La luz suave del amanecer entraba por la ventana, iluminando la habitación con tonos cálidos. Dan se encontraba cómodamente recostado sobre el pecho de Jaekyung, que dormía profundamente bajo él. Los suaves latidos del corazón de Jaekyung marcaban un ritmo calmante, casi hipnótico, que Dan podría haber escuchado por horas. Sin embargo, esa mañana, una mezcla de curiosidad y admiración lo mantuvo despierto.
Con cuidado de no despertarlo, Dan se incorporó un poco, apoyando su peso en un codo mientras observaba a Jaekyung dormir. Su mirada recorrió cada centímetro del cuerpo de su pareja, como si lo estuviera viendo por primera vez. A pesar de todas las veces que había visto el cuerpo de Jaekyung, tanto en las sesiones de fisioterapia como en su vida diaria, nunca dejaba de sorprenderse por la perfección casi irreal de sus músculos.
Pasó la mano suavemente por el pecho desnudo de Jaekyung, sus dedos delgados delicadamente se deslizaban por el contorno de los músculos pectorales, firmes pero suaves bajo su tacto.
Cada movimiento parecía esculpido con precisión, como una obra de arte viva. Continuó su recorrido hacia abajo, trazando el abdomen con su mano, sintiendo cómo los músculos se definían bajo la piel con cada respiración que Jaekyung tomaba en su sueño. No había ni un solo rincón de su cuerpo que no pareciera perfecto.
Dan se detuvo por un momento en los costados de su abdomen, donde los músculos formaban la característica "espalda de cobra", una de las marcas distintivas de los atletas más dedicados. Era asombroso cómo alguien podía ser tan fuerte y definido, pero al mismo tiempo, tan humano y vulnerable. Y mientras acariciaba esos músculos, Dan no podía evitar sentir una profunda admiración, no sólo por la fuerza física de Jaekyung, sino por lo que representaba.
Ese cuerpo, que ahora parecía tan tranquilo, había pasado por tanto. Las peleas, las lesiones, la recuperación. Jaekyung había enfrentado el dolor y la frustración de la rehabilitación, y había salido más fuerte, no sólo en lo físico, sino también en lo emocional. Dan había sido testigo de todo ese proceso, había ayudado en cada paso del camino, y aunque lo había visto muchas veces, no podía evitar sentirse un poco asombrado.
Con la mano aún recorriendo el cuerpo de Jaekyung, Dan dejó que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro. Sabía que no era sólo la fuerza física de Jaekyung lo que lo atraía, sino la fuerza interior, la resiliencia que había demostrado en cada etapa de su vida. Y, de alguna manera, se sentía afortunado de ser la persona que podía estar a su lado, de compartir esos momentos de vulnerabilidad y calma.
Se inclinó un poco más, acercando su rostro al de Jaekyung, observando sus facciones relajadas en el sueño. Incluso durmiendo, Jaekyung parecía imponente, como un dios griego en reposo, con su mandíbula fuerte y su frente relajada. Dan se preguntó cómo alguien podía ser tan fuerte y, al mismo tiempo, ahora, tan cariñoso y protector. No era sólo un cuerpo hermoso; era un alma que lo había ayudado a sanar, tanto física como emocionalmente.
Jaekyung murmuró algo en sueños, moviéndose ligeramente bajo el toque suave de Dan, pero no se despertó. Dan sonrió ante el sonido, divertido por la idea de que incluso en sus sueños, Jaekyung probablemente seguía siendo el mismo protector y atento de siempre.
Dan, aún sumido en sus pensamientos, permanecía admirando el atlético físico de Jaekyung, disfrutando del momento de calma y de la calidez de su pareja. Sin embargo, lo que no sabía era que Jaekyung había estado despierto durante los últimos minutos, observando con el rabillo del ojo los movimientos cuidadosos de Dan y sintiendo cada caricia que este le había dado.
