[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)

ENST 'Realidad alterna' 8

Tras varias semanas, el hombro de Jaekyung finalmente se había recuperado en su totalidad, y con el visto bueno de Dan, Jaekyung se preparó para su pelea contra el mismo que le había quitado el título.

La arena estaba llena de energía, con el rugido de la multitud ansiosa por ver el regreso del Emperador Joo Jaekyung al ring. Los reflectores brillaban intensamente, y el aire estaba cargado de expectativa. Jaekyung estaba en su vestidor, ajustándose las vendas en las manos, listo para el combate. Su hombro, finalmente recuperado, ya no era un obstáculo, y físicamente estaba en su mejor forma. Pero algo lo detenía.

— Este es tu gran regreso Jaekyung, no la cagues — dijo el entrenador.

Mientras este revisaba sus vendajes y daba las últimas indicaciones, Jaekyung no podía dejar de pensar en Dan. Las palabras de aquella discusión seguían resonando en su mente, y cada vez que cerraba los ojos, veía la expresión herida en el rostro de Dan. Esa herida no se podía vendar tan fácilmente.

Dan estaba allí, apoyado en una pared, observando en silencio. Había insistido en acompañar a Jaekyung a la arena, a pesar de que su cuerpo estaba más débil que nunca. El tratamiento lo había debilitado, pero su devoción por su trabajo seguía intacta. Sin embargo, el ambiente entre ellos estaba cargado, denso con todo lo no dicho y con las emociones reprimidas.

Jaekyung sabía que faltaba algo.

Cada vez que había peleado, había seguido un ritual, uno que le aseguraba estar mentalmente preparado. Pero esta vez, no había sucedido, y aunque la superstición no era lo que lo impulsaba, sentía que algo estaba incompleto.

Cuando el entrenador terminó, Jaekyung hizo un gesto para que todos salieran del camerino, excepto Dan.

El entrenador, Daehyun y Yoongu intercambiaron miradas pero respetaron la petición de Jaekyung. Una vez que estuvieron solos, Jaekyung se acercó a Dan, con su mirada fija en él.

— Kim Dan — empezó a hablar Jaekyung, con la voz más suave de lo habitual — Sé... sé muy bien que las cosas entre nosotros no están bien... y sé que no pudimos... ya sabes, no se hizo el ritual.

Dan lo miró en silencio, su rostro aún marcado por la tristeza y el agotamiento de la discusión anterior. No había esperado que Jaekyung hablara de eso ahora, justo antes del combate.

— Pero... — Jaekyung continuó, acercándose más — No puedo subir al ring sin algo... No quiero que pienses que solo es por el ritual, o por lo que necesito para pelear... No es eso... necesito... necesito saber que estás conmigo, que no me odias.

Dan tragó saliva, sintiendo cómo se le formaba un nudo en la garganta. A pesar de todo lo que había pasado, del dolor y la confusión, sabía que parte de él seguía queriendo estar allí para Jaekyung. Pero las heridas aún estaban frescas, y no podía simplemente olvidarlas.

— Jaekyung, no sé... — empezó a decir, pero fue interrumpido cuando Jaekyung tomó su rostro entre sus manos y lo miró fijamente a los ojos.

— Solo... — susurró Jaekyung, su voz apenas un suspiro — Solo dame esto.

Antes de que Dan pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Jaekyung se inclinó y lo besó. Era uno muy profundo, lleno de desesperación, miedo, y algo más que Jaekyung no había podido admitir ni siquiera para sí mismo.

Las manos del peleador temblaban levemente mientras sostenía a Dan, como si temiera que se desvaneciera entre sus dedos.

Dan, aunque se iba a odiar por eso, no pudo evitar corresponder al beso, aunque las dudas y el dolor seguían presentes. El beso era una forma de comunicar emociones no dichas, hacía mucho tiempo que sus labios no se encontraban, ni siquiera en un roce. Sentía el peso de todo lo no dicho, de todo lo que había cambiado entre ellos, y aunque el beso era intenso, también estaba teñido de tristeza.

Dan trató de mantenerse firme, pero pronto las emociones que había estado reprimiendo se desbordaron. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, y su cuerpo temblaba, tratando de contener el sollozo que amenazaba con escaparse de su pecho.

Jaekyung, al notar que Dan lloraba, se separó lentamente, sus labios aún rozando los de Dan, pero con una expresión de sorpresa y preocupación. Dan bajó la cabeza, tratando de ocultar su rostro, pero no pudo detener las lágrimas.

— Dan... — susurró Jaekyung, sintiendo culpa y desesperación.

Con una suavidad inusual, Jaekyung levantó la mano y limpió las lágrimas de Dan con el pulgar. Luego, sin decir una palabra, lo abrazó, envolviendo a Dan en sus brazos, sosteniéndolo con una firmeza que no había mostrado antes.

Dan se resistió al principio, sus manos empujaban ligeramente contra el pecho de Jaekyung, como si no supiera cómo aceptar ese gesto de consuelo. Pero a medida que el abrazo de Jaekyung se mantenía firme, Dan empezó a relajarse, dejando que sus manos se aferraran a Jaekyung.

Finalmente, Dan permitió que las barreras que había construido se derrumbaran, y se hundió en el abrazo, apoyando la cabeza en el hombro de Jaekyung mientras el llanto continuaba.

Jaekyung lo sostuvo, sin decir nada, dejando que Dan liberara todo el dolor y la frustración que había acumulado. Sus propios sentimientos eran un torbellino, pero en ese momento, todo lo que le importaba era estar allí para Dan.

— Lo siento, Dan... — murmuró Jaekyung, con la voz ronca por la emoción — Siento no haber sido... lo que necesitabas.

Dan no respondió, pero su agarre en Jaekyung se hizo más fuerte, como si temiera que si lo soltaba, todo el dolor volvería con más fuerza. Jaekyung lo sostuvo con más fuerza, sabiendo que este era uno de esos momentos en los que las palabras no podían sanar, pero la presencia y el apoyo sí.

Después de lo que pareció una eternidad, Dan finalmente se calmó, su respiración volviendo a un ritmo más normal. Aún aferrado a Jaekyung, respiró hondo, sintiendo el calor y la seguridad del abrazo.

Jaekyung, sintiendo que Dan se relajaba, se inclinó ligeramente y murmuró:

—No tienes que enfrentar esto solo, Dan. Estoy aquí... de verdad.

Dan tardó unos segundos en procesar esas palabras, pero finalmente asintió lentamente, sin decir nada, simplemente aceptando lo que Jaekyung le ofrecía en ese momento. La herida entre ellos no estaba sanada, pero en ese instante, ambos encontraron un breve refugio en los brazos del otro.