Capítulo 17: Hogwarts

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Con la llegada de los ninjas a las casas de Grimmauld Place, la vida de los magos se volvió agitada y un poco estresante, por esa misma razón, tanto Sirius como Severus se... distrajeron de ciertos temas importantes. Tal es así que, dos meses después que Jiraiya y Zabuza llegaron, Madame Pomfrey llamó a Sirius a su trabajo en el Ministerio, diciéndole que su amante se había desmayado y que ahora estaba en la enfermería.

-¡¿Qué tiene?! ¡¿Es algo grave?! ¡¿Se va a morir?!

-No seas dramático, Sirius –suspiró Poppy, poniendo los ojos en blanco-. Lo que tiene Severus no es grave, no va a morir, pero creo que va a querer matar a alguien cuando se entere.

-¿Eh?

En ese mismo instante, Snape abrió los ojos y Sirius se lanzó a él, para darle un beso y abrazarlo con fuerzas.

-¡No me asustes así, Sev!

-¿Qué? ¿Qué me pasó?

-Te desmayaste, Severus –masculló la enfermera, ayudando a su paciente a despegarse del animago y sentarse en la cama.

-¿Qué? –siseó-. Yo no me desmayo, soy completamente sano.

-Nadie duda eso –contestó Pomfrey.

-¿Y entonces? ¿A qué se debe el desmayo? –murmuró Sirius-. ¿Anemia?

-Un embarazo de ocho semanas mas bien.

-¡¿Qué?!

-¡Yo te mato, Sirius!

Y así pues, mientras que Severus y Sirius se hacían a la idea de ser padres (¿de nuevo?) Jiraiya y Zabuza probaban su paciencia al ser sensei de los Potter y Black. Zabuza la tenía más fácil, porque a él sólo le correspondía enseñar a Haku, que era un niño educado, callado y muy inteligente. Jiraiya por otro lado, estuvo muchas veces por tirar la toalla, porque el chico de Iwa era irritante y Naruto se frustraba con facilidad, gritando que esto no era lo suyo y que él solamente quería ser mago. Harry no ayudaba, riéndose de él.

Por suerte, su gran amigo Abraxas ayudaba mucho. Porque teniendo sexo algunas veces, podría descargar todo su estrés y frustración también.

*Tiempo después*

-Bueno, Haku, aquí estamos.

-Sí.

Sirius miró con aprensión a su hijo y después lo abrazó. Al lado de ellos, el Expreso a Hogwarts dio un pitido largo, anunciando a todos los alumnos que estaba cerca de partir. Naruto y Harry ya se habían despedido del niño en la casa, decidieron no traerlos a la estación, porque todos estaban seguros que al menos el rubio iba a hacer un escándalo una vez que viera irse a su hermano.

-Va a estar todo bien, ¿correcto? Puedes escribirme todas las cartas que quieras y si necesitas algo urgente, sólo tienes que ir a ver a Severus, ¿bien?

-Pero papi Severus sólo va a estar un mes más en Hogwarts, porque después ya entra en licencia de maternidad.

-Sí, ya sé –hizo una cara-. Pero el primer mes es el más difícil. Después, si necesitas algo urgente, creo que puedes acudir a Malfoy. El rubio engreído ese es quien va a tomar su puesto, después de todo.

-Y lo va a hacer muy bien. –Lucas apareció al lado de Sirius y lo fulminó con la mirada. –El mismo tío Severus fue quien le pidió a mi padre que lo suplantara.

-Sí, sí, contrae las uñas, gatito. –Puso los ojos en blanco.

-Bueno. –Miró a su hijo-. Estaré en el banquete, medio escondido, porque tengo que saber a qué Casa vas a entrar.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora