Capítulo 25: Examen Chuunin (Tercera Parte)

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Sasuke despertó tres horas después de recibir el hechizo de su compañero de equipo, ni Sakura ni Naruto supieron si sentirse revelados o horrorizados de que él recordaba muy poco de su actitud anterior. Él recordaba sentir mucho dolor y luego un deseo intenso de matar a alguien, pero nunca recordó el episodio donde insultó al rubio, ni como éste usó su varita en contra suyo. Pero Naruto no olvidaría, ya se iba a vengar del bastardo, nadie lo llamaba cobarde. ¡A él! ¡Un Gryffindor!

El Uchiha también recordó el despertar de su Sharingan y cuando lo hizo, Naruto y Sakura pudieron ver por primera vez una enorme sonrisa en su rostro. La pelirosada casi se convierte en un charco de baba al ver a su amor sonriente y Naruto comprobó que Sasuke era capaz de hacer otra expresión que no sea un ceño fruncido.

-Así pues, ¿Qué hay con el perro? –preguntó Sasuke, de su lugar al lado del fuego que habían hecho para la noche.

Sirius sacó su lengua y comenzó a menear la cola cuando todos los ojos se posaron en él, haciendo el perfecto acto de un perro emocionado.

-Er... él es mi... um... mascota –mintió Naruto, no seguro de qué decir. Ellos eran sus compañeros de equipo y probablemente podría decirles que éste era su papá, pero no estaba seguro de hacerlo mientras todavía estuvieran en el examen.

-¿Tu mascota? –Sakura frunció el ceño. –Pero no recuerdo ver una cuando estuvimos en tu casa. –Su ceño se profundizó. -¿Y no llamaste a tu papá por el espejo? ¡Nunca vino!

¡Oh, mierda! Naruto compartió una mirada con su perro y en los ojos grises de Padfoot vio su respuesta. ¡Miente otra vez! Le decía su papá.

-Uh, bien... ustedes nunca vieron a Padfoot porque él es un espíritu libre y casi nunca está en la casa. Y creo que mi papá pensó mejor las cosas cuando lo llamé, ¿no entiendes?, si él venía a ayudarnos, probablemente nos descalificarían, por eso creo que mandó a mi perro, porque él es muy sobreprotector de mí y en ningún lado de las reglas para este examen dice que no podemos recibir ayuda de animales.

Sus dos compañeros dejaron salir un "Oh~" de comprensión y dejaron el tema. Naruto suspiró aliviado. Oh, su papá Severus sería tan orgulloso de él. Sus mentiras astutas, dignas de un Slytherin, le habían salvado el pellejo a él y a su padre esta vez.

Tres días más tarde, encontraron un arroyo y Naruto fue el encargado de pescar algo para el almuerzo, mientras Sasuke iba por agua y Sakura hacía el fuego. Padfoot, que se había quedado con ellos (después del peligro en el que estuvo su bebé, no lo iba a dejar ni a sol ni a sombra), y en estos momentos correteaba a las aves que bajaban a beber del arroyo.

-Ey. –Naruto frunció el ceño en dirección del perro. –Deja en paz a esas pobres aves, si las sigues fastidiando, no te doy de comer nada.

Padfoot gimoteó un poco y después salió del arroyo, para ir a pararse junto al fuego. Miró a Sakura con interés, mientras ella miraba casi obsesivamente el pergamino que estaba en su mano.

-Ya llevamos cuatro días de cinco y todavía no hemos encontrado el otro –suspiró ella-. ¿Crees que lo lograremos antes de que termine este segundo período? –le preguntó a Naruto que venía hacia ella con un par de pescados en las manos.

-Tsk, ¡claro que sí! ¡Ni lo dudes! ¡Soy un Gryffindor y los Gryffindors no nos rendimos hasta el último minuto!

Padfoot ladró su asentimiento.

-Me gustaría tener tu confianza, Naruto –volvió a suspirar ella.

-No se trata de confianza o no –dijo Sasuke, que llegó con el agua-. Tenemos la fuerza necesaria como para obtener el pergamino que nos falta. Así que comamos bien y hoy no vamos a parar hasta la noche. Encontraremos todos los equipos posibles, los atacaremos y veremos si encontramos el pergamino que nos falta.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora