Capítulo 13: Dos encuentros importantes

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James se sentó al lado de Sirius pesadamente y frunció el ceño en su amigo.

-Bien, desembucha –masculló-. ¿Qué es lo que te está comiendo la cabeza?

El animago se encogió de hombros y después suspiró.

-Nada, nada.

-¡Oh, vamos, Sirius! –bufó exasperado-. Harry me dijo ayer que veía a su padrino actuando extraño y Snape me arrinconó en la cocina y me dijo que si no averiguaba qué era lo que te tenía en este estado pensativo, te iba a dar Verisaterum.

Sirius sonrió de lado y sacudió su cabeza.

-No pensé que se darían cuenta.

-Sirius Black y pensativo no pueden ir en la misma oración –rió-. Era evidente que nos daríamos cuenta. Yo mismo lo noté desde hace semanas, pero lo dejé estar, porque tú nunca le das vueltas mucho a un asunto; pero en vista de que hasta Harry y Snape pidieron mi intervención...

-¿Y desde cuando tú le haces favores a Snape?

-Desde hoy, anda, desembucha. –Lo miró a los ojos. -¿Es por lo que te conté de Naruto que hablaba con el retrato de tu madre?

El Gryffindor volvió a suspirar, apoyó su cabeza en el respaldo del sillón donde estaba sentado y miró al techo.

-Na~ eso ya lo tengo controlado, hablé con él y me prometió que no volvería a hacerlo, pero por las dudas puse un hechizo en la cortina, para que él no pueda correrlo.

-¿Entonces? –pidió James, con impaciencia. ¿Qué otra cosa podría ser?

-¿Recuerdas que te dije acerca del trato que hice con la madre de Haku, cierto? –Su amigo asintió. –Quedé con ella de escribirle una carta todos los meses, para contarle sobre la evolución de su hijo. Fuimos muy bien por casi dos años, pero... -suspiró pesarosamente- hace cinco meses que ella no me escribe de vuelta.

-Pero –frunció el ceño- he visto a Haku leer...

-Vamos, Prongs. Somos magos, no es difícil hacer un hechizo que copie su letra y ponerle palabras lindas para su niño.

James mordió su labio inferior.

-¿Crees que haya pasado algo malo?

-¿Con ese marido suyo? –bufó-. Lo que ella me contó en ese momento ya no me gustó nada, y si el hombre tenía tendencias agresivas, me temo que hay un motivo muy malo del por qué no me está escribiendo de vuelta. ¡Maldición! –gruñó, revolviendo su cabello en señal de impotencia.

-¿Tienes pensado hacer algo? –pidió suavemente, acariciando el hombro de su amigo.

-Necesito comprobar que esté bien. No voy a poder con mi conciencia si no compruebo qué le sucedió. Pero Ojoloco anda muy pesado últimamente y me va a mandar a ya sabes donde si es que le pido una licencia para viajar. –Cerró sus ojos. –No sé qué hacer, porque tampoco te puedo dejar a los dos niños a ti o a Severus, en el milagroso caso que consiga la licencia.

James frunció el ceño, luciendo pensativo.

-Mira, haremos esto –murmuró después de un largo silencio-. Tú te quedas en casa con los niños y yo voy a comprobar a la madre de Haku.

Sirius lo miró con sorpresa.

-¿Lo harías?

-Claro, idiota –Puso los ojos en blanco. -¿Recuerdas esa misión peligrosa que hice en España hace unos meses? –Sirius asintió. –Scrimgeour me dijo que me gané unas vacaciones por arriesgar mi vida de ese modo y que las tomara cuando quisiera. Creo que este es el momento adecuado.

Quiero ser padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora