Iris
La mañana llega lentamente, y con ella, la luz del sol que se filtra a través de las cortinas. Me despierto con un sobresalto, jadeando, como si hubiera estado corriendo durante horas.
Mi corazón sigue latiendo con fuerza, y mi mente sigue llenándose de imágenes de la pesadilla que me ha asaltado. La niña encadenada, las heridas, la risa cruel... Todo vuelve a mí como un golpe.Me siento exhausta, como si no hubiera dormido en absoluto. Mi cuerpo está tenso, mis músculos doloridos, como si hubiera estado luchando contra algo.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuve esa pesadilla. Pensaba que había superado eso, que había dejado atrás el terror y el dolor. Pero ahora, me doy cuenta de que todo sigue ahí, escondido en lo más profundo de mi mente.Me siento vulnerable, expuesta, como si hubiera sido desnudada emocionalmente. La pesadilla me ha recordado que no soy tan fuerte como creía, que todavía hay partes de mí que están rotas.
Me levanto de la cama, intentando sacudirme la sensación de terror que me queda. Me dirijo al baño, necesitando un momento de soledad para recomponerme.
Miro mi reflejo en el espejo y veo a una persona que está luchando por mantenerse en pie. Mis ojos están cansados, mi piel pálida. Me pregunto si algún día podré dejar atrás este dolor.Estoy en mi estudió con Mariana y Jonathan, los dos viéndome con los ojos abiertos como platos y con la boca un poco abierta, si, les conté y bueno está es su reacción, no han dicho ni una palabra, entrecierro los ojos en dirección a Jonathan que se le empieza a formar una sonrisa.
Se lo que está pensando Jonathan y está loco.
_Jonathan, no es una escena de tus libros de dark romance que lees._ digo al mismo tiempo que lo fulmino con la mirada.
_Vamos nena, tu y yo sabemos que si.
_Eh dicho que no.
_Entonces, ¿por qué pensaste que diría que lo era?
Lo fulmino más con la mirada y le tuerso los ojos. Insoportable.
_¡Aatrapadaa!_ dice riéndose.
Dejando a atrás a Jonatan, miro que Mariana esta con el ceño ligeramente fruncido.
_¿Que pasa Mariana?_ permanece en silencio unos minutos asta que habla.
_ La noche que fuimos a un bar te fuiste en taxi , el de la moto apareció, Creo solo te sigue cuando sales tarde o bueno cuando andas por allí muy noche por las calles, se asegura de que llegues bien a casa._ dice Mariana y me quedo con la boca abierta.
Me le quedo mirando sorprendida, estoy por hablar pero Jonathan me interrumpe.
_Yo igual lo eh visto_ lo miro esperando que continúe,_ Si, esa noche cuando estabas en mi casa y tomábamos vino y te fuiste un poco ebria y ya era tarde, vi como te seguía, te llamé para avisarte pero nunca me contestaste.
_¿Por qué no me lo habían dicho?._ les digo molesta.
_Perdóname nena,_ me dice Jonathan._ Puedes quedarte en mi casa nena, sabes que eres bienvenida._ se gira para ver a Mariana._ tu igual mari.
_Gracias Jonathan, puedes igual quedarte en la mía, así vendríamos juntas al trabajo.
_Gracias pero no quiero causar molestias.
_Para nada, pero piénsalo nena.
Ya se está ocultando el sol y le eh dicho a mariana y a Jonathan que estaría bien y que prefería quedarme en mi casa, Jonathan no estaba contento con mi decisión pero tiene que respetarla, y Mariana solo me dijo que tuviera cuidado y que por cualquier cosa le llamara.
Voy de camino a casa, fue un largo día. Pase un tiempo observando la pintura y decidí traerla a casa, estaba pensando si colgarla en mi sala, en mi habitación o simplemente quemarla.
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El Peso del Pasado
RomanceIris Wilder, una joven con un trauma psicológico profundo después de presenciar el asesinato de su amiga, intenta reconstruir su vida. Adrián Carson, un arquitecto famoso y secretamente el mafioso más temido de Washington, se cruza en su camino. A m...