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El día había llegado

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El día había llegado. El último partido de la temporada de béisbol, y el más importante. Los chicos estaban a un paso de ganar la liga, y sabíamos lo mucho que significaba para ellos, especialmente para Vinnie. Mientras estábamos en el coche de Chloe, camino al estadio, el nerviosismo se mezclaba con la emoción. Las chicas y yo habíamos decidido hacer algo especial, aunque normalmente no animábamos en los partidos de béisbol. Pero este no era cualquier partido.

—¿Te imaginas la cara de Jack cuando nos vea vestidas de animadoras? —dijo Chloe, riéndose mientras ajustaba su moño en el retrovisor.

—¡Va a alucinar! —respondió Maya, que no podía dejar de sonreír—. Jordan ni siquiera sabe que venimos, va a flipar.

Yo también sonreí, imaginando la reacción de Vinnie cuando nos viera. Él siempre bromeaba diciendo que se ponía celoso de los jugadores de fútbol porque nosotras, las animadoras, solo estábamos en sus partidos. Hoy sería diferente. Hoy estaríamos ahí por ellos.

—A Vinnie le va a encantar —dije, ajustando mi falda de animadora y mirando por la ventana—. Creo que todavía no se cree que estamos aquí para animarlos. Se va a poner súper nervioso, pero a la vez le va a dar un empujón extra.

Chloe rió, sacudiendo la cabeza.

—¿Nervioso? Más bien se va a volver loco. Este es el partido más importante de la temporada, y tú serás como su amuleto de la suerte.

—Ojalá —contesté, riendo.

Miramos el reloj y nos dimos cuenta de que faltaban solo cinco minutos para que comenzara el partido. Chloe apretó un poco más el acelerador y, al llegar, aparcamos rápidamente. Bajamos del coche casi corriendo, revisando que llevábamos todo listo: los pompones, el equipo, y por supuesto, nuestra energía.

Al llegar a la puerta del campo, nos reunimos con las otras animadoras. Las chicas ya estaban listas, sonriendo nerviosas pero emocionadas por lo que estaba a punto de pasar. Todas sabíamos que era un gran día, no solo para el equipo, sino también para nosotras. Entramos juntas al estadio y nos colocamos en un espacio que habían reservado cerca de las gradas, justo al lado del campo. Desde ahí podíamos animar y ser vistas tanto por los jugadores como por el público.

El ambiente en el estadio era eléctrico. Las gradas estaban llenas de padres, amigos y estudiantes del instituto, todos emocionados por ver al equipo. Al acercarnos a nuestra zona, sentí que alguien me observaba. Al girarme, vi a Vinnie mirándome desde el campo con una sonrisa enorme en el rostro. Me lanzó un beso, y yo lo "atrapé" con la mano, guiñándole un ojo. Podía ver en su mirada que esto significaba más para él de lo que podía expresar en ese momento.

Justo cuando me iba a girar para volver con las chicas, escuché unas voces familiares llamándome desde las gradas. Era María, Reggie y Nate, la familia de Vinnie. Sonreí ampliamente al verlos tan entusiastas, agitando las manos hacia mí. Me excusé con las chicas un momento y me acerqué a saludarlos.

Cardigan || Vinnie Hacker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora