Después del concierto, Nicole estaba emocionada y sin palabras. El ramo de rosas que Roberto le había dado seguía en sus manos, y aunque la noche ya estaba avanzada, sabía que no terminaría ahí.
—Vámonos, muñequita —dijo Roberto cuando la encontró saliendo de la zona VIP, acompañado por Sebastián y Fernanda.
—¿A dónde vamos? —preguntó Nicole, todavía tratando de procesar todo lo que había pasado.
—Hay un after privado, nada muy grande. Solo los amigos y mi equipo.
Nicole asintió, pero por dentro estaba un poco nerviosa. No quería que los videos del concierto o lo que sucediera en el after llegaran a sus hermanos, quienes seguían desconfiados.
Rumbo al after
La camioneta de Roberto estaba esperándolos a la salida del venue. Subieron él, Nicole, Fernanda y Sebastián, mientras el chofer conducía hacia un lugar exclusivo en la ciudad. Durante el trayecto, Nicole miraba a Roberto con una mezcla de emoción y ternura.
—¿Qué? ¿Por qué me miras así? —preguntó él, sonriendo de lado.
—Nada. Solo estaba pensando en lo increíble que fue el concierto —respondió ella.
—Tú haces que todo sea mejor, muñequita —dijo Roberto, tomando su mano y besándola suavemente.
Fernanda y Sebastián, que iban en el asiento trasero, los observaron con una mezcla de risas y comentarios burlones.
—Ya bájenle al amor —bromeó Sebastián.
—Tú no hables, Sebas, que tú y mi prima son igualitos —respondió Nicole, riendo.
En el after
El lugar del after era un salón elegante pero pequeño, decorado con luces tenues y música de fondo. Entre los invitados estaban algunos amigos de Roberto, miembros de su equipo y otros cantantes de corridos como Gabito Ballesteros y Junior H.
—Nicole, vente conmigo —dijo Roberto, tomándola de la mano y llevándola hacia una mesa en la esquina del lugar.
Ahí se sentaron juntos, mientras Fernanda y Sebastián se unieron a otros amigos en el centro del salón. Roberto no se despegaba de Nicole ni un segundo, abrazándola y besándola ocasionalmente.
—Hoy sí andas de mandilón, ¿eh? —bromeó Gabito cuando pasó junto a ellos.
—Y qué, compa. Así es cuando uno anda enamorado —respondió Roberto sin ninguna pena.
Nicole rió y apoyó su cabeza en el hombro de Roberto, sintiéndose segura y feliz de estar con él.
Un momento incómodo
Todo iba perfecto hasta que Nicole comenzó a recibir mensajes en su celular. Eran de Carlos, su hermano mayor.
"¿Dónde estás?"
"Vi videos del concierto. ¿Es cierto lo que vi?"El corazón de Nicole dio un vuelco. Sabía que tarde o temprano se enterarían, pero no esperaba que fuera tan rápido.
—¿Todo bien, amor? —preguntó Roberto, notando su expresión.
—Es Carlos... creo que ya sabe algo —respondió ella, mostrando los mensajes.
Roberto suspiró, pero luego le acarició la mano.
—No te preocupes. Si se pone complicado, yo hablo con él. No voy a dejar que te metan en problemas por mí.
Nicole asintió, tratando de calmarse.
De regreso a casa
Al final de la noche, Roberto insistió en llevar a Nicole personalmente. Cuando llegaron al fraccionamiento, se detuvo unos metros antes de la entrada.
—No quiero que tus hermanos hagan un escándalo —dijo él, sonriendo suavemente.
—Gracias, Roberto. Por todo —respondió Nicole.
Antes de bajar, él la tomó de la mano y la miró con ternura.
—¿Estás segura de que no quieres que hable con ellos?
—Déjame intentarlo primero. Si no funciona, entonces sí te pido ayuda.
Roberto asintió y se inclinó hacia ella, dándole un beso lento y suave.
—Descansa, mi muñequita. Mañana hablamos, ¿sí?
Nicole bajó de la camioneta con el ramo de rosas en una mano y una sonrisa en los labios, aun con el nerviosismo por los mensajes de su hermano.
Cuando entró a su casa, respiró profundo, lista para enfrentar lo que viniera. Pero por ahora, solo quería recordar la noche perfecta que había vivido junto a Roberto.
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