Capítulo 17) Como una basura

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Después de lo ocurrido en el despacho, pasé el resto de la tarde en piloto automático. Los minutos se arrastraban lentamente, y mi mente no podía dejar de dar vueltas a lo que había pasado con Wades. A pesar de su explosión de furia, sentía que mis palabras lo habían afectado de una manera profunda, incluso si nunca lo admitiera. Me dije a mí misma que no debía sentirme culpable, que él se lo merecía, pero había una parte de mí que no podía evitar sentirse vulnerable.

Finalmente, cuando el reloj marcó la hora de salida, me levanté de mi escritorio con un suspiro. Recogí mis cosas lentamente, intentando evitar cualquier encuentro desagradable antes de salir del edificio. El ambiente en Univisión era tranquilo; las luces del atardecer se filtraban a través de las ventanas, bañando los pasillos en tonos cálidos de naranja y rosa. Sentía el cansancio acumulado en mis hombros, y todo lo que quería era llegar a casa y olvidar el día.

El día había sido un desastre.

Caminé hacia la salida de Univisión, donde el aire fresco de la tarde me recibió. El cielo ya empezaba a oscurecerse, pintado con los últimos destellos del atardecer. No tenía auto, así que debía caminar hasta la parada de autobús, algo que, en ese momento, agradecí. Necesitaba tiempo para despejar mi mente.

Al cruzar el estacionamiento, justo antes de llegar a la acera, lo vi: Wades acababa de llegar. Su elegante auto negro se detuvo frente al edificio y bajó con esa misma presencia imponente que siempre lo acompañaba. Mi corazón se aceleró por un segundo, pero decidí no detenerme. No quería un nuevo enfrentamiento ni verlo después de lo que habíamos pasado en su oficina.

No me miró, ni siquiera cuando mis pasos resonaron en la acera a pocos metros de él. Su rostro estaba duro, frío, como si yo no existiera. No pude evitar sentir un nudo en el estómago, pero apreté los labios y seguí caminando, manteniendo mi vista al frente. Nos cruzamos en silencio, dos personas que parecían desconocidas, aunque sabíamos demasiado el uno del otro.

El silencio entre nosotros era espeso, casi palpable. Por un momento, pensé en decir algo, cualquier cosa que rompiera la tensión, pero lo descarté enseguida. No valía la pena. Él había dejado claro lo que pensaba de mí, y yo había dicho lo que tenía que decir. No había más que discutir. Mis pies siguieron avanzando, cada paso alejándome más de él y del caos que parecía rodear su presencia.

Mientras caminaba hacia la parada del autobús, sentí una mezcla de alivio y tristeza. Alivio porque al fin podía dejar ese ambiente cargado detrás, y tristeza porque, a pesar de todo, no podía negar que había algo profundamente roto en Wades, algo que quizá nunca se arreglaría. No lo justificaría, pero lo entendía.

Cuando llegué a la parada, me senté en el banco y esperé el autobús. Mientras lo hacía, miré de reojo hacia el estacionamiento. Wades ya había desaparecido en el interior del edificio, como si yo nunca hubiera estado allí. A veces me preguntaba si todo lo que pasaba entre nosotros era tan irrelevante para él como parecía.

El autobús llegó y subí, sentándome cerca de la ventana. Mientras el vehículo se alejaba de Univisión, no pude evitar pensar en lo que había dicho. ¿Había ido demasiado lejos? ¿Era justo mencionarle a su hija, a su esposa fallecida? Sacudí la cabeza, tratando de despejar esos pensamientos. Ya no había vuelta atrás.

Me recosté en el asiento, cerré los ojos un momento y me dejé llevar por el ruido constante del motor, agradeciendo que al menos por esa noche, Wades Davis no estaría en mis pensamientos.

Llegué a casa exhausta, deseando solo un momento de paz para desconectar del largo y complicado día en Univisión. Dejé mi bolso sobre el sofá y me dejé caer en la cama, mirando al techo, tratando de no pensar en Wades ni en nuestro último enfrentamiento. Sin embargo, el sonido de mi móvil me devolvió a la realidad. Lo tomé de la mesa de noche y vi que era una clienta, alguien que necesitaba una sesión fotográfica para el día siguiente.

La Mujer Del Diablo© ACTUALIZANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora