La semana pasó rápido después del tranquilo domingo en el rancho. Nicole seguía en su rutina de clases y reuniones con sus amigas, pero su mente no podía dejar de volver al mensaje de Tito Double P. Aunque no lo había mencionado a nadie, el simple hecho de que un cantante tan famoso la hubiera buscado le daba vueltas en la cabeza. Roberto Laija (Tito) no era cualquier chico, y a pesar de que no lo conocía bien, algo en él la atraía. Por más que intentara actuar como si no le importara, la verdad es que sí lo hacía.
Era viernes por la tarde cuando Nicole, que había estado pasando el rato en su habitación revisando su celular, decidió finalmente responderle a Tito.
—Nicole (mensaje): "Hola, me la pasé bien. Fue una buena fiesta, aunque no me quedé mucho tiempo."
Intentó que el mensaje sonara casual, como si no estuviera tan interesada. Apenas lo envió, su corazón empezó a latir más rápido, nerviosa de lo que pudiera pasar después.
Pedro tocó la puerta de su cuarto justo en ese momento.
—Pedro: "Oye, Nico, baja a cenar. Papá ya está preguntando por ti."
Nicole guardó rápidamente su celular bajo la almohada y salió del cuarto. Su familia era muy unida, y a pesar de que sus hermanos la molestaban mucho con sus celos, siempre cenaban juntos los viernes. El ambiente en la casa siempre era cálido, pero esa noche algo se sentía diferente para Nicole. Sentía una especie de tensión interna, sabiendo que estaba en contacto con alguien que seguramente sus hermanos no aprobarían.
Cuando llegó al comedor, Carlos ya estaba sentado con su habitual expresión seria, mientras Juan y Ana conversaban entre ellos sobre asuntos del rancho.
—Juan: "Hoy vendrá el veterinario el fin de semana a ver a los caballos, Pedro, quiero que estés pendiente con él."
—Pedro: "Claro, pa, no hay problema. Yo lo checo."
Nicole se sentó en silencio, tratando de no llamar la atención. En ese momento, su celular vibró en su bolsillo, y aunque intentó no darle importancia, su hermano Carlos no dejó pasar el detalle.
—Carlos: "¿Y ahora quién te escribe? Últimamente andas muy pegada al teléfono, ¿no?"
Nicole puso los ojos en blanco.
—Nicole: "No es nada. Solo un mensaje del grupo de la escuela."
Carlos entrecerró los ojos, como si no le creyera del todo, pero no dijo nada más. La cena transcurrió con calma, aunque Nicole sentía como si hubiera una bomba a punto de explotar. No quería que nadie supiera de Tito. Sabía lo que pasaría si sus hermanos o su papá lo descubrían.
Después de la cena, se disculpó para irse temprano a su cuarto, argumentando que estaba cansada. Al cerrar la puerta, sacó su celular y vio que tenía un nuevo mensaje de Tito.
—Tito (mensaje): "Me alegra que te la hayas pasado bien. Oye, ¿qué haces mañana? Te invito a salir."
Nicole mordió su labio inferior, nerviosa. Sabía que salir con él era meterse en problemas, pero había algo en la idea que la tentaba. Tito Double P no era cualquier tipo, y eso hacía todo más emocionante.
Decidió arriesgarse.
—Nicole (mensaje): "No estoy segura si podré. Mi familia es muy estricta, y mis hermanos son muy celosos."
No pasó mucho tiempo antes de que Tito respondiera.
—Tito (mensaje): "No te preocupes, no tiene que ser algo complicado. Te recojo y vamos a un lugar tranquilo. Nadie tiene que enterarse."
Nicole sintió un pequeño escalofrío. Aunque la idea sonaba tentadora, sabía que sus hermanos se pondrían como locos si se enteraban que salía con alguien como Tito. Sin embargo, la emoción del secreto era demasiado tentadora para dejarla pasar.
Decidió seguir el juego.
—Nicole (mensaje): "Está bien. Pero tiene que ser discreto."
—Tito (mensaje): "Hecho. Te mando la ubicación mañana."
Nicole apagó su celular y lo escondió debajo de su almohada. Sabía que estaba jugando con fuego, pero había algo en la idea de hacer algo prohibido que la emocionaba.
El sábado por la mañana, la rutina en la casa de los Peña transcurría como de costumbre. Ana estaba en la cocina preparando el desayuno, mientras Juan leía el periódico en la sala y Carlos y Pedro se peleaban por quién tomaría el control de la televisión.
—Pedro: "Oye, ¿qué vas a hacer hoy, Nico? No te he visto hacer planes."
Nicole, quien estaba revisando su celular discretamente, levantó la vista.
—Nicole: "No sé, tal vez salga con Fernanda."
Carlos frunció el ceño.
—Carlos: "Otra vez con esa Fernanda. No me gusta mucho cómo se comporta últimamente. Desde que anda con Sebastián, parece que ha cambiado."
—Nicole: "Relájate, Carlos. Solo es mi prima. No va a pasar nada."
Pedro la miró con una mezcla de curiosidad y desconfianza, pero no dijo nada más. Nicole estaba empezando a sentir que mentirles a sus hermanos no iba a ser tan fácil como pensaba.
Al mediodía, recibió la ubicación de Tito para su encuentro. Era en un restaurante discreto en las afueras de la ciudad, un lugar donde no habría paparazzi ni personas que pudieran reconocerlos fácilmente. Nicole se las arregló para salir de la casa diciéndole a su mamá que iría al centro comercial con Fernanda.
—Ana: "Bueno, pero regresa temprano, ¿eh? Y avísame si vas a tardar más de lo previsto."
Nicole asintió, tratando de no mostrar sus nervios. Apenas salió de la casa, pidió un taxi que la llevara al lugar. Estaba emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Sabía que lo que estaba haciendo no era lo más sensato, pero había algo en Tito que la hacía sentir viva, diferente.
Al llegar al restaurante, Tito ya la esperaba en una mesa apartada, con una gorra que le cubría gran parte de la cara para no ser reconocido.
—Tito: "Qué onda, güerita, me alegra que te hayas animado."
Nicole sonrió tímidamente mientras tomaba asiento. Sabía que estaba entrando en un mundo totalmente distinto al suyo, pero, por alguna razón, eso la emocionaba aún más