Naruto hizo una mueca algo incómoda y volvió a sonreír al grupo de personas que lo saludó con efusión, mientras caminaba por las calles de Konoha. Hoy se cumplían doce días de que había despertado luego de una semana de estar inconsciente, recuperando su fuerza luego de la lucha con Madara, y la gente no paraba de saludarlo y decirle lo agradecidos que estaban con su ayuda. Esta gente lo miraba con tal admiración, que si fuese otra situación, le había alegrado, pero no ahora.
-Te dije para caminar por una calle menos transitada –dijo el hombre que caminaba al lado suyo, antes de poner un brazo por sus hombros.
Naruto se dio vuelta y sonrió a su padre. Sirius y Severus habían venido en un abrir y cerrar de ojos, cuando supieron el final de la pelea y que su hijo estaba inconsciente en una cama de hospital. Eventualmente, cuando pasó una semana, Severus se tuvo que ir, pero Sirius siguió fiel al lado de su bebé.
-Está bien, estoy seguro que si camino por otra calle con menos gente, si alguien me ve, va a decirle a otro y ese otro a otro y otro y la calle vacía se volverá transitada.
-Te admiran –comentó, apretando la mano que tenía en el hombro de su hijo.
-Papá, esta gente me ve como el héroe que los salvó a todos y seguirá velando por ellos hasta el final de sus días. Pero ellos tenían razón en lo que pensaban antes de que todo esto pasara, yo no soy fiel a Konoha y a pesar que ellos piensen que soy el próximo Hokage, yo volveré al Mundo Mágico y dejaré mi vida de shinobi atrás.
Sirius suspiró, cerrando sus ojos.
-¿Es eso lo que quieres?
El rubio le dio un vistazo incrédulo.
-¿Estás insinuando que deseas que me quede?
-No, por supuesto que no. Severus, Claire y yo estamos impacientes por que vuelvas a casa, pero en este poco tiempo, te has labrado un lugar aquí.
-No me importa, papá. –Negó con la cabeza. –Mi casa está entre los magos y eso es definitivo.
-¿Y qué hay de tu novio pelilargo y atractivo? –preguntó con una sonrisa divertida.
-Uh. –Naruto mordió su labio inferior. –Cormac y yo todavía no hemos decidido qué hacer con respecto a eso. –Suspiró. –No queremos dejarlo, pero parece que él tampoco puede venir.
-¿Entonces, qué? ¿Vas a ir y venir? Eso no será sano en el futuro. Un Traslador no es algo que se deba usar demasiado, ¿sabes?
-Ya sé –masculló-. Lo único que podría hacer para que él vaya conmigo, es casarme con él. Sólo de ese modo lo dejarán salir de la Aldea, como embajador de Konoha en el Mundo Mágico o algo.
-Oh, vamos. Eres apenas un adolescente como para pensar en casarte.
-Pero no quiero dejarlo. Lo amo.
Sirius rodó los ojos. En verdad no podía entender cómo su hijo podría estar enamorado de dos personas al mismo tiempo. Ni cómo estas dos personas soportaban el compartir al rubio. Al principio, Severus y él se horrorizaron al saber del gusto por los "tríos" de su hijo, pero al final se terminaron acostumbrado. Sirius antes que Severus. Sin embargo, siendo los dos ambos hombres muy celosos, no terminaban de comprender cómo podría funcionar una relación de tres personas, sin que haya conflictos. Al parecer, el poder que tenía el rubio por sus ukes era impresionante, tanto que podía mantener el equilibrio sin problemas. Porque ellos no dudaban que Naruto era el dominante.
-Bien, siempre te queda la opción de usar tu nuevo estatus de héroe.
-¿A qué te refieres?
-Has salvado el culo de todos estos ninjas, hijo. Creo que si le pides de favor a la Hokage que permita que Neji se vaya contigo a Londres, no podrá decirte que no. Creo que tienes derecho de permitirte un capricho como ese.
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Quiero ser padre
FanfictionEnvidia era algo que Sirius nunca pensó sentir al ver a James con Harry, pero era verdad y éste sentimiento creció hasta que lo hizo tomar una decisión: adoptar un bebé. No encontrando respuestas en su mundo, él se aventura a otros y justo antes del...