Capítulo 31: ¡He regresado!

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*Tres meses después*

—¿Hijo? –Naruto movió sus ojos desde la ventana y miró a su padre. Sirius sonrió. —Es hora de irnos.

Naruto le dio una sonrisa y asintió. Miró el que había sido su cuarto, que en estos momentos estaba pelado, puesto que desde que recibió su nueva misión, su padre, Sakura, Kakashi-sensei y él se apresuraron a guardar todo, para poder irse cuanto antes.

Nombre: Black Naruto.

Edad: 13 años.

Nivel: Chuunin.

Misión: Volver al Mundo Mágico y completar sus estudios de mago. Mandar un informe cada mes sobre su progreso y sobre alguna posible actividad ninja en el área.

*Nota: El shinobi debe regresar cuanto antes después de recibir su título, con el objetivo de tomar el examen para subir a la fila de Jounin.

Era un poco difícil, la verdad, aquí había vivido mucho tiempo, experimentado muchas cosas. Pero en este mismo momento, Konoha no le traía muy buenas memorias (Después de todo el fiasco del examen de Chuunin y la traición de Sasuke, probablemente nunca lo haría), además, Grimmauld Place siempre fue su hogar, esta casa siempre la consideró como una de paso.

—Mundo mágico, prepárate. Que Naruto Black va de regreso.

*Días después*

La puerta de la casa número 12 en la calle Grimmauld Place voló abierta.

—¡Kreacher, el amo Naruto está en casa! —exclamó el muchacho, dejando caer su mochila en el piso.

—Tsk —chasqueó Sirius, con una cara de desdén—. No puedo creer que lo primero que haces al llegar sea querer saludar a ese elfo fanático.

—¡Bah! ¡Tú estás celoso porque él y la abuela me quieren a mí y no a ti! —le sacó la lengua.

Un ligero "plop" se escuchó delante de ellos y Kreacher miró a su amo, antes de inclinarse tanto que su nariz tocó el piso.

—Amo, Naruto, señor. Kreacher es feliz de tenerlo en la casa nuevamente.

—¡Y yo estoy feliz de estar aquí!

—Conozco esa voz molesta, un —Vino una voz desdeñosa de la cocina.

Sirius y Naruto giraron y vieron que Deidara Potter se paraba bajo la puerta de entrada a la cocina con un niño de cabello rubio y ojos dorados en sus brazos.

—¡Deidara-nii-san! ¡Mi voz no es molesta y te extrañe...! —chilló el rubio, antes de ir a abrazar a su primo.

—Sí, sí –—suspiró el chico, dándole una abrazo.

—Hey allí, chico malo –saludó Sirius, besando a Deidara en la mejilla—. ¿Qué haces por aquí?

—Tenía el día libre de mi trabajo hoy, así que me ofrecí para esperarlos en su casa y de paso cuidar de los gemelos.

—Ah, sí. Merlín sabe que Moony necesita descanso de vez en cuando, mucho más ahora que está de profesor en Hogwarts –rió Sirius, antes de tomar al niño de los brazos de Deidara—. ¿Y cuál de los dos eres tú, eh?

—Soy Ian, tío Paddy —contestó el pequeño licántropo, con una sonrisa tímida—. Bienvenido a casa.

—¿Y dónde está Lucien? –pidió Naruto, con impaciencia.

—Arriba, durmiendo una siesta—suspiró el niñero—. Todo lo que no duerme Ian, lo hace Lucien –murmuró con el ceño fruncido—. Preferiría que duerman poco, pero que lo hicieran los dos.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora