Capítulo XXXV.

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Loren Towers.

Loren Towers.

T

ras pasar el día cuidando de Aitana, decidí darme un respiro, ella ya había despertado, pero se le veía tranquila, quería confiar en ella, qué no iba a hacer nada, pero era difícil conociendo lo impulsiva que es, así que con una simple orden la abstuve de moverse de la cama, así, podía ir a darme un baño, comer y descansar.

Cuando tomé mi ducha, me mantuve en bata de baño, mi cabello rojizo estaba mojado y algunos mechones estaban pegados a mi cara, tomé mi celular, teniendo la esperanza de encontrar un mensaje de Dante, nada, no había nada. Tenía la leve sensación de que me había bloqueado, algo en mi se presionó de una manera que me disgusto. Estaba cansada de está maldita situación, nunca he tenido que rogar, ni andar detrás de nadie, ni mujer y mucho menos hombre.

Dante era un caso perdido, se resistía a mi naturaleza, a mis encantos, me tenía enfadada, al rato estaba demostrando estar loco por mí, pero luego de unos minutos me hacía a un lado, y hasta me hablaba mal, mi irritación cada día crece más, me estoy aguantando de usar mi don y hacerlo caer con una simple palabra. Quería que saliera todo de él, pero me la está poniendo díficil, pero de algo estoy segura, él va a caer, tarde que temprano, lo hará, porque yo siempre consigo lo que quiero.

Al terminar de cambiarme con una bata de satín color negra, baje a la cocina por cereal, ya era de noche, le serví un poco a Aitana y subí con ambos vasos a su habitación, al abrir la puerta y no ver la en la cama, la sangre se me heló, el hecho de que pudiera romper mis encantos y ordenes me aterraba.

—¿Tana?

—En el baño —Solté un suspiro de alivio, deje el cereal en su mesita de noche y me senté en un sillón a comer, ella salió bañada y cambiada, tenía los ojos hinchados, y yo no podía creer que hubiese estado llorando, pero el leve color rojo la delato, su nariz también estaba roja, hice una mueca.

No entendía porque sufría tanto por Cass, ¿No era un capricho?

Yo no puedo estar hablando, yo soy otra que anda sufriendo.

Al notar el cereal lo tomó, se sentó en la cama dándome la espalda, empezó a comer. De alguna manera parece estar ida, pensando demás. Noté el debate interno que llevaba y no pude evitarlo, soy chismosa y al final mi hermana me preocupa.

—¿Qué te atormenta?

Pensé que no contestaría, ya que pasaron varios segundos en los que ella no dijo nada, pero al final si hablo. —Muy ridícula tú pregunta, ¿Tú qué crees?

Hice una mueca antes de hablar de nuevo —Todo se resolverá...

Ella no dijo nada más, yo tampoco, creo que estaría calmada por un rato, así que salgo a despejar mi mente a la terraza. Tantas cosas han sucedido en estos últimos meses, nos mudamos con intenciones de iniciar desde 0 y olvidar todo nuestro maldito pasado, y aquí sólo encontramos nuevos problemas.

No puedo controlar aquellos pensamientos que vienen a mi cabeza, diciéndome que todo es culpa de nuestra madre. Tantos lugares para iniciar de 0 ¿Por qué esté? ¿Quién diablos le recomendó esté puto lugar?

Mis dedos se cuelan por mis ondas enredadas y masajeo mis sienes, me encuentro en un estado algo frustrante, debido a los acontecimientos. No deseaba matar a Dante, ni a su familia, me agradaban todos, y no sería capaz de lastimar a mi interés de esta forma, yo no lo haría.

—¿Pensando? —Miré sobre mi hombro, mi madre, mi versión adulta, se encontraba parada debajo del marco de la puerta, me sonrío dulcemente —Han sido unos días caóticos, ¿No crees? —Asentí levemente —Sé que no es fácil, vinimos por una nueva vida, y mira cómo terminamos, con los mismos errores, peores que los del inicio.

