Ya de vuelta en casa, el ambiente era tranquilo, pero lleno de una pesada tensión emocional. Jaekyung, aún afectado por todo lo que habían vivido ese día, estaba en la cocina preparando algo para comer.
En la sala, Dan se encontraba sentado en el suelo, frente al ventanal, contemplando la ciudad iluminada. Las luces de Seúl reflejaban en sus ojos, pero su mente estaba lejos, sumida en pensamientos mucho más oscuros y pesados.
De repente, Dan rompió el silencio, su voz suave pero llena de una pesada tristeza:
— Jaekyung... yo... hay algo que quiero pedirte...
Jaekyung, desde la cocina, lo miró con curiosidad y preocupación, notando la gravedad en las palabras de Dan.
— ¿Qué es? — preguntó, acercándose lentamente hacia él.
Dan se quedó mirando la vista por un momento más, como si tomara valor para continuar. Finalmente, habló, su voz temblorosa, pero decidida:
— En el tiempo que me quede... quiero sentirme amado, de manera romántica... antes de que llegue el día en que me vaya. Sé que puede parecer mucho pedir... pero aunque sea una ficción o un mero producto de mi imaginación, aunque sea una mentira... quiero que finjas que me amas.
Jaekyung se congeló. El dolor en esas palabras lo atravesó como una daga.
Dan, a pesar de todo, seguía creyendo que sus sentimientos por él eran unilaterales, que jamás podrían ser correspondidos.
Quería sentir amor, aunque fuera falso, aunque fuera solo una ilusión antes de que la muerte lo alcanzara.
Jaekyung sintió un nudo formarse en su garganta. Todo lo que quería en ese momento era decirle la verdad, decirle que no tenía que fingir, que sus sentimientos eran reales, que lo amaba de verdad.
— Dan... — empezó, su voz parecía querer quebrarse— No tienes qu-
—Jaekyung... — Dan lo interrumpió, girando lentamente su cabeza para mirarlo directamente a los ojos — Sé que no vas a cambiar... Y está bien... No te pido que lo hagas... Solo... solo déjame creerlo por un tiempo... Quiero sentir que no me iré sin haber sido amado.
El silencio que siguió fue abrumador.
Jaekyung se sintió roto, destrozado por la incapacidad de hacer que Dan viera la verdad, pero al mismo tiempo comprendió cuán profundo era el dolor que había soportado durante tanto tiempo. No sabía si eran las palabras de Dan o la desesperación de ver a la persona que amaba rendirse de esa manera, pero algo dentro de él se rompió.
Finalmente, con el corazón apretado, Jaekyung se acercó a Dan y, sin decir una palabra más, lo tomó suavemente del rostro.
Su respiración era errática, las lágrimas que había estado conteniendo comenzaron a caer mientras se inclinaba hacia él, terminando finalmente en un beso, lento, lleno de toda la tristeza y el amor que había desvelado y acumulado.
Pero esta vez, no era Dan quien lloraba.
Era Jaekyung.
Lágrimas silenciosas recorrían sus mejillas mientras el beso se prolongaba, sabiendo que Dan no podría aceptar la realidad de sus sentimientos, y resignándose a darle lo que pedía, aunque fuera en el peor de los términos.
Dan sintió las lágrimas de Jaekyung caer en su piel, y por un momento, el mundo pareció detenerse. Nunca había visto a Jaekyung llorar por él, y eso lo sacudió más de lo que esperaba. Pero aun así, en lo profundo de su ser, no podía permitirse creer que esas lágrimas eran por amor. Para él, seguía siendo una mentira, una ilusión a la que se aferraba antes de que el tiempo se acabara.
Jaekyung lo abrazó, sujetándolo con fuerza, como si temiera que Dan desapareciera en cualquier momento, mientras sus lágrimas seguían cayendo silenciosamente. El dolor de no poder convencerlo de su amor era insoportable, pero aceptaba la petición de Dan, aunque en su corazón, todo lo que deseaba era gritarle que lo amaba, no solo por lástima, no solo por su enfermedad, sino porque nunca había amado a nadie de esa manera.
Y así, en ese abrazo, Jaekyung lloró en silencio, mientras Dan, con los ojos cerrados, aceptaba lo que creía que era una mentira. Pero para Jaekyung, ese amor era la verdad más dolorosa que había conocido.
