado cansada del trabajo.

El arrepentimiento de mil oportunidades perdidas corría por mis venas.

El rostro de Jennie se suavizó durante una fracción de segundo antes de endurecerse.

ㅡYo entregué los papeles, ¿no?

Podría haberle creído de no ser por el pequeño quiebre en su voz, pero su respuesta tuvo el efecto deseado. Rompió mi compostura de un tajo, sacando sangre y dolor de una sola vez.

Jennie no era de las que disfrutaban haciendo daño a la gente, y su actitud defensiva era una prueba de lo mucho que la había herido. De todo, ese conocimiento corto en lo más profundo.

Pensaba que había hecho lo correcto al mantenernos, pero nuestras definiciones de lo que eso significaba habían divergido claramente a lo largo de los años.

No hay solución a corto plazo para algo así.

Las palabras de Bogum resonaban en mi cabeza, acompañadas de un dulce y cálido canturreo que me resultaba familiar, mientras la música daba paso a una nueva canción.

Mi respiración se detuvo al mismo tiempo que la de Jennie. El cartel de afuera del bar anunciaba la noche latina, pero ¿qué posibilidades había que tocaran esa canción en este preciso momento? Como dije, no creía en el destino... excepto cuando se trataba de nosotras.

ㅡBaila conmigo. ㅡBajé la mano y se la tendí. Ella no la agarró. Esperaba la negativa, pero me dolióㅡ. ¿Cómo sería esta noche si las cosas fueran diferentes? ㅡpregunté en voz bajaㅡ. ¿Si fuéramos las personas que solíamos ser? ㅡ

Un trago visible traicionó las emociones de Jennie.

ㅡNo lo hagas.

ㅡCompláceme. ㅡMi voz se suavizó aún másㅡ. Por los viejos tiempos.

La música giraba a nuestro alrededor, alejándonos del bar y transportándonos al pasado.

ㅡVamos, baila conmigo. ㅡJennie se rio de mi muecaㅡ. Sólo una vez. Te prometo que no arderás en llamas.

ㅡDiscutible. ㅡSin embargo, le agarré la mano. Odiaba hacer el ridículo, pero nunca había sido capaz de negarle nadaㅡ. No sé cómo bailar esto.

Era nuestra última noche en Seul. Su madre y su hermano habían salido y nos habían dejado solas. Una brisa se filtraba por las ventanas abiertas, trayendo consigo el aroma del verano, y la exquisita voz de una mujer que canturreaba desde el viejo tocadiscos que giraba en un rincón.