Capítulo XXXIX.

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Alisha Yukeiweft.

Al salir del bortex, sentía mi cuerpo como si hubiese estado dando vueltas en el mar, mi estómago estaba revuelto y tenía una rara sensación en él.

Trate de controlarme y  fingir que todo lo que vi detrás de esa cascada no me dejo con un posible trauma, aún así mi mentalidad es fuerte y creo estar bien.
Camine por el bosque hasta salir a la carretera y empezar un transcurso a pie hasta mi casa. Mis pensamientos volaban y circulaban en mi cabeza, desde mi llegada, hasta mi partida, todo allá era tan místico y aterrador, bestias inimaginables, olores tóxicos y personas que para mi cordura son raramente atractivas.

Resolvía un problema, surgía otro.

Conseguí el apoyo de él Lord comando para cerrar el río por seguridad humana y ostrandiana, pero esa no fue la razón de mi visita, era el hecho de qué había un humano rondando en el otro mundo, según me informaron la abertura de la cascada se extendió hacia el río y ahora este era un portal más grande a la otra dimensión...el problema, que esa humana me conocía, Daysi Crane.
Hay dos métodos para deshacernos de los humanos que conocen nuestra raza:

1. Borrar su memoria y formar una realidad alejada a todo lo que realmente sucedió.

2. Matarlo.

Daysi sería sometida a chequeos médicos y sanguíneos para comprobar si es seguro hacer la primera opción, si no es mentalmente fuerte o tiene una pizca de sangre ostrandiana, el uso mental podría hacerla colapsar y morir en el proceso del lavado. Fui a conocerla, (aunque ya lo hacía) tendría que buscar todos sus datos de este lado para poder ayudar a los clarividentes a cargo de ella con su trabajo.

La pobre parecía emocionalmente dañada, sucia, no paraba de llorar, gritar y estar asustada, desprendía miedo y verme la alivio por unos segundos, hasta que cayo en cuenta de qué yo también era una de esas criaturas, lo cuál no es tan cierto, soy un 78% humana, el otro 22% es lo que me hace tan seductora, atractiva, encantadora y me permite un paso ligero por los portales, y habilidades físicas con sentidos mejorados, luego no cuento con ningún otro don.
A medida que caminaba me sentía observada, seguida...me sentía extraña, pero creía que era por haber vuelto de esa experiencia.

Seguí mi camino tratando de estar relajada. Al llegar a casa, me encerré y mantuve las luces apagadas en caso de qué Dante regresará, revise las cámaras para ver que se movió en mi ausencia y cómo esperaba, mi mejor amigo había vuelto por aquí, suspire y relamí mis labios, creo que ya me siento mejor para hablar, pero igual, en mi consciencia el peso de ser la asesina de Jack no me abandonaba.

Por un segundo el recuerdo de yo persiguiendo y lastimando a Jack en su propia habitación, regresó, esta vez mostrando como lo golpee y empecé a asfixiarlo para dejarlo inconsciente, las cosas se me habían salido de las manos y ya no tenía ni pulso, intente darle RCP y traerlo de vuelta, pero ya era tarde, corte sus venas para que la sangre lo abandonara, limpie mis huellas y rastros para marcar las suyas en el arma homicida...

Frote mis sienes y trate de salir de ese horrible recuerdo, fui por una ducha fría y juré que escuche algo de vidrio, caer abajo, le reste importancia, luego iba a chequear que se cayó.

Al salir de la ducha seque mi cabello y me puse pijama para descansar un rato, mañana tendría otro largo día y quería descansar lo más que podía de todo lo ocurrido en los últimos.

Baje las escaleras hasta la cocina por un vaso de agua, y ni si quiera había llegado al último escalón cuando vi un florero en el suelo, no tenía la rosa que había puesto ahí y me resulto extraño, sólo estaba hecho pedazos en el piso y el agua regada, le reste importancia y fui a buscar el trapeador de paso a la cocina.

No pase bien el marco de entrada a la habitación cuándo sentí cómo tiraban de mi cabello y me chocaban con la pared, mi mejilla quedó contra esta y casi no podía moverme. Un aroma floral hizo cosquillas en mi nariz y la voz que me hablo me hizo suspirar con fastidio.

—¿Tuviste unas lindas vacaciones?—Ni si quiera respondí. Sin esfuerzo alguno me gire y la empuje lejos de mi sin entender que diablos hacía en mi casa.

Sus cabellos rojizos habían caído en uno de los lados de su rostro, tapando esa parte. Parecía algo molesta, su mandíbula y dientes estaban apretados, mientras su ojos estaban inyectados en rabia.

Trato de atacarme nuevamente y con facilidad la esquivo, luego su otro ataque y ya el tercero sujete su muñeca y la gire para ponerla contra la meseta.

La juzgue mentalmente y no me molesté en ocultar mis expresiones, con la otra mano me araño el rostro dejándome un ardor en el cuello, yo contaba con más altura que ella así qué la tenía atrapada con mi cuerpo, agarre su otra mano y la deje contra la meseta.