Con una pequeña sonrisa divertida en los labios, Jaekyung decidió que era momento de sorprenderlo. Sin previo aviso, abrió los ojos y se inclinó ligeramente hacia adelante, haciendo que Dan se sobresaltara y lo mirara con una mezcla de sorpresa y vergüenza.
— ¿Disfrutando de la vista? — murmuró Jaekyung en tono juguetón, con una voz ronca de recién despierto.
El rostro de Dan se tornó de un rojo intenso en un instante. Sus ojos se abrieron con sorpresa y su boca formó una pequeña 'O', completamente avergonzado al darse cuenta de que Jaekyung había estado despierto todo ese tiempo. Trató de retroceder un poco, pero estaba atrapado por el brazo de Jaekyung que lo rodeaba.
— ¡No estaba...! Yo... solo estaba... — Dan intentó explicarse entre tartamudeos, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Su cara estaba completamente roja, sabiendo que Jaekyung lo había atrapado en su momento de admiración.
Jaekyung, sonriendo ante la reacción de Dan, decidió que era el momento de seguir con la broma.
— Ah, ¿así que estabas admirandome, eh? — dijo, fingiendo estar serio, aunque la diversión en su voz lo delataba —Bueno, supongo que te lo dejaré pasar esta vez, pero... hay un pequeño castigo.
Antes de que Dan pudiera reaccionar, Jaekyung se incorporó rápidamente, levantando a Dan en el proceso y sentándolo sobre sus piernas. Sin previo aviso, comenzó a plantar besos rápidos por toda la cara de Dan: en la frente, en las mejillas, en la nariz, e incluso en la barbilla. Cada beso era acompañado de un sonido juguetón, exagerado, que hizo que Dan comenzara a reír sin poder evitarlo.
— ¡Jaekyung! ¡Para! — Dan protestaba entre risas, su voz llena de alegría y sorpresa, aunque ntentaba, sin éxito, cubrir su cara con las manos, Jaekyung se las apartaba suavemente para continuar su ataque de besos — ¡Me haces cosquillas!
— Este es tu castigo — dijo Jaekyung mientras continuaba repartiendo besos — Por mirarme tanto mientras dormía
Dan no podía dejar de reír, su cuerpo temblando con cada risa mientras trataba de empujarlo suavemente para que se detuviera. Pero en el fondo, disfrutaba el momento, la sensación de estar tan cerca de Jaekyung, y la ligereza con la que ambos podían jugar juntos.
Finalmente, Jaekyung paró, aunque su sonrisa juguetona seguía presente. Observó el rostro de Dan, ahora un poco enrojecido no solo por la vergüenza, sino también por la risa. Jaekyung lo miró con cariño, y suavemente, llevó una mano al rostro de Dan, acariciando su mejilla con el pulgar.
— Me encanta verte así — murmuró Jaekyung, bajando el tono de su voz, más suave y lleno de afecto — Riendo, feliz... Es todo lo que quiero.
Dan, todavía sonriendo, dejó que su cabeza cayera sobre el hombro de Jaekyung, sintiendo cómo su corazón se calmaba después de tantas risas.
— No puedo evitarlo cuando estoy contigo — respondió el fisioterapeuta en voz baja, sintiéndose en paz en los brazos de Jaekyung — Amo que seas así conmigo.
— Y yo te amo — dijo el ojigris.
Jaekyung envolvió a Dan en un abrazo suave, manteniéndolo cerca mientras el ambiente de la habitación volvía a una tranquilidad acogedora. Los dos permanecieron así, disfrutando de la cercanía, sabiendo que esos momentos de intimidad y juego eran los que les daban la fuerza para seguir adelante.
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[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)
Fiksi Penggemar[La mayor parte de los personajes no son míos. Sólo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores.] [Aquí solamente Dan es el protagonista] [No es una historia JaeDan] El tiempo de Dan se le está escapando de las ma...