LVIII: Acertijo Sangriento.

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Karina.

—Ethan, cielo, por favor abre la puerta.—suplico sin cesar—Perdóname, de verdad no quise decir eso. Cielo, yo te amo.

Por más que le hablo y toco la puerta, no logro hacer que la abra, ni siquiera sé si está escuchándome, pero llevo más de quince minutos llamándolo.

—Cielo, de verdad lo siento.—exclamo entre lágrimas—Mi pobre bebé.—murmuro.

Dios mío, ¿por qué tenía que decirle eso?

Es cierto que tiene problemas, pero eso no lo convierte en uno...

Me acerco a la puerta para escucharlo, pero no se oye nada, en este punto, no sé si está dormido, si está escuchando música, si está llorando, sólo ignorándome, o algo aún peor.

—Debo llamar a Roger.—murmuro para mí misma y regreso a la sala en busca de mi cartera, ya que dentro está mi celular.

Marco su número y responde de inmediato.

—Roger, pasó algo terrible, necesito que vengas ahora, ¿crees que puedas?—le digo al borde del llanto.

—¿Qué sucede, Karina? ¿Le pasó algo a los chicos?

Niego con mi cabeza como si pudiera verme.

—Ethan se peleó de nuevo y lo suspendieron. Y sin querer le dije algo que no estuvo bien.—mi voz se quiebra—Está encerrado en su habitación, no quiere abrir la puerta y tengo miedo de que...

—Sí, ya entiendo. Voy para allá enseguida.—me interrumpe.

Suspiro con alivio.

—Gracias, cielo.—corto la llamada y aprovecho para avisarle a Logan también.

Le envío un mensaje explicándole lo sucedido, ya que dudo que pueda atender llamadas en este momento por su trabajo.

Pasa alrededor de una hora, yo continúo hablándole a Ethan desde la puerta, escucho la puerta principal abrirse, seguido de unos pasos acelerados que se dirigen hacia acá. Miro a mi derecha y veo a Roger caminando por el pasillo, acercándose a zancadas largas, detrás suyo viene Logan.

—¿Dónde está?—cuestiona.

—Sigue allí dentro.—señalo la puerta y él se acerca. Da un par de golpes agresivos a la misma.

—¡Ethan, abre la puerta de una maldita vez!—vocifera aún golpeando la puerta y lo detengo de inmediato.

—¡Roger, no!—lo tomo de los brazos—Ya se siente bastante mal, no le grites.

Él bufa y voltea hacia mí.

—Deja de consentirlo tanto, Karina. Cometió un error que ya sabía que no debía cometer y aún así tratas de intervenir por él.—me exhorta—Es un mocoso mimado y caprichoso que cuando no obtiene lo que quiere hace un berrinche y es tu culpa.

Mi rostro se expande con sorpresa e indignación ante su acusación.

—¿Mi culpa?—cuestiono molesta—Sabes que no está bien, lo único que he intentado hacer todo este tiempo es protegerlo de eso.

—¿Y cómo, eh? Mimándolo al extremo, siendo extremadamente permisiva con él, alejándolo de todo lo que pueda causarle disgusto porque "puede hacerle mal".—hace intento de imitar mi voz al decir eso, haciendo las comillas con sus dedos.

Frunzo el ceño con molestia.

—Es un mocoso débil e inmaduro y es tu culpa, acéptalo.—se acomoda las mangas de su camisa, subiéndolas hasta su antebrazo y golpea de nuevo la puerta—Ethan, sé que puedes escucharnos, abre la puerta.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora