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La tarde se fue desvaneciendo en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y púrpuras. Entré a mi habitación y me senté en mi cama, sintiendo que el peso del mundo se acumulaba sobre mis hombros. Sabía que tenía que hablar con mis hermanos, pero la idea de tener esa conversación era abrumadora.

—Nicole: "¡Carlos, Pedro! Necesito hablar con ustedes." grité, intentando sonar más firme de lo que realmente me sentía.

Unos momentos después, mis hermanos aparecieron en el umbral de mi puerta. Carlos, con sus brazos cruzados, me miró con desdén, mientras Pedro se mantuvo en silencio, apoyado en la pared.

—Carlos: "¿Qué pasa? Si es para quejarte de nosotros, ya sabes lo que pensamos."

—Nicole: "No, no es eso. Quiero que escuchen lo que tengo que decir." respondí, tratando de mantener la calma.

—Pedro: "¿Acerca de Tito, verdad?" dijo, con un tono que dejaba claro que no estaba dispuesto a escuchar nada bueno.

La tensión era palpable, y mi corazón latía con fuerza. Sabía que debía ser honesta, pero también que mis palabras tendrían un impacto significativo en nuestra relación.

—Nicole: "Sí, de Tito. Pero no solo de eso. Quiero que entiendan que... me gusta. Y no hay nada de malo en eso."

Carlos arqueó una ceja, claramente escéptico, y Pedro mantuvo su expresión seria. Me sentí pequeña bajo su mirada, pero continué.

—Nicole: "No estoy diciendo que él sea el mejor chico del mundo. Pero no quiero que piensen que me está usando o algo así. Es una persona buena, y me trata bien."

—Carlos: "¿Y qué sabes tú de él? Solo porque es un cantante famoso, no significa que sea un buen tipo."

La frustración me invadió, pero respiré hondo antes de responder.

—Nicole: "Sé que es famoso, pero también sé que es un buen amigo. Además, no solo me gusta porque es cantante. Me gusta cómo me hace sentir."

—Pedro: "¿Y cómo se supone que haremos para protegerte si ni siquiera queremos saber quién es él?"

Mis hermanos eran protectores, lo sabía, pero sus reacciones me estaban ahogando. Ellos querían lo mejor para mí, pero a veces eso significaba ser un poco demasiado duros.

—Nicole: "No estoy pidiendo que lo acepten de inmediato. Solo quiero que lo conozcan. Que le den una oportunidad. Estoy segura de que él quiere hablar con ustedes, pero necesito su apoyo."

Carlos y Pedro intercambiaron miradas, como si estuvieran evaluando mis palabras. El silencio se alargó, y me sentí más vulnerable que nunca. Sabía que necesitaba encontrar la manera de hacer que entendieran.

—Carlos: "No podemos apoyarte en algo que no creemos. Pero... supongo que podríamos darle una oportunidad si realmente crees que vale la pena."

—Pedro: "Sí, pero necesitamos que tú también pongas límites. Si en algún momento sientes que no te respeta, tienes que decírselo."

Una sensación de alivio me invadió. No era la aceptación total que quería, pero al menos había un rayo de esperanza.

—Nicole: "Prometo que haré lo que sea necesario para protegerme. Solo necesito que confíen en mí."

Ellos asintieron lentamente, y aunque no estaban completamente de acuerdo, sentí que había dado un paso en la dirección correcta.

—Carlos: "Está bien, pero te advertimos. No vamos a dejar que nadie te lastime."

—Nicole: "Lo sé. Y se los agradezco. De verdad."

La conversación me dejó un poco agotada, pero también aliviada. Me sentía como si hubiera soltado un gran peso. Mis hermanos, aunque un poco reacios, estaban dispuestos a darme una oportunidad. Eso era todo lo que podía pedir en ese momento.

Cuando la noche llegó, decidí que era hora de concentrarme en lo positivo. Roberto había prometido que me llevaría a su concierto la próxima semana, y la idea de pasar más tiempo con él me llenaba de emoción.

Tomé mi teléfono y le envié un mensaje.

—Nicole: "Hola, Roberto. ¿Cómo estuvo tu día? Estoy lista para que me lleves a ver tu concierto el próximo sábado."

En cuestión de segundos, su respuesta llegó.

—Roberto: "¡Hola, hermosa! Estuve ensayando todo el día. No puedo esperar a que llegue. Te prometo que será una noche increíble."

Sonreí, sintiendo mariposas en el estómago. Era reconfortante saber que había alguien dispuesto a hacerme feliz en medio de la tormenta familiar.

A medida que pasaban las horas, mi mente divagaba entre mis hermanos y el tiempo que planeaba pasar con Roberto. La incertidumbre de cómo reaccionarían mis padres aún pesaba sobre mí, pero ahora sentía que, pase lo que pase, estaba lista para enfrentarlo. La vida era demasiado corta para no perseguir lo que uno realmente quiere.

Con esos pensamientos en mente, decidí que el próximo fin de semana iba a ser épico, sin importar lo que dijeran los demás. Me dormí con una sonrisa en el rostro, lista para enfrentar el nuevo día que se avecinaba.

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Capítulo nuevo porque quien sabe hasta cuando me digne a aparecer por estos rumbos 😅, cuando llegue a 10 seguidores se viene maratón de 10 capítulos el mismo día, en mi perfil les voy a dejar los días de actualización OJO, SI NO LLEGAMOS A LA META DE LIKES, NO HAY CAPITULO debido a que hay lectoras fantasma, y no esta padre que me esfuerce por actualizar y no obtenga ni 15 likes

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