-Ey, Sev. ¿Tienes tiempo libre mañana?
Severus terminó de acomodar su túnica y miró a su amante, que todavía holgazaneaba en la cama.
-Puede ser, ¿Por qué?
-¿Recuerdas que te dije que llevé a Naruto a un especialista en bases mágicas? –Severus asintió. –Bueno, esa vez le hizo algunas pruebas y mañana me va a dar los resultados. Quiero que vengas conmigo.
-¿Yo? –preguntó con incredulidad.
-James no puede y se me va a ser extraño llevar a Moony. Sus hijos no lo dejan ni a sol ni a sombra, después de todo –Suspiró. –Y deseo algo de apoyo moral. –Hizo una mueca. –Tengo miedo que me diga que Naruto nunca podrá usar su energía como un mago normal.
Al ver la cara de su amante, Severus ni siquiera lo pensó antes de responder.
-De acuerdo, te acompañaré.
La gran sonrisa que recibió a cambio, lo hizo sentir mariposas en el estómago.
*San Mungo*
-¿Por qué estamos aquí otra vez, papá? –Se quejó Naruto, en los brazos fuertes de su padre-. ¡Hoy íbamos a hacer un elefante de cartón en el jardín!
-Esto es más importante, Naruto. Deja de quejarte –regañó Severus.
El niño se calló, pero frunció el ceño. Sirius se maravilló al ver el poder que tenía su amante sobre su hijo. Naruto se convertía en una persona diferente cuando estaba con Snape. Cuando él estaba lejos, su hijo volvía a ser el niño malcriado, llorón y testarudo que él conocía, pero cuando visitaban a Severus en su casa de la calle del Hilandero, el rubio era respetuoso, no hacía tanto berrinche y tampoco alzaba tanto la voz.
Sirius no pensaba que esto fuera porque Naruto le tenía miedo a su amante, sino que simplemente era que Snape le agradaba y Naruto era pequeño, pero lo suficientemente inteligente como para saber que se iba a ganar el desprecio de Sev si es que se comportaba como un niño malcriado.
Llegaron a la oficina del medimago y éste los recibió con una sonrisa. Los invitó a sentarse y después sacó una carpeta que tenía el nombre de Naruto en ella.
-Bien, he revisado los resultados, más de una vez, para tenerlos exactos, y era lo que yo me esperaba –dijo el hombre de mediana edad, después de los saludos protocolares.
-¿Qué es exactamente lo que pasa con mi hijo? –pidió Sirius, con aprensión.
-Su hijo no tiene una base mágica tan fuerte como los magos comunes tenemos, él la tiene más dispersada, lo que impide que pueda tener accidentes mágicos e inclusive en el futuro puede llegar a afectar su escolaridad si no se corrige.
Sirius jadeó y Severus se apresuró a darle un fuerte apretón en una mano.
-¿Él... será un squib?
-No, claro que no –El médico sonrió-. Le he dicho que su hijo tiene magia, pero lo que pasa es que ella está muy dispersada por todo su cuerpo, para que esto pueda usarse en la forma ninja, no como mago.
-¿Y hay algo que se pueda hacer? –preguntó Snape.
-Por supuesto, deben saber que ésta no es la primera vez que se trata a un niño que viene del otro continente, desde los tiempos de los fundadores de Hogwarts ya hay indicios de investigación de cómo ayudar a estos niños y esas investigaciones, gracias a Merlín, avanzaron mucho hoy en día.
-¿Hay solución entonces?
-Claro, como le dije antes, aquí el único problema es que Naruto tiene una base mágica bastante débil, hay una poción y varios hechizos que formarán parte de su tratamiento, para hacer que su base pueda absorber la magia dispersada y hacerse más fuerte.
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Quiero ser padre
FanfictionEnvidia era algo que Sirius nunca pensó sentir al ver a James con Harry, pero era verdad y éste sentimiento creció hasta que lo hizo tomar una decisión: adoptar un bebé. No encontrando respuestas en su mundo, él se aventura a otros y justo antes del...