—¿Qué demonios te sucede? ¿Estás loca? ¿Sabías que entrar a las casas ajenas e intentar atacar personas es un delito?—Me ignoro totalmente.

—Creo que tu cabeza va explotar, Alisha—Vi aquellas ondas de sonido salir de su boca he intentar entrar por mis oídos pero estaban retenidas a 5cm de mí. Fruncí mi ceño nuevamente y la mire con descaro.

—¿Por qué quieres matarme?—Ella parecía confundida al ver que sus ondas estaban paralizadas luchando por romper lo que sea que me rodeaba en forma de protección, las ondas no tardaron en desvanecerse en gas, y me di cuenta de que ella no estaba entrenada, ni al tanto de lo poderosa que podía ser.

—No, no entiendo...—Agarre sus muñecas con una sola mano y le enseñe la otra junto a la pulsera de piedras que adornaban el hilo.

—Amatistas contra clarividencia y cuarzos rosas contra nymphas, un regalo de mi tía.

—Tú sabes...—No comprendía nada—Pero...no hueles...no hueles cómo no nosotros. 

—Soy meztisa—Loren me miraba sobre su hombro totalmente desentendida cómo si no se lo esperaba, pero al parecer unió piezas.

—Él tampoco te ama...es por tú don—sonrió cómo idiota y yo no evite hacer otra mueca, la moví aún en esa posición a otro costado y la empuje lejos de mí.
—Lárgate de aquí, pelirroja.

Me di la vuelta para irme restándole importancia a su presencia ya que tenía la certeza de que era una buena para nada.

Lo que me sorprendió fue el ataque que estuve por recibir otra vez, en está ocasión en la espalda y con un cuchillo, si no hubiese oídos sus pasos la hoja me hubiese atravesado, me había movido justo a tiempo y la observe sin comprender sus razones.

¿Qué hice ahora para ganarme una enemiga?

Yo debería ser la que estuviera molesta, tenía un problema personal con ella, el cuál he decidido ignorar y dejar que todo fluya cómo Dios lo mandé, ¿y ella es la enojada?.

Intento atacarme de nuevo y volví a esquivar, y realmente estaba harta de ella, así qué volví a sujetar su muñeca con el arma y sin esperarlo me golpeo en la cien con el puño de la otra mano, el golpe me dejo unos segundos en el aire y fue suficiente para ella zafarse, y querer lanzarse sobre mí de nuevo. Me recuperé rápido y evadí el corte a mi pecho recibiéndolo en mi brazo derecho.

Gemí levemente de dolor y lleve a mi mano a la herida, seguí tratando de esquivar los ataques de la pelirroja que cada vez estaba más cerca de mí, habíamos dado la vuelta a la cocina yo tratando de evitarla y no lastimarla, pero llegó el punto en el que me harte y simplemente tome las tijeras que estaban sobre la isla en medio de la cocina, empuje está en mi mano, y con mi pierna le proporcione una patada en su estómago que la hizo caer de culo contra el suelo.

Estaba un tanto harta de Loren, cansada de sus ataques, molesta por su rasguño en mi brazo, y esta insolencia sin sentido.

—¡Yo soy quién debería querer deshacerse de ti!—Grite sin pensar, ella me miro desde el suelo y chequeo disimuladamente, hacia dónde había caído su arma, no pudo ni siquiera intentar alcanzarlo por que sin pensarlo dos veces me subí sobre su regazo y la posicione debajo de mi cuerpo de manera que no pudiese moverse. Agarre sus mejillas con una sola mano de manera agresiva y la apreté entre mis dedos.—Carajo, maldita Nympha, sólo has sido una piedra en el camino mío y de Dante. ¿¡Sabes todo lo que he tenido que hacer para estar en está posición, en este momento!? ¿¡Y todo lo que me falta para poder estar feliz con él!? ¡He vivido con el propósito de crecer, deshacerme de mi padre y toda piedra que se cruce entre yo y él—Acerqué mi rostro al suyo de manera que nuestras narices se rozaran, sus ojos verdes chispeaban odio, mis ojos azules también lo hacían, nunca me detuve a pensar en la rabia que le tenía a está niña.

Cómo Nympha que era, su encanto pasaba por encima de mí gracias a mi protección y la sangre de mis ancestros corriendo por mis venas, pero aún así, aquella tensión que las Nymphas desprendía, salía de ella en ondas carmesí y yo podía verlas gracias a mis raíces, la analice un segundo, y me deje controlar de mis emociones.

—Tú no vas a ser la excepción—Levante mi mano con la tijera para agarrar presión y estancarla contra su pecho y acabar con esta perra seductora.

Más mi ataque quedó en el aire al mi muñeca ser sostenida, tuve que girar para ver de quién se trataba, sus iris grises desprendía un tipo de molestia y sin decir nada, me movió cómo si fuese un gato, tirando de su agarre fácilmente y tirando mi cuerpo contra una pared, mi espalda recibió el golpe y luego el costado lateral de mi cuerpo al caer, me queje en el suelo y subí un poco mi mirada hacia ellas, viendo cómo la castaña jalaba a su hermana del cabello con brusquedad.

