[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)

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Changmin estaba en el vestuario, en unos minutos se daría el combate. A medida que el tiempo se acercaba para subir al ring, los nervios comenzaban a apoderarse de él. Podía sentir la presión y la anticipación colándose en su pecho, amenazando con abrumarlo.

En un momento de debilidad, sacó su teléfono y marcó el número de Dan. El sonido del tono de marcado resonaba en sus oídos mientras esperaba con impaciencia que Dan contestara.

— Solo... — dijo Changmin — Espero no haya entrado a quirófano todav-

— ¿Minnie? — sonó la voz de Dan del otro lado del teléfono.

— Hola Danny... ¿Cómo estás?

— Estoy bien, Min, apenas me canalizaron ¿y tú? ¿Todo bien por allá?

— Sí, sí... Estoy aquí en el vestidor, no falta mucho para que tenga que subir al ring. Los nervios están empezando a hacer de las suyas — dijo Changmin, sentándose en una de las bancas, frente al espejo del lugar — Es que... solo con oír tu voz me relajo.

Dan en el hospital, se sonrojó ante las palabras del chico.

— ¿De verdad?

— Sí...  — dijo Changmin — La vez que estuve ahí en casa... El día que nos afeitamos la cabeza... Que nos quedamos acostados en el sillón... Lo que me dijiste que calmó los nervios... Hay algo reconfortante en tu voz que... Me gusta... Me calmó, y me hizo sentir en paz.

Estas palabras hicieron que algo en Dan se encendiera, era como una corriente de calor y de tranquilidad que había removido algo en lo más profundo se su ser, creando esa sensación de paz que sientes cuando regresas a casa después de estar varado en medio de un bosque en el que el frío y la nieve predominan, donde te pones tu ropa cómoda, tu cobija, y te sientas frente a una chimenea con el fuego, y te calienta.

— Me causa esa misma sensación tu voz, y tus abrazos... Realmente necesito uno tuyo — dijo Dan con ese tono suave que tanto le gustaba a Min, y que Dan no sabía que era ese tono específico el que le gustaba— Pero primero... Respira profundo Min... Te preparaste por meses para esta pelea... No hay motivos por los cuales te debas de sentir nervioso... El mundo conoce una parte de tí, pero yo conozco a Kim Changmin, al hombre detrás de los guantes, al que entrenó, aún después de haberse luxado un brazo, de estar a punto de rendirse, pero no lo hizo, ¿Por qué? Porque eres resiliente... Tú puedes con esto y más Min... Así como me dijiste el día de mi recaída, y ahora te lo digo a tí, eres un guerrero Min...

El corazón de Changmin empezó a latir con fuerza y con rapidez. La forma en la que Dan se desenvolvía al hablar era la más reconfortante de todas. Se sentía más motivado y menos nervioso.

— Gracias Danny... Te digo algo... Haré que se sepa que esta pelea será por ti — dijo Changmin, levantándose de su lugar — Y tú Danny... Cómo te lo he repetido muchas veces, vas a poder con esto... Te levantaste de muchos golpes, de una recaída, eres alguien que yo sé que no se va a echar para atrás así de fácil... Te quiero ver levantarte de esta Danny...

— Así espero... Pero por el momento no te preocupes por mí... Este es tu momento Minnie. Ve allá y demuestra de qué estás hecho.

— Gracias, Danny... Todo va a salir bien, te lo prometo — dijo Changmin — Tan pronto termine la pelea correré hacia el hospital.

— Entonces te estaré esperando aquí... Que tengas éxito Min, porque la suerte es para los mediocres.

— Gracias Danny... te quiero mucho

Aparecieron unos segundos de silencio.

— Yo también Min... te quiero mucho.

— Cuídate Danny

— Igual tú Minnie... Ahora... Ve por ese título.

— Lo haré... Lo haré por tí Danny... Bye.

— Bye.

Al colgar la llamada, Changmin se sintió renovado y revitalizado. La conversación con Dan había sido exactamente lo que necesitaba para encontrar su centro y enfrentar su desafío con la confianza renovada.

Con un corazón lleno de gratitud, Min guardó su teléfono y se preparó para subir al ring. Sabía que, sin importar el resultado, tenía el apoyo inquebrantable de Dan a su lado, y eso era todo lo que necesitaba para triunfar.

— Kim Changmin, 10 minutos para que subas al ring.

— Ok… allí estaré — dijo Min, quien comenzó a ponerse los guantes.