Capítulo XXX.

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Won Cassandra.

En cuánto la policía nos interrogó, les dijimos que nos iríamos a casa, insistieron en llevarnos, pero le dijimos qué no se preocuparán, el oficial Yuikeiweft (Padre de Alisha) nos dejó ir tranquilas y con el pésame, iban a llamar a la madre de Jack y llevar el cuerpo a la autopsia, maldije que mi padre trabajará en otra ciudad, su posición me serviría para chequear los análisis.

—¿Tienes una linterna?

—No tengo ni un diablo Cassandra, tu debes estar fumada, te lo juró ¿No es mejor darles la grabación a los oficiales y que un experto se encargue?

—¡Daysi, estudias criminología!

—¡Exacto! ¡Estudio! Aún no trabajo de eso, es muy riesgoso, si es verdad lo que Jack dice en ese video...

—¿Confías en mí? —Ella hizo una mueca con los labios y luego asintió —Vamos a ver que hay ahí, le diremos a mi hermana y que ella se encargue, ¿Vale?

—¿Y si...? —La interrumpí.

—Daysi... —Mi voz tenía un tono de advertencia, ella asintió —¿Linterna?

—Lo único que tengo es el regalo de mi mejor amigo muerto —Miré las cajas que cargamos, un leve dolor atravesó mi pecho, "mejor amigo muerto..." aún no me creo que esto sea real. No volví hablar, dejamos las cajas al inicio del bosque y nos adentramos con la linterna de los celulares, la noche ya había caído, el reloj marcaba las 8;09 y sentía un raro malestar en el estómago, caminábamos con cuidado de no caer u chocar con un árbol, estábamos casi llegando al río, ninguna hablaba, teníamos miedo y lo sentíamos, el aire que nos rodeaba gritaba miedo, había búhos sonando encima de nosotros y cuervos también, pise una rama y está crujió, Daysi se sobresaltó y se engancho a mi brazo temblando.

—Fue una rama...y la pise yo —No sé porque hablaba en susurros. Daysi liberó mi brazo y asintió, camino delante de mí tratando de mostrar valentía, pero piso un charco de lodo y sus botas se ensuciaron.

—¡Por un demonio lo que me faltaba! —La mandé a callar con un shhh, me miró mal cómo si la hubiese ofendido. Me percaté que llegamos al río, estaba tranquilo y transmitía paz. La cascada descendía de una manera brusca, pero suave, suspiré y me adelanté a caminar hacia ella, siguiendo la orilla para subir a las piedras que creaban un caminó hacia ella.

Mi corazón estaba acelerado, sólo podía imaginar a Jack haciendo esto mismo, y cómo descubrir lo que sea que haya detrás de esa cascada fue el camino a su muerte. Un sonido seco, como si de algún cuchillo pesado se clavara en una superficie, seguido del grito de Daysi, me hizo detenerme y girar hacia ella, un hacha mediana estaba clavada en la tierra frente a su pie, mi amiga estaba abrazando su cuerpo y mirando con cierto desconcierto aquella hacha, ambas nos dimos una corta mirada, que fue interrumpida por el sonido de pasos, miramos a la dirección de dónde venía y nos encontramos con la sombra alta de un hombre.

No quieren que descubramos lo que hay ahí...

Jack tenía la razón...hay algo detrás de esas aguas.

El hombre salió de entre la oscuridad y la luz de la luna revelo el físico de aquella figura, hombre alto, quizás de 2 metros, cabello rojizo recortado a los lados y despeinado arriba, unos iris grises que podía reconocer dónde sea, al igual que esa nariz de puente alto y respingona, estaba lleno de tatuajes en las manos y brazos y su porte era algo siniestro, no desprendía buenas intenciones. Supe quién era, él asesino...él asesino de aquella vez que me golpeo, el que está en ese video que grabe. No sé si es mi obsesión con los Towers, pero era parecido a ellos, tenía rasgos de esa familia, característico cabello rojizo, iris grises cómo los del padre y Aitana, y esa nariz que todos los hijos y Lorena portaban.

Entre las paredes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora