Harry bufó con desdén, mientras caminaba a pasos furiosos, la memoria de lo que decía ese periódico todavía estaba caliente en su mente. ¡Como si eso sería verdad! ¡Maldita, Rita Skeeter! ¿No sabía ella que a pesar de que no compartieran sangre, él consideraba a Naruto su primo, su hermano? ¡Era imposible que tuvieran una "relación sospechosa" como ella tan indirectamente lo había puesto en su diario de mierda! Oh, pero que se cuide esa loca, porque una vez que Naruto y él estuvieran fuera de Hogwarts, ella iba a ver porque ellos eran la segunda generación de Merodeadores. Iba a pagar muy caro el utilizarlos para escribir sus chismes sin sentido en El Profeta.
-Tranquilo, compañero. Todos sabemos que ella no sabe lo que está diciendo –tranquilizó Ron, dándole una palmada en la espalda. Harry asintió y le sonrió de lado a su amigo. Después de los peligros que había pasado en la primera prueba (y probablemente gracias a las amenazas de Draco), el pelirrojo había recobrado el sentido y se disculpó con Harry, diciéndole que fue un tonto al dudar de él.
Se reconciliaron enseguida y Hermione lloró y los llamó tontos.
-¿Saben por qué McGonagall nos quiere aquí? –preguntó Hermione, mientras entraban al salón donde ella los había citado a todos los chicos y chicas de Gryffindor.
Veinte minutos más tarde, los varones de la Casa de los leones miraban horrorizados a la Jefe de su Casa. A pesar de ser llamados los más valientes, algunos palidecieron al saber que para Navidad iba a haber un baile, un baile al cual tendrían que ir en pareja.
-Bah, no es la gran cosa –refunfuñó Naruto-. Ginny, tú te vienes conmigo.
La pelirroja frunció el ceño.
-Gracias por invitarme de forma tan delicada –se quejó ella-. ¿Y por qué tengo que ir contigo? Yo quiero ir con un chico –masculló con una sonrisa soñadora.
-¿Y qué soy yo? –gruñó Naruto, frunciendo el ceño.
-Tú eres mi amigo, así que no cuentas –respondió ella.
-No, tú irás con él –gruñó Ron-. No quiero verte con ningún desconocido.
Naruto sonrió triunfante, mientras Ginny fulminaba con la mirada a su hermano. Pero Ron no le prestó atención, porque justo vio que Draco venía en su dirección y agachó la cabeza. El rubio todavía no lo había perdonado desde su última pelea.
-Uh, ey, Draco –masculló Ron-. ¿Qué tal?
El rubio lo miró con desprecio.
-Estaba mejor, hasta que te vi.
-Oh, vamos, no seas tan malo. Si yo lo he perdonando, ¿Por qué tú no? –suspiró Harry, cansado de la actitud de estos dos.
-No te metas en esto, cara-rajada –espetó Draco.
-Harry tiene razón –gruñó Ron-. Estás siendo obstinado, anda perdóname. Haré lo que quieras para que me perdones.
Malfoy frunció el ceño, pero luego sus ojos grises adquirieron un brillo espeluznante.
-Sé lo que puedes hacer para que te perdone.
-¿Qué? –pidió con impaciencia.
-Tienes que llevarme al baile.
-¡¿Eh?!
-Es eso, Weasley, o jamás voy a volverte a dirigir la palabra en mi vida –declaró Draco, cruzándose de brazos.
-Pe-Pero –Las orejas de Ron estaba tan rojas como su cara.
-Oh, vamos. Si todos sabemos que quieres –canturreó Naruto, codeando a Ron en las costillas.
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Quiero ser padre
FanficEnvidia era algo que Sirius nunca pensó sentir al ver a James con Harry, pero era verdad y éste sentimiento creció hasta que lo hizo tomar una decisión: adoptar un bebé. No encontrando respuestas en su mundo, él se aventura a otros y justo antes del...