Al día siguiente...
La luz del sol se filtraba a través de las cortinas. Dan despertó solo, su mente aún envuelta en la niebla de la noche. El silencio en la casa era casi palpable, y la ausencia de Jaekyung a su lado hizo que el vacío se sintiera más grande. Con un esfuerzo, Dan se incorporó ligeramente, mirando alrededor y preguntándose dónde estaría Jaekyung.
De repente, la puerta de la habitación se abrió con suavidad y Jaekyung entró, trayendo una bandeja con el desayuno
A pesar de no haber dormido mucho, se veía un poco adormecido, con su cabello algo revuelto y sus lentes de descanso sobre la nariz. Estaba vestido con su pantalón de dormir suelto, dejando al descubierto su torso tonificado. La vista de Jaekyung en su estado más relajado y desaliñado hizo que Dan sintiera una pequeña sonrisa.
Jaekyung, con un gesto torpe pero afectuoso, colocó la bandeja sobre la mesita de noche junto a la cama. Se inclinó hacia Dan, sus movimientos eran algo vacilantes, como si intentara recordar cómo actuar en este nuevo rol.
— Buenos días, Dan — dijo Jaekyung con una voz aún rasposa por el sueño, sonriendo con una mezcla de timidez y determinación — Traje algo de desayuno para ti... Espero... espero te guste.
Dan observó cómo Jaekyung trataba de arreglar los platos y vasos sobre la bandeja, notando su evidente esfuerzo por hacer que todo fuera perfecto. Aunque Jaekyung no tenía mucha experiencia en este tipo de gestos románticos, había algo sincero y encantador en su torpeza.
— Gracias... — dijo Dan, su voz aún rasposa pero llena de gratitud — No tenías que hacerlo, pero me alegra que lo hayas hecho.
Jaekyung sonrió, aunque un leve rubor se asomó en sus mejillas. Se sentó en el borde de la cama, tratando de parecer relajado pero con una ligera ansiedad en sus movimientos.
— Lo hice porque quiero — respondió Jaekyung, con una sinceridad que hacía que Dan sintiera un calor reconfortante en su pecho — Quiero asegurarme de que estés bien... No soy muy bueno en esto, pero... espero que te guste.
Dan miró a Jaekyung, su corazón se ablandó aún más al ver su esfuerzo sincero. Aunque no era perfecto, cada acción de Jaekyung, cada gesto, estaba cargado de una ternura que Dan apreciaba profundamente. Era claro que Jaekyung estaba haciendo un esfuerzo consciente para ser lo que Dan necesitaba, aunque no supiera del todo cómo hacerlo.
— Lo aprecio mucho — dijo Dan, con una sonrisa suave — En serio, gracias.
Jaekyung, aún con sus lentes de descanso y sin camiseta, parecía más a gusto al ver la expresión de Dan. Se inclinó un poco hacia él, tratando de ajustar la almohada y asegurarse de que Dan estuviera cómodo.
— ¿Te gustaría que te ayude a comer? — preguntó Jaekyung, su tono un poco nervioso pero amable.
Dan asintió con una sonrisa, y Jaekyung tomó un poco de comida, tratando de servirlo con la mayor delicadeza posible. A pesar de su torpeza, había una calidez en la forma en que se preocupaba por él. La escena estaba cargada de una ternura que superaba cualquier defecto.
Mientras Dan comía, observó cómo Jaekyung se movía por la habitación acomodando parte de su ropa, las almohadas del sofá de la habitación, toallas que habían entregado de la lavandería.
Era un gesto simple, pero para Dan, significaba mucho.
En ese momento, el amor que sentía por Jaekyung se sintió más real que nunca, no por las palabras o promesas, sino por la forma en que se preocupaba y hacía lo mejor que podía para estar allí para él.
Jaekyung, aunque aún inexperto en el romance, había encontrado una manera de demostrar su amor, y en esos momentos sencillos, Dan se dio cuenta de que, aunque el tiempo que les quedaba juntos era incierto, estos momentos de conexión eran los que realmente importaban.
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[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)
Fanfic[La mayor parte de los personajes no son míos. Sólo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores.] [Aquí solamente Dan es el protagonista] [No es una historia JaeDan] El tiempo de Dan se le está escapando de las ma...