Cuando Jaekyung y Dan llegaron al gimnasio, el ambiente habitual de bullicio y energía se detuvo.
Todos sabían que Dan estaba enfermo, que la leucemia lo había golpeado fuerte, pero nadie había visto de cerca lo devastadora que era la enfermedad más que los que eran más allegados a él.
Al verlo entrar en silla de ruedas, más delgado, más frágil, el shock fue inmediato. Incluso aquellos que eran sus mejores amigos, los que lo habían conocido durante estos 2 años, no podían ocultar su asombro. La gravedad de su situación golpeó a todos en el pecho como una bofetada.
Jaekyung, lo ayudó a avanzar por el gimnasio hasta llegar al centro de la sala principal, donde el equipo, el entrenador Park y Yosep, y varios otros trabajadores se habían reunido.
Dan respiró hondo, sabiendo lo importante que era este momento. Con mucho esfuerzo, y con la ayuda de Jaekyung, logró ponerse de pie, tambaleándose levemente al principio. El gimnasio entero guardó un silencio sepulcral, observando cada movimiento con una mezcla de tristeza y respeto.
Dan miró a su alrededor, a los rostros conocidos que habían sido parte de su vida durante ese tiempo. Sabía que probablemente este sería su último momento con ellos.
Sabía que, aunque intentara mantenerse fuerte, este era el final de su carrera en el gimnasio, y probablemente el comienzo de su despedida de la vida que había construido. Pero no iba a derrumbarse. No iba a dejar que las lágrimas lo controlaran.
Con el corazón y el alma en las manos, comenzó a hablar, su voz al principio apenas un susurro, pero a medida que las palabras salían, fue ganando fuerza.
— Hola chicos... Lamento haberlos preocupado y mucho... Hoy no vengo a trabajar, sino a agradecerle a cada uno de ustedes, por haberme dado la bienvenida desde el primer día — dijo Dan — Este gimnasio ha sido más que un lugar de trabajo para mí, ha sido un hogar, y ustedes, mi familia... Les agradezco por haberme permitido atenderlos, por confiar en mí... Significó todo para mí ser parte de su camino, ayudarles a mejorar, y aprender de ustedes.
El silencio en la sala era palpable. Algunos ya tenían los ojos llenos de lágrimas, mientras otros luchaban por contener el nudo en la garganta. Las palabras de Dan resonaban con una sinceridad tan pura que era imposible no sentirse profundamente conmovido.
— Lamentablemente, este será mi último momento aquí, pero quizá los pueda seguir viendo... No podré seguir cuidándolos, ni verlos crecer como atletas y personas — dijo Dan, la voz le temblaba un poco — Pero... En el momento en el que me tenga que ir, lo haré sabiendo que los dejo en buenas manos, con un equipo increíble y con la fortaleza que cada uno de ustedes ya tiene dentro... Solo quiero que sepan cuánto los aprecio... cuánto los he admirado.
La voz de Dan tembló nuevamente, pero no lloró. No podía permitirse derrumbarse ahora. Terminó su discurso con una sonrisa suave, aunque cargada de dolor.
— Gracias Señor Park, gracias Yosep, y finalmente — Dan se giró un poco para ver a Jaekyung— Gracias a ti Jaekyung por ofrecerme este trabajo... de verdad, gracias por todo...
El silencio que siguió fue roto por los sollozos. Uno por uno, los presentes comenzaron a llorar. Algunos se cubrían el rostro, otros lo miraban con ojos brillantes por las lágrimas que no podían detener.
Todos sabían lo duro que era para Dan estar de pie en ese momento, enfrentando su realidad, y aún así, lo había hecho con una dignidad que solo hacía que la despedida doliera más.
Jaekyung, a su lado, observó la escena en silencio, con el rostro tenso. Él también sentía ese dolor, aunque no lo mostraba de la misma manera. Pero en su interior, la tristeza era tan pesada como el aire en la sala.
Dan, finalmente, se dejó caer con suavidad en la silla de ruedas, exhausto, pero con el alivio de haber dicho lo que necesitaba decir.
Los primeros en reaccionar tras el emotivo discurso fueron sus amigos más cercanos. Yoongu, Daehyun, y Changmin, el amigo que había estado con él desde el principio, no dudaron ni un segundo, y se acercaron a Dan con lágrimas en los ojos, abrazándolo con fuerza, sin lastimarlo, que casi parecían sostenerlo no solo físicamente, sino emocionalmente.
Sabían que esa despedida no era solo del gimnasio, sino de una parte esencial de sus vidas y de la persona que había sido su pilar durante tanto tiempo.
El abrazo de Changmin, en particular, fue el más largo y cargado de sentimientos, como un tributo a todos esos años de amistad y apoyo incondicional.
Uno a uno, los otros usuarios y entrenadores del gimnasio también se acercaron, algunos ofreciendo abrazos, otros palabras de agradecimiento y despedida. Todos lo respetaban, lo admiraban, y ese momento era la culminación de todo lo que Dan había construido a lo largo de esos 2 años. Todos comprendían la magnitud de la despedida.
Y entonces, como era tradición en el gimnasio cuando alguien especial se iba, comenzaron a corear su nombre. Pero esta vez, el vitoreo no era solo una costumbre; era una verdadera celebración de quién era Dan y lo que había representado para todos.
— ¡Doc Dan! ¡Doc Dan! ¡Doc Dan! ¡Doc Dan! ¡Doc Dan! ¡Doc Dan! — gritaron al unísono, una y otra vez.
El eco de su nombre retumbaba por todo el lugar, envolviendo a Dan en una ola de emoción tan fuerte que casi lo desbordaba.
Nunca había habido un vitoreo tan poderoso ni tan cargado de sentimiento en la historia del gimnasio.
Era la despedida más emotiva que el lugar había presenciado.
Cada voz que gritaba su nombre lo hacía con el corazón en la mano, sabiendo que estaban despidiendo no solo al fisioterapeuta más longevo del gimnasio, sino al mejor de todos, a una leyenda viviente, Kim Dan, el fisioterapeuta del toque mágico.
Dan, aunque agotado, se permitió sonreír. No podía llorar, no quería. Pero en su interior, el amor y la gratitud que sentía por todos ellos era indescriptible.
Había hecho historia, no solo por su habilidad como fisioterapeuta, sino por el impacto que había dejado en cada persona con la que había trabajado.
Jaekyung, que había observado todo desde un paso atrás, sintió un nudo en la garganta. Ver a Dan así, rodeado de cariño y respeto, lo hizo darse cuenta una vez más de lo valioso que era.
Y por primera vez en mucho tiempo, Jaekyung también sintió lágrimas en los ojos, no de tristeza, sino de admiración y profundo respeto hacia el hombre que tenía a su lado.
Aunque se secó las lágrimas, queriendo mantener su fachada fuerte y dura, necesitaba ser fuerte por Dan, no podía permitirse ser débil ni por un segundo.
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[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)
Fiksi Penggemar[La mayor parte de los personajes no son míos. Sólo los estoy usando para crear una historia. Créditos a sus respectivos creadores.] [Aquí solamente Dan es el protagonista] [No es una historia JaeDan] El tiempo de Dan se le está escapando de las ma...