Después de aquel hermoso castigo lleno de cosquillas, risas y besos, Jaekyung y Dan decidieron salir a desayunar a una pequeña cafetería que el mayor conocía. El ambiente era cálido y acogedor, con el suave aroma del café recién hecho impregnando el aire. Había uno que otro trabajador esperando órdenes de café y algunos estudiantes universitarios que parecía que en cualquier momento sus cabezas irían a dar contra las ventanas, los muros o las mesas de lo cansados que se noraba que estaban.
Se sentaron en una mesa junto a la ventana, donde la luz del sol matutino iluminaba suavemente sus rostros.
Jaekyung tomó el menú con naturalidad, pero en realidad ya sabía lo que pediría. Durante las últimas semanas, había aprendido a ajustar las comidas de Dan para que se adaptaran a las limitaciones que su leucemia le imponía. Mientras hacía el pedido, se aseguró de incluir todo lo que Dan podía comer sin preocuparse, eligiendo cuidadosamente cada opción.
Dan sonrió levemente, sabiendo que Jaekyung siempre estaba al pendiente de su bienestar, y aunque podía ser un poco sobreprotector, lo hacía sentir amado. Cuando el mesero se fue, ambos se quedaron en un momento de cómoda tranquilidad, disfrutando de la compañía del otro.
Mientras el sol iluminaba el cielo de unos hermosos tonos rosados y dorados, Jaekyung desvió su mirada hacia Dan y notó, como lo había hecho tantas veces antes, que el más bajito llevaba puesto su gorro rojo. Un accesorio que había sido casi una constante en los últimos meses, y del cual alguna vez se burló, pero ahora pensaba que era tierno. Aunque Dan tenía muchos otros gorros y podría variar más su estilo, ese en particular parecía tener un significado especial.
— Oye, Kim Dan... ¿Por qué siempre usas ese gorro rojo? — preguntó Jaekyung, con la curiosidad denotada en su grave voz — Tienes otros que podrías ponerte. Pero... ese parece ser tu favorito.
Dan, sorprendido por la pregunta, bajó la mirada hacia la mesa, como si el gorro que llevaba en ese momento le trajera un torrente de recuerdos.
— Oye, no bajes la mirada — dijo Jaekyung, tomando el rostro de Dan, haciendo que lo mirase — No es reclamo ni nada, solo pregunto...
Los dedos delgados del fisioterapeuta rozaron suavemente el borde del tejido, y tras un breve suspiro, levantó la mirada hacia Jaekyung, sus ojos brillando con algo de nostalgia.
— Este gorro... — comenzó Dan, su voz suave y cargada de emoción — Este me lo dio Min... Lo tejió su mamá para mí — dijo Dan, haciendo una pausa para dejar que Jaekyung procesara esa información — Fue después de que tuve que afeitarme la cabeza, antes de que se me cayera todo el pelo por el tratamiento... Min fue el primero en darme algo que me ayudara a enfrentar todo esto, me lo dio para que no me sintiera mal conmigo mismo... Me ayudó a sentirme mejor cuando estaba asustado.
Jaekyung se quedó en silencio por un momento, escuchando cada palabra de Dan con una creciente sensación de comprensión. Sabía lo mucho que ese tipo de gestos podían significar para alguien en una situación tan vulnerable. Aunque no lo admitiera tan fácilmente, había algo en esa historia que le provocaba una ligera punzada en el corazón.
De pronto, Jaekyung desvió la mirada y, casi sin pensar, murmuró algo entrecortado, como si luchara consigo mismo para sacar las palabras.
— Ah... ya veo... Es que... bueno, pensé que... tal vez... — dijo Jaekyung, que se rascó la nuca, incómodo, mientras sus mejillas comenzaban a adquirir un leve tono rosado — Quizás... yo... estaba un poco celoso...
Dan levantó una ceja, visiblemente sorprendido.
— ¿Celoso? — dijo Dan con incredulidad, intentando no reírse pero sin poder evitar una sonrisa divertida — ¿De Changmin?... Vaya
Jaekyung asintió, todavía sin atreverse a mirar a Dan a los ojos.
— Bueno... no es que... tú sabes... sólo que me di cuenta de lo importante que fue para ti en ese momento... y no sé... sólo... no podía evitarlo.
Dan, aprovechando la ocasión, decidió tomar ventaja de la vulnerabilidad de Jaekyung.
—¿Así que estás celoso, eh? — dijo, con una sonrisa juguetona mientras se inclinaba hacia él, observando de cerca cómo el rostro de Jaekyung se volvía de un rojo más intenso.
— ¡No es eso! — Jaekyung se apresuró a replicar, aunque su tono y su rostro lo traicionaban.
Dan, divertido, no podía dejar pasar la oportunidad de molestar un poco a Jaekyung.
— Oh, así que el gran y poderoso Joo Jaekyung, el hombre más fuerte que conozco, se pone celoso de un gorro... y de Changmin. ¡Eso sí que es algo nuevo! — dijo Dan, observando cómo Jaekyung, por primera vez, estaba completamente sonrojado, su cara parecía arder bajo la luz del sol que entraba por la ventana.
Jaekyung no sabía dónde esconderse. Se removió en su asiento, tratando de recobrar su compostura, pero no podía ocultar el evidente sonrojo que cubría su rostro. Sabía que Dan había dado en el clavo, y no había escapatoria. No recordaba haberse sentido tan avergonzado jamás.
Dan, divertido por la escena, se inclinó hacia Jaekyung y, en un gesto suave, tomó su mano por encima de la mesa.
— No tienes que preocuparte — dijo con una voz más suave y reconfortante — Si bien al principio solo eran Min, Yoongu y Daehyun, ellos aun son mi apoyo aunque no frecuente tanto con ellos, tú eres el que está aquí conmigo ahora... Y eso es lo que importa.
Jaekyung finalmente se atrevió a mirarlo, su sonrojo todavía presente, pero ahora mezclado con una leve sonrisa. Era la primera vez que se sentía tan vulnerable frente a alguien, y aunque no lo admitiría, le gustaba que Dan pudiera sacar ese lado de él.
Al final, lo único que podía hacer era apretar suavemente la mano de Dan en respuesta, sintiendo que, sin importar lo que hubieran pasado, lo que tenían entre ellos era especial. Y era suyo.
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[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)
Fanfiction[La mayor parte de los personajes no son míos. Sólo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores.] [Aquí solamente Dan es el protagonista] [No es una historia JaeDan] El tiempo de Dan se le está escapando de las ma...