Capítulo XLII.

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Narrado en tercera persona.

Cuándo los Won despertaron, ya no estaban en sus aposentos, bueno, en el caso de Katly, ya no estaba en la cama de Mike, esposada a esta.

Tierra, húmeda, oscuridad, sonidos de búhos, aleteos, sombras…

La primera en despertar fue la mayor, no entendía nada, no sabía cómo carajos llegó aquí, su último recuerdo…había estado con Ax, discutiendo, interrogándolo, buscando sacar algo. Y ahora está aquí, se incorporó hasta quedar sentada en el lodo, y se asqueo momentáneamente, luego se levantó, absorta de inquietud y una rara preocupación.

Miraba todo alrededor, intentó moverse, pero fue detenida por ese ardor repentino en su brazo, cómo si la hoja de algún cuchillo la hubiese rozado con intenciones de lastimarla…esperen, así fue.

Al mirar al suelo detrás, estaba esa brillante y afilada hoja, ella no entendió, intentó tomarlo, pero este empezó a levitar y se movió cómo un Boomerang en dirección contraria, ella lo siguió y tan sólo detallo una figura alta.

—¿Ax?—Fue lo único que le llego a su mente, pero no era él, no era su complexión y aunque a ella le repugna admitirlo, conocía demasiado a Ax físicamente para poder confundirlo. Cuándo la sombra salió a la luz de la luna y noto quién era, no comprendió, pero fue inconsciente lo que salió de sus labios —¿Dónde está mi hermana?—Otra vez, el cuchillo fue en dirección hacia a ella, quiso esquivarlo, pero cómo si ella fuese un imán esté la siguió y se estampó en su hombro sin sentido alguno, el filo se clavo contra su hueso y ella se tragó un gemido de dolor, sintió el cuchillo moverse entre su piel, intentando salir, y sin comprender ella lo sostuvo—¿Qué mierda?—Empezó a forcejear con el arma para que no salga, mientras Mike se acercaba a ella a paso lento, Rowan no lo dejo llegar hasta ella, porque empezó a caminar lejos de él, mientras luchaba con ese pedazo de metal.

¿Por qué Mike hacía eso?

Pregunta otra vez.

—¿Por qué diablos haces esto?—Katly sostenía las manos de Loren y forcejeaba con ella encima, intentando detener sus golpes, había conseguido que ella soltara la maldita arma blanca, pero está se veía empeñada en su labor de pegarle a la dulce Won.

Katly se esforzó y logró dejarla debajo de ella, sostuvo una de sus muñecas y ambas intentaron alcanzar el cuchillo con la mano libre.

Por desgracia de Loren, Katly fue la que lo consiguió, cayendo incomoda de costado al cuerpo definido y curveado de la pelirroja, lo cuál le dio chance a Katly para quitarla de encima y volver a tomar el control.

Loren no pensaba que Katly fuese capaz de lastimar a nadie, Katly tampoco lo pensaba, pero su instinto animal era quién tenía el control de ella, sin pensarlo, movió su mano empuñando el cuchillo con intención de lastimar a su “amiga”, con los ojos cerrados clavo el arma, no supo dónde fue, pero una gota no tardo en caer en su cuello.

Sintió la bofetada en su mejilla y el tirón de cabello inmediato, intento desenterrar el cuchillo, aún sin ver, pero la pelirroja forcejeo por dejarlo ahí y sólo escuchaba el grito ahogado de ella, el cuál no tardo en resonar en el espacio cuándo Katly logró sacar el arma.

La asiática abrió sus ojos con temor a ver que hizo, pero se tranquilizó cuándo vio que fue tan sólo en su mano. Aprovechó el momento de dolor de la chica y la quito bruscamente de encima de ella para intentar incorporarse e irse, pateo cuándo sintió que la tomaban de el pie y sin dudarlo dos veces corrió, corrió y corrió.

Perdida en aquel bosque desconocido, oscuro y tenebroso, con esas vibras de película de terror veraniego, dónde un asesino te perseguía en un sangriento juego.

Entre las paredes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora