Capítulo 38: Encuentros y decisiones

11 1 0
                                    

Esta era la tercera vez consecutiva que Sai se aparecía en la casa de Naruto, y Harry, por alguna extraña razón, todavía no se lo había contado a su primo. No es que hicieran nada malo o grave para que el otro no se enterara, sino que simplemente, Potter no sentía la necesidad de decirle.

-Leyendo otro libro, veo –sonrió.

Resultaba extraño para él, que Sai tuviera que leer libros para interpretar relaciones o para relacionarse mejor con las personas. Le horrorizaba pensar qué tipo de entrenamiento y desde qué edad sufrió este muchacho, para que simplemente no sienta nada o no sepa cómo sentir.

-Hai. –Asintió seriamente. –Este habla sobre relaciones amorosas, pero es más difícil de leer que los otros que he encontrado antes.

-¿Por qué?

-El amor parece muy complicado. –Frunció el ceño, hojeando su libro. –No parece ser algo que se dé igual en las personas como otras emociones, como el enojo o la vergüenza.

Harry sonrió. Sai lucía tan adorable, todo serio y confundido cuando hablaba del tema.

-Sí, supongo que tienes razón. El amor es complicado, porque se da diferente en cada persona, no todos sentimos igual cuando se trata de amor.

-Explícame –pidió Sai, mirándolo seriamente.

-No creo que podría –masculló despeinando su cabello alborotado-. Nunca me he enamorado y la única novia que tuve sólo me gustaba, aquello nunca fue amor.

-Pero quiero saber sobre el amor.

-¿Por qué tan curioso de repente? –Levantó sus cejas.

Sai lució incómodo por unos segundos, haciendo a Harry sospechoso y confundido.

-Es mi misión, ya te lo dije.

-Pero si es tu misión saber del amor, quieres decir que debes enamorarte. –Sus ojos se angostaron con enojo. -¿Tu jefe te ha dicho que te enamores?

-No. Danzo-sama no me ha ordenado eso –murmuró-. Yo sólo... quiero saber.

-No te entiendo, pero te ayudaré.

-Entonces, ¿te vas a enamorar de mí?

Harry farfulló, mientras sus mejillas se ponían rojas.

*En otro lugar*

Lucas retorcía sus manos con nerviosismo, mientras esperaba que Itachi volviera. Hoy era el último día que su padre le había dado para que le dé una respuesta y él la esperaba con impaciencia, tenía 50 y 50 % de probabilidades en recibir un sí o un no, y esta posibilidad lo tenía muy angustiado. Lucius había sido implacable con él, si es que Itachi decía que no, le buscaría un pretendiente no bien volvieran. Pero, la verdad, si es que su amor le decía que no, iba dar el todo por el todo, por ellos, a Lucas no le iba a importar si lo casaban con una banshee o lo que sea.

-Él ya está aquí –dijo la voz siseante de su padre.

Lucas pegó un brinco y miró entre los árboles. Dejaron de lado lugares concurridos para el encuentro, después de todo, Itachi no podía arriesgarse a ser visto muy de seguido en lugares públicos. Así pues, escogieron un lugar en el bosque que los rodeaba y esperaron. Como dijo el rubio mayor, Uchiha Itachi saltó de un árbol, cayendo a unos metros de ellos y se acercó lentamente.

-Así pues –murmuró Lucius, levantando una ceja delicadamente-, ¿tienes una respuesta?

Itachi asintió.

-Voy a decirle la verdad a Tsunade-sama –comenzó y Lucas sonrió de oreja a oreja-, pero una vez que lo haga, le pediré ayuda para salvar a mi hermano.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora