Entre las paredes.

Capítulo XXVII.

Won Rowan.

Me mantenía detrás de mi familia, con las manos en los bolsillos de mi chándal, tenía un poco de nervios por entrar de nuevo en esta casa, ahora sabiendo que alguien vivía entre las paredes de esta mansión. No dije nada, me sentía una traicionera delante de mis hermanos, todas las pruebas que consiguieron, las sospechas, planes...los tiré con una simple mentira.

—No había nada.

La expresión de decepción de Cass fue lo que más me dolió, porque sé que no era decepción hacia el caso, era hacia a mí. Me daba miedo lo mucho que nos conocíamos todos en mi casa, lo suficiente como para saber qué uno está enfermo antes de siquiera estarlo. Estoy segura de que ella no me cree nada, que duda de mí, y eso afecto nuestra comunicación, no puedo ni siquiera hablarle sin sentir la desconfianza rebosar de ella. No hemos vuelto hablar del tema Towers, pero sé que ella no sé rindió.

Levanté mi mirada un poco para detallar la mansión Towers. Mi vista se fijó en la última ventana de arriba, el ático. La luz se encendió y capte movimiento allí. Lorena Towers nos abrió y recibió con alegría. Ingresamos a la casa, me relajé y actué normal, tranquila, fingiendo que no estuve aquí dos veces sin que ellos supieran, fingiendo que no sé del laberinto en las paredes, fingiendo que no sé sobre la existencia de Ax.

Cada quién fue con su objetivo. Mamá y papá a las cocinas con los esposos Towers. Hamlet Towers luciendo atractivo y limpio cómo siempre, demostrando activamente su love lenguaje con su mujer, contacto físico. Su mano se deslizaba por la cintura de Lorena, tocaba su trasero, sus piernas, se estrujaba contra ella y mantenía su mano activa en el movimiento sobre el cuerpo de ella. No quiero imaginar el horno que debió ser de joven.

Katly fue con Mike, él cuál paso sus manos por la cintura de la pelinegra para rodearla en un abrazo, y sólo pude ver el reflejo de Hamlet Towers en su hijo menor, a pesar de ser físicamente cómo su madre mostraba tener el mismo love lenguaje que su padre, contacto físico. Ambos se fueron agarrados de manos a la cocina, porque Katly ayudaría con los postres de la cena del 24. Loren bajo las escaleras con un vestido blanco corto y de tirantes, en medias y con su joyería dorada, exceptuando la cadena de plata que llevaba.

—Wait, ¿Esa es la cadena que di por pérdida? —Dante la detuvo antes de que ella alcanzará a abrazarlo. La pelirroja sonrío juguetona y se encogió de hombros. Dante rodó los ojos —La quiero de vuelta.

—Tendrás que quitármela.... —Pareció pensar, aguanto una risa — la cadena, claro... también la ropa si te apetece —Yo no dije nada, entorné los ojos en sorpresa y me acerqué a Cass que era la única disponible. Se sentó en el suelo, y empezó a envolver los regalos, me senté frente a ella en pose de indio, ella no me miró, pero sabía que estaba ahí. Busque palabras, algo que decir, algo que contar, pero no me llegaba nada, con mis hermanos era fácil fluir, excepto ahora.

Aitana se nos unió, se paró frente a ambas, llevaba un abrigo y pantalón de pijama, sin dudas estaba durmiendo. Cass alzó la mirada hacia ella y la bajo al notar quién era. Siempre imaginé que Cass no era hetero, así qué no me sorprende saber que hay una leve...bueno, gran tensión entre estas dos.

—¿Nuevos piercing? —Mi hermana menor hablo. Aitana sonrío con satisfacción al escuchar su voz.

—Una linda chica coreana me regalo joyería nueva, quería lucir mis nuevos pendientes así qué un hoyo más en la oreja no hace nada —Me miro y juré que fue con una pizca de desagrado, pero no me interesó —Tú debes ser Rowan, nunca nos habíamos conocido formalmente. He escuchado maravillas de ti... —Sus palabras salían con algo de filo.

—Un gusto. Aitana, también he escuchado de ti, pero no tanto cómo quisiera.

—Mmm, eres igual de hermosa en persona...—Cass cuestionó con su mirada hacia a ella, la castaña lo notó, su porte era parecido al del señor Towers, de hecho, ahora viéndola bien, es la más parecida en rasgos a su padre —He visto muchos retratos de ella...—Respondió a la mirada de Cass. Sentí la incomodidad apoderarse de mi cuerpo y espacio al pensar que lo hacía apropósito y queriendo señalar que sabe que conozco la existencia de Ax.