Mis labios trazaron una mueca, me senté en una de las sillas playeras que había, recostándome en ella y tratando de relajar la tensión en mis hombros, mi madre imitó mi acción, la miré de reojo con sospecha.

—No suelo hacer esto, ¿sabes? Ustedes son mis hijos y lo crean o no, los quiero...veló por nuestra seguridad, por nuestro bienestar...deseo que vivamos en paz, sin que nadie nos molesté o esté detrás investigando sobre qué somos y nuestros crímenes —No digo nada—Loren...
quiero...hacer las cosas bien, y hablaré claro. Conoces tú naturaleza, ese niño nunca será capaz de tener sentimientos reales por ti, está embobado con tu encanto y tu aura de Nympha, nada más allá de ahí. A menos que uses tú don o sepas lo que puedes hacer con lo inicial, no lo tendrás. Nosotras no podemos darnos el lujo de algo serio con otras especies. Nuestra naturaleza es una bendición y a la vez una horrible maldición, nunca sabremos qué es ser amadas, y quiero que te ahorres ese dolor. El dolor que yo pasó diario con tú padre, sabiendo que no me ama, que está atado a mí por mis encantos, que tienen una familia de la cual quiere escapar, es horrible, no deseo ese final para ti...


Trague grueso, todo alrededor se había tornado algo incomodó, no deseaba tener está charla, así qué simplemente me levantó dispuesta a irme, y lo hubiese hecho si las palabras que mi madre soltó después no me hubiesen congelado.

—Acaba con todo lo que te lastime...él está incluido.

Mi piel se erizo y mi pecho se estrujo.

Él no me lástima...

Sus palabras fueron un maldito golpe de realidad, cómo si su intención fuera dañarme continúo hablando.

—¿Te aleja? ¿Ha llegado a empujarte para apartarte? ¿Evita el contacto físico innecesario contigo? ¿Ha llegado hablarte mal? —Silencio de mi parte —Eso es sólo él inicio. Luego te va a herir con palabras de doble filo, intentará escapar de ti, te repetirá cuánto te odia, llegará hasta agredirte por la frustración que causas en él. ¡Loren! ¡reacciona! Ese idiota nunca llegará amarte, nunca sentirá nada más que odio y desprecio por tí, hasta que al menos le des un hijo, eso será su atadura más fuerte para quedarse a tú lado, pero al final, toda la atención será para él bebé y los celos te carcomerán, porque verá a ese niño cómo nunca te miró a tí, lo amará y tú sólo serías...nada. También está la opción de que odie a ese bebé igual que a tí, y ambos sean una tortura. Loren, reacciona y sal de ahí.

Aguantaba las lágrimas al imaginar un futuro así con Dante, no lo soportaría, pero lo quiero, lo quiero para mí y sé qué el logrará quererme, al menos eso espero. Quiero sentir qué es ser querida sinceramente, necesito llenar ese vació que mis padres han hecho en mí. Me parece cruel que hable así, qué trate de dañarme de esta forma.

—Esa chica...Yukeiweft, es su verdadero amor Loren, no lo cohíbas, no hagas lo que yo hice, o cometas mis errores, evita esté dolor para ambos y déjalo ser feliz con aquella rubia, a quién si mira con amor sincero, con la que si quiere tener más allá de contacto físico. Si crees que no puedes dejarlo ser feliz, elimínalo para qué tú si lo logres.

Las emociones dentro de mi luchaban entre sí, por cuál tendría el control. Los celos y el enojo se unieron. Sólo Cronos sabía cuánto odiaba a esa chica, odiaba todo de ella, su forma de caminar, hablar, cómo se expresaba, miraba a Dante, su relación...¡Ahg! La detestó.

—Oh mejor, acaba con ambos. Si tú no serás feliz, ellos tampoco.

Entre las paredes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora