Capítulo 6: Festejos

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Con la casa lista, Black y Potter al fin tuvieron tiempo de hacer una fiesta de inauguración, que coincidía con la presentación oficial de Naruto al Mundo Mágico. Siendo educado por su suegro para ser un anfitrión perfecto, Remus Malfoy se había encargado de la organización del acontecimiento. Contratando decoradores, para que se usara el jardín para la fiesta, haciendo y repartiendo con lechuzas las invitaciones y trayendo al mejor chef de Gran Bretaña.

Sus amigos eran ostentosos y querían hacer todo por lo alto.

-No puedo creer que me hayan dejado convencer de organizar semejante cosa –Se quejó Remus, mientras acomodaba el cabello de Draco en su lugar. Estando corriendo por toda la casa junto con Harry, se le había salido de lugar y Lucius odiaba verlo despeinado. –El cumpleaños de Harry es en menos de un mes y estoy seguro que van a hacer otra fiesta enorme. Ustedes no están como para despilfarrar dinero.

-Aw~ Moony, siempre preocupándose por nosotros como una madre –arrulló Sirius-. Y no te estreses, mi ahijado va a tener su fiesta, pero allí habrá sólo niños y hoy tendremos a las brujas y magos más influyentes del Mundo Mágico en casa. Esto es necesario para que esos bastardos ricos vean que ni James ni yo hemos sido derrotados después de todo lo que pasó. Las familias Black y Potter van a seguir con todo el poder que tenían antes.

Remus enarcó una ceja.

-No sabía que querías seguir dándole prestigio a la familia que tanto te odió y todavía odias.

-No se trata de eso, Moony –sonrió y rodeó los hombros de su amigo con un brazo-. Sino que quiero dar a conocer que tanto Naruto como yo vamos a comenzar una nueva generación de Black's. –Guiñó un ojo. –Se terminó la oscuridad en esta familia, ahora los Black van a ser conocidos como magos blancos.

-Tu intención es muy buena, pero va a ser duro, hay mucho prejuicio contra los Black desde hace mucho. Tu familia se conoce por ser... bien... negra.

Sirius rió estruendosamente.

-Dejaremos de serlo, Moony. Y me ganaré a los pomposos que están por llegar a mi hogar.

-¿Y qué hay de James?

-Bien, Prongs va a demostrar que puede hacerse cargo de su hijo y no es el hombre derrotado y angustiado que todos dicen que es después de la muerte de su esposa. Él puede hacerse cargo de Harry con mi ayuda y no con la de esos que quieren un pedazo de Harry por su fama. No de esos que piensan que pueden crecer en sociedad sólo por asociarse el niño-que-vivió y su familia –bufó con desdén.

-¿Lo tienes todo planeado, eh? –preguntó Remus, en verdad sorprendido.

-Yup, tú mejor que nadie sabes cómo de bien funciona mi cabeza y la de James cuando queremos lograr algo.

-De hecho, lo sé. Ustedes son peores que Slytherins cuando se ponen en ese plan.

Sirius sonrió, pero después su sonrisa se convirtió en un puchero.

-¡Hey! ¡Eso no es un halago!

-Es que no hay halago posible para ti, perro pulgoso –siseó una voz desde el umbral-. Y ahora quita tus sucias patas de mi esposo.

-Mmmhhh, ¿celoso, Malfoy? –ronroneó Sirius, meneando sus cejas y frotando una de sus mejillas con las de Remus.

Lucius lo fulminó con la mirada.

Sabiendo que estaba a punto de desatarse un guerra, Remus se separó delicadamente de su amigo y fue a los brazos que su esposo, quien no perdió tiempo en darle un abrazo posesivo y devorar sus labios con pasión.

-Ewww, estoy tratando de mantener mi desayuno en mi estómago, si no les molesta.

-Entonces vete a otro lado, Black –gruñó Lucius, dándole la peor de sus miradas.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora