El viernes por la mañana de la primera semana de su último semestre, Logan cerró su casillero y miró su teléfono para comprobar la hora. En cinco minutos habría una reunión del alumnado en el teatro principal de Kandinsky para los de último año.
—Ah, qué mierda —dijo Eric, recargándose en la casilla de al lado y tecleando fuerte en su teléfono—. Espero que esa reunión sea importante y no se prolongue. Presté la sala de producción para trabajar en un proyecto.
Logan suspiró. Su amigo otra vez había entrado en modo acelerado. Trabajos a rebosar y clases hasta la tarde. Sería otro semestre pesado.
—Vamos —le dijo Logan, instándolo a avanzar—. El resto ya debe estar allá.
El teatro principal de Kandinsky solía usarse solo para los festivales y presentaciones artísticas, pero cada inicio de semestre también lo usaban para esas reuniones donde comunicaban los eventos importantes y les recordaban que solo tendrían un día adicional para cambiar de clases optativas si se requería.
Pero Logan no deseaba cambiar. Justo esa mañana había tenido su taller de violín y se había sentido satisfecho con la clase, y principalmente con su estado anímico luego de eso. No ambicionaba ser el mejor violinista del mundo, solo quería sentirse igual de feliz todos los días mientras lo tocaba.
Camino al teatro pasaron por el edificio de artes visuales. El mural que Finn pintó estaba intacto, y aún atraía a varias personas, pero al menos ya no lo etiquetaban en Instagram para avisarle de la hazaña.
Para Logan, lo más gratificante de todo era que podía ver el mural y sonreír porque ya no se trataba de una despedida, ni de lo último que conservaba del chico del que estaba enamorado. Todo lo contrario. Ahora admiraba aquel muro y su corazón se aceleraba al saber que pronto vería a su novio.
Afuera del teatro, sentados en una banca, estaban Will y Marlon. Enfrente de ellos Finn, quien reía de algo que Coco contaba al lado suyo.
Logan sonrió. Aquel chico se veía igual que siempre; cabello un poco revuelto, anteojos un tanto torcidos, agujetas desiguales en aquellos Vans desgastados. Pero había algo que sí había cambiado por completo, y es que ahora Finn siempre parecía tranquilo.
Will fue el primero en verlos acercarse y señaló en dirección a ellos, avisándole a Finn. Y en cuanto cruzaron la mirada, Logan sonrió de inmediato.
Se sentía igual que en preescolar, deseoso de salir brincando de felicidad cuando era la hora de salir al patio a jugar. En esos momentos, casi quería correr para alcanzar a Finn en un abrazo. Pero se contuvo, aunque sí permaneció observándolo hasta que estuvo frente a él. Su novio lo tomó de la mano con esa enorme sonrisa en su rostro que le torció aún más los anteojos.
—Byron, ¿me extrañaste?
—Te vi hace como tres horas en el almuerzo.
—Ah, entonces no me extrañaste.
Finn se acercó para darle un beso y abrazarlo.
—No dejes que te engañe —dijo Will—, se la pasó dibujando peces dorados en su libreta durante la clase.
—A todo esto —intervino Marlon—, ¿por qué peces dorados?
Coco casi escupe el agua de la botella de la cual estaba bebiendo, Eric tuvo que golpearle un poco la espalda para que no se ahogara.
Logan se encogió de hombros.
—Es clasificado, es lo único que diré. En fin. ¿Dónde está el resto?
—Kyler y Aris no deben tardar —dijo Will—, Dylan y Poppy están adentro, estaban resolviendo algo con su maestro de teatro. Kendall ahí viene.
La chica morena caminaba hacia ellos con un par de libretas entre sus brazos, pero parecía algo desconcertada hasta que se acercó a la banca y dejó su mochila.
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Closer To You
Romance(Libro 2, Serie Lover Material) Logan tiene un tipo ideal de pareja que desea tener, y un prospecto que se acerca demasiado a lo que busca. Finn para nada está interesado en el amor, sobre todo porque ni siquiera comprende quién es realmente o lo qu...