—Tendré tiempo de regañarte en casa, muévete antes de qué tenga que matar a esta—La empujo de camino a la puerta, me ojeo brevemente y me repaso con asco, escupió un bufido de superioridad antes de decirme:—Vuelve a intentar tocar a mi hermana y voy a incendiar una vez más tú ridículo departamento de oficiales, esta vez me asegurarme de qué tú y tú padre estén dentro—La pelirroja ya había salido y ella decía esto mientras caminaba, me mantuve en mi posición mirándola de manera irónica.

Habla cómo si no hubiese sido su hermana la maldita que entro a mi casa e intento matarme.

Ella salió cerrando la puerta detrás.

—¡Ali!...—La voz de Dante resonó en mi casa, bufe y trate de ponerme de pie para que no me encontrará así, pero fue tarde ya que ya estaba parado en el marco de la puerta, lo primero en lo que se fijo fue en la herida abierta en mi brazo.

Llego hacia mí en un pestañar y me ayudo a levantar.

—¿Qué demonios te paso?—Me cargo entre sus brazos hasta la sala dónde me dejo en el sofá para buscar el botiquín de primeros auxilios y curar mi herida.

Se puso de cuclillas frente a mí quedando un poco más bajo que yo, tiro de mi brazo y empezó a desinfectar.

—¿Y bien?—Mordí mi labio y mire a otro lado, él me tomo de el mentón y me hizo mirarlo—Ali, basta. Deja de evitarme, cuéntame la verdad, ¿qué diablos sucede? ¿Qué hay de; "No secretos entre nosotros"?—Sentí la culpa invadirme, porque a lo largo de el tiempo conociéndonos nunca fui sincera, incluso en esos años en los qué nos tratábamos cómo una pareja, y moríamos por besarnos, en ese momento en el que lo rechace, no lo fui, mire sus labios un segundo y él me hizo mirarlo a los ojos—No. Quiero sinceridad.

Lo fui. Le conté lo sucedido hace unos minutos y aproveche para revelarle mis celos internos por esa maldita chica, y mis pensamientos sobre ella, le conté mis motivos por él que nunca estuvimos juntos y le revele mis planes para poder tener mi futuro con él, este incluía:

1. Trabajar lejos de mi padre.

2. Independizarme totalmente y salir de su control.

3. Ir contra toda mi familia, si era necesario.

4. Decirle la verdad a él sobre lo que soy realmente...

5. Tener una vida con él...si él me aceptaba.

Él me escuchaba mientras terminaba de cubrir mi brazo con una gasa, se sentó a mi lado, me detallo unos segundos y parece notar algo, pasa su pulgar por mi mejilla y la fricción hace arder esa zona.

Me queje.

—Ella también te rasguño—Informó, parece no estar pendiente a lo que estoy contando y eso me lástima. Bajo la cabeza a mis manos y él sostiene estás—¿Sabías que nunca deje de amarte? Sólo he logrado...apagar...o no sé, sobrellevar mis sentimientos...ya no pienso día y noche en ti, pero siempre estás presente de una manera afectuosa y romántica en mi mente.

Guarde silencio y él continuó:

—Ali...¿Qué es lo qué eres?.
Trague grueso y empecé un jugueteo con sus dedos sobre mi regazo. No estaba llorando, pero las ganas se posaron en mí, así que me contengo y absorbo mi nariz.

—Es complicado...

—¿Sabes qué es Loren?—Lo miré de reojo.

—¿Qué es Loren?—pregunte, haciéndome la loca.

—No lo sé...pero de este planeta, no creo que sea...—la duda cruzo su rostro—¿Tú también?

—Es complicado...

—Quiero entenderte...—lo mire de reojo y su expresión derrocha cariño y comprensión.

—Es una muy larga historia, y ya sabes que papá regresa pronto y...—Me interrumpe.

—Tengo tiempo de sobra para que me cuentes—Suspire derrotada y asentí.

—¿Te quieres quedar a dormir a escondidas en mi habitación?—Sonreí amargamente con los labios juntos y una pizca de broma en mi tono, él también sonrió pero mostrando los dientes, sus ojitos chinos desaparecieron ante la acción y me causó ternura, mire sus labios un segundo y sentí el impulso de hacerlo, pero me contuve.

Me acompaño a arreglar el desorden en la cocina, él cuál por suerte no era mucho, borre las grabaciones de las cámaras de afuera y adentro con la esperanza de qué mi padre este tan sumido en el trabajo que no las revisará, aunque de haberlo hecho, ya estuviera aquí.

Escondí a mi mejor amigo en mi habitación y fui con él arriba dónde empecé a contarle todas mis verdades. Siempre sentí qué no me iba juzgar, me creería y me amaría igual. Tenía razón, porque sólo sonreía y me agarra de las manos, y hasta nos acostamos abrazados, mientras me escuchaba, lo único que dijo fue:

—Está bien, te amo igual.



Entre las paredes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora